Un año más, y ya van cuatro, Bilbao se convirtió este fin de semana en la capital del blues, con un cartel realmente atractivo que ofrecía diferentes alternativas para los y las amantes de los ritmos negros.
Una oferta inabarcable que este año destacaba por la variedad estilística de la que pudimos gozar a lo largo de estos tres días de festival… o mejor dicho, cuatro días, porque dentro del programa del Bilbao Blues Fest también se incluía, al igual que el año pasado, la final del Volotea Blues Challenge estatal, donde las cuatro mejores bandas del panorama actual compitieron para conseguir una plaza en el European Blues Challenge, uno de los eventos internacionales más importantes de este género musical. En esta ocasión, la banda Sirjo Cocchi & Balta Bordoy fue quien se llevó el gato al agua en una bonita pugna frente a BigBlack Rhino, Jonás Molina Band y María Carbonell Blues Mood, en una competición en la que cada banda pudo presentar su propuesta en conciertos de media hora en el kiosko de El Arenal, y en la que las cuatro demostraron el excelente estado de forma del que goza el género.
El día siguiente, y ya en el escenario principal de El Arenal, abrieron el festival la banda bizkaitarra Mississippi Queen and The Wet Dogs, quienes supieron sacudirse la responsabilidad de ser las primeras de la jornada a ritmo de soul, góspel, blues e incluso country en un concierto redondo, con una Inés Goñi estelar, perfectamente escoltada por un Aitor “Malamute”, que se reivindicó como uno de los grandes guitarristas de Bizkaia, y por una base rítmica muy notable. Una manera inmejorable de comenzar un festival.

Tras esta primera dosis de buena música, llegó el momento de The King of Blues, un nombre que, aunque pueda sonar pretencioso, no es ni más ni menos, que lo que nos encontramos encima del escenario. Una superbanda formada por Tony Coleman, Vasti Jackson, Kenny “Blue Boss” Wayne y Russell Jackson, todos ilustres músicos con pasado en bandas como las de BB King, James Brown o Albert Collins entre otros, y en la que todos tocan de lujo y cantan como los ángeles, dando un espectáculo superlativo y demostrando que, en esto de la música, la experiencia es un grado. Sin duda, uno de los mejores conjuntos que nos podemos encontrar en el circuito de festivales blueseros y que combinan un enorme talento con un sentido del espectáculo y la diversión, que hacen del show una experiencia inolvidable. Como nota negativa, la ausencia por enfermedad del saxofonista Waldo Weathers, cuya ausencia se notó, pero que el resto de los profesionales que forman su banda supo cubrir.

Y para cerrar la segunda jornada, desde Canadá llegaban los Blackburn Brothers, banda formada por los tres hermanos: Duane (voz/teclados), Brooke (guitarra/voz) y Cory (batería) junto con Neil Braithwaite (saxo tenor), Ted Peters (trombón) y Andrew Stewart (bajo). Todos ellos estuvieron magníficos en un concierto en el que el predominio de los sonidos funk envolvía un recital en el que, sin embargo, también se mostraron impecables en ritmos más cercanos al blues tradicional, e incluso al pop.

El inicio de la tercera jornada del Bilbao Blues Festival en el escenario principal corrió a cargo de la joven blueswoman Delanie Pickering, quien además de este proyecto en solitario, también forma parte de la banda de “blues & roots” Johnny Hoy and the Bluefish y toca en otras tres formaciones: Rosie’s Ritzy Revue, Black Eyed Susans y Outskirts. Casi nada. Un talento brutal que, con un inicio en el que demostró su capacidad para interpretar el blues más puro, fue despojándose de los nervios y completó un trepidante show que, más allá de los sonidos clásicos, se acercó por momentos al rock y el swing. Como protagonista estelar del día, llegaba a Bilbao la gran estrella de esta edición, y que, de hecho, recibió la txapela de honor de este año: el gran Jimmie Vaughan, quien a lo largo de la hora y 20 minutos que duró el bolo, supo dar exactamente lo que esperábamos: una lección de blues en la que se mostró sobrado, perfectamente acompañado por una banda sobresaliente.

Y para cerrar esta noche, nada mejor que abrir la mente a sonidos nuevos como los de Terrance Simien & Zydeco Experience, los mayores representantes mundiales de la música Zydeco, género tradicional de raíz de los criollos negros y multirraciales francófonos de Luisiana. Un estilo único que la banda supo mezclar con el reggae, la música espiritual, el rock y el funk para hacer de su concierto el momento más divertido de todo el festival, en un show dinámico y en el que no hubo ni un solo segundo de descanso.
Y el domingo, en la cuarta jornada de festival, el público bluesero pudo disfrutar de los conciertos de la saxofonista tejana Vanessa Collier, del espectáculo “Chicago Summer Tour” y de la diversión que siempre asegura la Ray Collins’ Hot-Club. Además de estos conciertos estelares, las y los aficionados al género, también se deleitaron con los conciertos de formato pequeño en el Kiosko de El Arenal a cargo de Sweet Marta & The Blues Shakers, Martín Burguez & His Rhythm Combo, la ya mencionada actuación de Delanie Pickering y el esperadísimo directo del maestro murciano de las seis cuerdas Al Dual. Como decimos, una oferta inabarcable que consolida a Bilbao como una de las grandes mecas del blues en la península y en Europa.
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