No os indignéis tanto
ComicsManel Fontdevila

No os indignéis tanto

8 / 10
Luis J. Menéndez — 25-02-2014
Empresa — Astiberri

La dichosa crisis, además de para vaciarnos los bolsillos a la mayor parte de la población de este país, ha servido como inspiración a un buen puñado de economistas, sociólogos y analistas más o menos documentados que han inundado el mercado de libros con recetas económicas de todo tipo. El mundo del cómic también ha conocido en esa línea la aportación de Aleix Saló, que en la trilogía “Españistán : este país se va a la mierda”, “Simiocracia: Crónica de la gran resaca económica” y “Euro Pesadilla. Alguien se ha comido a la clase media” explica en clave más o menos humorística cómo en unos años España ha pasado de ser considerada el milagro económico de occidente a encabezar la piara de PIGS que “avergüenza” a Europa.

Conocemos el compromiso de Manel Fontedevila con las políticas sociales de izquierda desde hace años: siempre ha impregnado su obra, aunque ha terminado de hacerse explícito a su paso por el diario Público y, en los último tiempos, en su colaboración con Eldiario.es. Por eso el título de este pequeño gran álbum no nos coge por sorpresa. Más allá de la anécdota en forma de historieta a la que hace referencia, “No os indignéis tanto” apela directamente a los protagonistas y destinatarios últimos de la obra, un ciudadano que se debate entre la confusión y la rabia, impotente al sentirse estafado e insultado por las élites dirigentes.

En “No os indignéis tanto” lo de menos es la explicación de cómo hemos hasta este punto, por mucho que Fontdevilla recurra en algunos pasajes a una gráfica exposición de cómo derechos y libertades están siendo violentadas para garantizar el inmovilismo popular. Pesa más el relato del dibujante/ciudadano que pasa del escepticismo inicial con las primeras manifestaciones del 11-M al cabreo con el tratamiento mediático de episodios ya históricos como el rodea el Congreso o el Parlamento catalán. Y lo hace a partir de una serie de capítulos/historias por los que se cuelan Georges Brassens, el secuestro de El Jueves con motivo de su ya famosa portada del Principe Felipe y Letizia Ortiz o las propias experiencias de un Fontdevila cada vez más consciente de que no es posible quedarse cruzado de brazos asistiendo al colapso generalizado. Porque tal y como están las cosas parece que absolutamente todas las decisiones de nuestro día a día se han convertido más que nunca en un acto político, tal y como explica de forma muy gráfica el propio Fontdevila cuando denuncia la nada inocente elección de La Codorniz como súmmum del humor inteligente.

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