Empezamos bien: en la primera página de este cómic ya le amputan una pierna a Rimbaud. Corría el año 1891. A continuación el autor Xavier Coste retrocede 21 años en el tiempo para explicarnos con dibujos cómo fue la vida de joven del poeta francés Arthur Rimbaud.
Así nos enseña que se fugó un par de veces a París desde su pueblo natal persiguiendo el sueño de ser poeta; cómo empieza a moverse por los círculos bohemios del barrio de Montparnasse, donde conoce al literato Paul Verlaine, y cómo le arruina la vida a este último. Descarado, idealista e impertinente, un jovencísimo Rimbaud lleno de energía empieza a liarla parda en la capital francesa y a granjearse no pocas enemistades: “¡Yo lo que quiero es hacer pasar la vida, la energía, a mis poemas! ¡Prenderle fuego a mi escritura!”
Si lo que explica este libro ocurrió realmente, Arthur Rimbaud fue como el Vincent Van Gogh de la poesía y Paul Verlaine su particular Paul Gauguin: vivieron relaciones intensas e insanas entre ambos donde las líneas que separaban la admiración, el amor y el odio eran finísimas y muy permeables. Si realmente Xavier Coste se ha documentado bien con la biografía del poeta y lo ha plasmado con dibujos, ¡menudo ficha! De aquí el apelativo que aparece en el título del cómic, “Rimbaud el indeseable”.
Con un estilo pictórico muy acorde a la época que retrata, Coste nos muestra también la desastrosa relación que mantenía con su madre y su etapa de evasión en África, donde Arthur se convierte en viajero, vagabundo, buscavidas e incluso traficante de armas. Todo por obligación, ya que no consigue ganarse la vida con sus poemas y acaba desengañado por cómo funciona el mundillo del arte. Este poeta maldito de carácter difícil terminó sus días de forma penosa en un hospital de Marsella… Una auténtica pena, porque el talento y la energía le rebosaban por todos sus poros.
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