Quentin por Tarantino

Para disfrutar esta espectacular novela gráfica hay que cumplir dos requisitos. El primero de ellos es, evidentemente, ser fan del cómic. Algo que se les presupone porque ahora andan leyendo esta crítica. El segundo, y quizá más evidente todavía, es ser fan de Quentin Tarantino o, como mínimo, sentir curiosidad por su carrera. Si es así, este es su lanzamiento del año –aunque sea del pasado–. Sin ninguna duda. Porque aquí tienen doscientas cuarenta páginas de imágenes y un guion a la altura de su protagonista que nos llevan a conocer como un niño autodidacta acabaría convertido en uno de los cineastas más importantes de nuestra época.

Su adquisición vale cada uno de los euros que inviertan en ella. Porque eso es lo que estarán haciendo, una inversión, ni más ni menos. El guionista e ilustrador francés Amazin Ameziane –de nombre real Améziane Hammouche– ha construido aquí su obra maestra y difícil será que la supere –aunque se acerque con “Mata Nazis” –recientemente publicado en nuestro país vía Flow Press Media. Está claro que la verborrea habitual de un Tarantino siempre sin filtros se lo pone fácil en cuanto a conseguir un guion atractivo y, si no, y como ha reconocido el propio autor, se le hecha algo de imaginación para ficcionar algunas partes de esta pretendida biografía en imágenes. No se asusten. Nada grave. Aquí hay trabajo de fondo. Análisis previo. Búsqueda de fuentes. Y eso le da mucho más valor todavía a lo conseguido. Pero es que, además, entra por la vista de una manera abrumadora. Solo tiene que acercarse a su tienda habitual y tomarla entre sus manos. Se irán con ella bajo el brazo, seguro.