A menudo se oye o se lee a alguien refiriéndose al “misterio del mal”. Es posible que el mal, el que se hacen los seres humanos entre sí o al mundo que les rodea, sea enigmático. Pero el hecho es que muchísimos artistas de todos los campos lo han sondeado a lo largo de los siglos, del Macbeth de Shakespeare a Tony Soprano y Hannibal Lecter, pasado por los centenares o miles de novelas, cómics o películas de género negro que se lanzan cada año.
Sin embargo, no parece tan sencillo localizar obras de calidad que se ocupen de la felicidad, la amistad o el altruismo, acerca del sencillo placer que inspira un paseo por la naturaleza o leer un buen libro. En definitiva, aquellos aspectos de la vida que la vuelven más digna, más positiva para nosotros y nuestros semejantes. Así que, quizás, lo más enigmático es el bien y lo más difícil es escribir, rodar, pintar o componer algo genuinamente excelente sobre cualquiera de las formas que adopta. Y que, además, no resulte nunca cursi, empalagoso ni tópico.
Esto es, sin embargo, lo que consigue el dibujante argentino Liniers en “Macanudo”, una tira cómica que comenzó en 2002, de la que acaba de publicarse su último tomo recopilatorio, con un título significativo: “El optimismo es para los valientes”. Cuando recorres sus páginas, no cabe duda de que Liniers conoce muy bien clásicos como “Calvin y Hobbes”, “Peanuts” o, por supuesto, la “Mafalda” de Quino. Pero, a la vez, ha logrado transcender todas esas influencias para crear algo personal, único. En parte, por su maravilloso dibujo a tinta y acuarela. Pero, más que por ninguna otra cosa, por su contenido. La manera más sencilla de definir “Macanudo” es afirmar que el autor bonaerense ha construido, tira tras tira, un universo propio.
Este contine un cierto número de personajes recurrentes: duendes de sombreros puntiagudos, pingüinos muy dados a filosofar, dos brujas ancianas a las que los habitantes de un pueblo siempre intentan condenar -con escaso éxito- a la hoguera, y un par de niños capaces de ganarse en unas pocas viñetas el corazón más endurecido. Por un lado, nos encontramos a Martín, que tiene por amigo imaginario un monstruo azul con un sombrerito que sólo dice “Olga”. Y por el otro a Enriqueta, una niña bibliófila, muy imaginativa y feliz, a la que acompaña Fellini, su gato, y un oso de peluche llamado Madariaga. Pero estos no interactúan entre sí. Tampoco hay una gran historia de fondo, ni una continuidad narrativa. Todos estos personajes reaparecen una y otra vez con sus aventuras, chistes y dilemas vitales.
El universo de “Macanudo” es fantástico, lleno de elementos surrealistas, sueños extravagantes y magia, pero en su temática predomina un existencialismo amable y cotidiano, a veces suavemente irónico. Hay aquí y allá referencias culturales, de Joseph Conrad a Stephen King, pasando por Herman Melville, Lovecraft o, incluso, Baby Yoda, pero eso no impide que sea una obra atemporal y accesible para cualquier lector con un mínimo de buen gusto. En algunos casos, las tiras se limitan a ser pequeños y encantadores gags visuales. Peo, en otras muchas, tras una superficie ligera y desenfadada, se ocultan las paradojas de nuestra condición humana. Tanto de una manera como de la otra, merece muchísimo la pena.
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