Vivir las experiencias que han vivido las chicas de Aias (Gaia, Laia y Miriam) en apenas meses debe alegrarle la existencia a cualquiera, sobre todo cuando se trata de una aventura nacida con prácticamente ninguna pretensión, ni siquiera la de llegar a plastificar sus canciones (y mucho menos llegar a publicarlas en un sello indie estadounidense). Ahora bien, la sorpresa inicial ya ha quedado atrás. “A la piscina” (Captured Tracks/El Genio Equivocado, 10) y sus autoras han dejado de ser el flavor of the month y llega el momento de la verdad, el de encarar el futuro sin el apoyo que da el ruido mediático externo. Ante ello hay dos opciones, continuar entendiendo su propuesta desde el amauterismo o buscar otros horizontes. Y eso es algo que, a día de hoy, el directo de las catalanas aún no deja claro. Algunas de sus nuevas composiciones (sí, estrenaron varios temas) dejan entrever la intención de darle mayor complejidad a su música, de explorar otros caminos, pero requieren horas de cocción para que las cosas funcionen como es debido. Su cara más fresca y directa continúa levantando sus conciertos. Con ello quiero decir que su actuación, dentro del ciclo de bandas de chicas organizado por la revista Time Out, se resintió mucho a causa de esas canciones por pulir. Y es que, aunque tiendan de forma más o menos consciente hacia Vivian Girls y los actuales grupos de chicas, Aias funcionan mucho mejor cuando interpretan sus canciones como si fuesen, qué sé yo, Shonen Knife, cuando el descaro y la espontaneidad toman el protagonismo, que en los momentos en los que más se acercan a las estadounidenses. Las mejores Aias son las Aias de “La truita”, las de “Tu manes” o “Quan tornis demà” y estaría bien que ellas lo tuviesen claro, porque, ahora mismo, diría que de algo tan evidente como ello depende su futuro más inmediato.
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