La audiencia rugía en una sala llena hasta la bandera que rebosaba energía ya desde el primer momento en el que Bearoid se encargó de abrir para Oscar and the Wolf. Guitarra y sintetizadores en mano, el músico valenciano capturó al público con su sonido vibrante y peculiar, preparando el terreno para los belgas.
En su gira por Europa y después de haber pasado por Estados Unidos, Oscar and the Wolf amenizaron la noche de lunes a todos aquellos que se dejaron caer por la sala pequeña del Razz. Con Max Colombie al frente, desplegaron su repertorio mientras los asistentes coreaban las canciones y seguían los pasos de baile del cantante. Presentaban los temas de “Entity” (14), que los seguidores se sabían a la perfección. El público enloqueció cuando sonaron los primeros acordes de “Strange Entity”, que no dudaron en cantar a pleno pulmón.
Con una puesta en escena impecable, se metieron al público en el bolsillo. La voz tenue de Colombie jugaba a la perfección con la música, moldeándose según el tema e incluso modificándose como si de un sintetizador se tratase. Dejando la electrónica aparte, en las melodías se puede entrever un trasfondo agridulce, ya que se produce un choque entre las letras y la voluntad que tiene la música de ser bailada. Max canta sobre amor perdido y oscuridad, mientras suenan ritmos pegadizos que te invitan a saltar desenfrenadamente.
Las letras pop acompañadas de la mezcla perfecta entre lo electrónico y el r’n’b hicieron que en temas como “Somebody Wants You” o “Dream Car Ocean Drive” el público se dejara llevar por los sonidos atmosféricos y oníricos de la banda de Bruselas. Con una fuerza y dinamismo en el directo que sinceramente no esperaba y que me sorprendió muy gratamente.
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