61 ANIVERSARIO FLORIDA 135

Un año después del sonado sesenta aniversario, la sala fragatina Florida 135 volvía a acoger un nuevo cumpleaños. Tras contar en la pasada celebración con la presencia de Carl Cox, uno de los Dj´s más festivos del planeta techno, en esta ocasión tal honor recaía en el número dos del ranking de “entertainers” de los Technics: Sven Väth, acompañado para la ocasión por su habitual compañero de fatigas ibicencas de los dos últimos años: Richie Hawtin. El locuaz teutón apareció en la cabina muy pronto, justo cuando un contundente Robert Lamart calentaba la pista para dejarla al antojo del dueño de Cocoon. El curtido Dj no perdió el tiempo y enseguida dio un giro musical de ciento ochenta grados a la noche tirando del electro techno más “fiestero” del momento. Así pues, fueron sonando casi de manera consecutiva el “The Creeps” de M.F.F. (uno de los últimos lanzamiento Gigolo), el “Montertruckdriver” de T. Raumschiere o el ya clásico “La Rock” de Vitalic, mientras Väth bailaba, bebía champán o, simplemente, motivaba al público con sus bailoteos. Técnicamente correcto (esa faceta es cosa de su colega Hawtin), su sesión puede que no pase a la historia, el espectáculo, por el contrario, sí. Su amigo Richie, haciendo gala de ese nuevo look flequillo a lo Sven incluido, se daba el relevo optando desde un principio por techno a veces minimal y otras deep con cierto regustillo a Chicago-Detroit. Tuvo tiempo también para regalarnos algunos de los temas de su nuevo Lp bajo el aka de Plastikman y recurrir a la contundencia cuando habia que hacerlo (si hace falta volver a poner el “Pontapé” de Renato Cohen, pues se pone y punto), siempre, eso sí, haciendo gala de un buen gusto y una ecualización digna de ser reseñada. Hawtin podrá gustar más o menos, calvo o con pelo, con gafas o con lentillas, pero de lo que no cabe duda es de que sigue estando entre los más grandes. Fuera de lo meramente musical también hubo fiesta para dar y tomar. Desde el propio Arnau soplando las velas de la tarta con los Dj´s cual cumpleaños en familia, a los propios invitados tirándose desde la cabina al público al finalizar la noche (para el deleite de éste, todo hay que decirlo)