Pop y rock para diferentes generaciones
ConciertosRío Verbena Fest

Pop y rock para diferentes generaciones

8 / 10
Ibán González — 29-08-2025
Empresa — Esmerarte
Fecha — 23 agosto, 2025
Sala — Recinto Ferial, Inca (Mallorca)
Fotografía — Mattias MonsterKid

La cuarta edición del festival Río Verbena celebrado en la ciudad de Pontevedra se desarrolló en dos jornadas con temperatura ideal para la celebración de un evento. Un cartel muy ecléctico y para edades muy diferentes, que incluía desde propuestas más comerciales, urbanas y para adolescentes hasta clásicos del pop y del rock de los ochenta. El viernes, Efecto Pasillo, hicieron bailar a los más jóvenes con sus hits incontestables, de estribillos pegadizos y ritmos veraniegos. Además, la banda demostró tener un sonido muy compacto y ser muy buenos músicos. Entre el pop, el rock, el funk y la música cubana destacaron canciones como “Me siento bien”. Llegaba el turno de Coque Malla, que celebraba sus 40 años sobre los escenarios y abría a lo grande con “Por las noches”, el viejo clásico de Los Ronaldos. Un concierto que fue un repaso, sobre todo, por su discografía en solitario, no exenta de canciones que ya son clásicos como “Berlín” o “No puedo vivir sin ti” a la que, en algún momento del concierto, se refirió a ella como ‘la canción de las bodas’. Tampoco faltó otro éxito inolvidable de su antigua banda, como es “Adiós papá”.

Uno de los grandes esperados de la noche era Loquillo, el viejo roquero barcelonés saltaba al escenario ante un público en el que destacaba gran cantidad de gente joven ansiosa por escuchar sus canciones más destacadas. Un concierto de dos horas centrado mayoritariamente en sus últimos trabajos, casi hasta el punto de desesperar algo a un público que pedía las canciones más conocidas. Sin ambargo, lo mejor estaba por venir: invitados como Álvaro de Benito (Pignoise) o Coque Malla animaron el cotarro interpretando “El rompeolas” y “Besos Robados”, respectivamente. El catalán dejó para el final sus viejos éxitos (“Rock de garaje”, “Feo, fuerte y formal”, “Rock’n’roll star” y “Cadillac solitario”), con los que llegaría el delirio.

Pignoise saltaban al escenario a las 00:45h con un repertorio de hits que hicieron cantar al público desde el minuto uno. Los de Álvaro de Benito se centraron en las canciones más emblemáticas, con las focalizadas en los primeros discos resonando con fuerza y señalando a lo que fueran grandes representantes de ese tipo de punk-pop de los primeros dosmiles que, en su día, triunfó entre los adolescentes. Destacaron su archiconocido “Nada que perder”, “Nada podrá salvarme” o “Sigo llorando por ti”. El último de la noche, Xoel López no se resintió en cuanto a público, con los asistentes aguantando hasta última hora para ver a uno de los grandes supervivientes del indie nacional. Un artista que, por mucho que pasen los años, sigue siendo una referencia. El coruñés no decepcionó, interpretando sus grandes clásicos en lo que fue toda una celebración en torno a un repertorio.

Ya el sábado, los jóvenes Javier Lago y Carla Lourdes abrieron la jornada. La cantante viguesa presentó las canciones incluidas en su primer disco, con una solemne banda y una actuación que serviría como aperitivo de lo que venía después. El coruñés Taïn también presentaba su reciente disco y, acompañado de banda, rayó a muy buen nivel, dejando un concierto muy consistente en el que diversas influencias rejuvenecieron el género. Nil Moliner, uno de los más esperados de la jornada, conquistó a los más jóvenes, que corearon hasta la saciedad canciones como “Libertad” o “Me religión”, destacando el espectáculo audiovisual que le acompañó, muy acertadamente, en momentos puntuales.

Una de las bandas que más ha crecido en los últimos años, Malmö 040 también fue un delirio para los adolescentes. Canciones de pop guitarrero, sin más postureo que ejecutar temas que funcionan como “Matar la pena” o “Un día más”. Llegó la hora de Carlos Sadness, ideal para una noche de verano. Un repertorio también centrado en sus canciones más emblemáticas y con alguna sorpresa incluida, como la colaboración de Carla Lourdes, la segunda de la noche, en “Amor papaya”, en la que apareció a mitad de canción y sin anunciar. Pero el delirio llegó con canciones como “Te quiero un poco” o “Todo estaba bien” prendiendo la llama del baile en todos los asistentes. Un festival en el que hubo de todo un poco y que entremezcló a diferentes generaciones que aún siguen creyendo en guitarras, estribillos y música pop.

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