El primer libro de Moderna de Pueblo (alter ego de Raquel Córcoles) explotaba las mismas armas que hicieron de Muchachada Nui un fenómeno social. Esto es, dirigirse a la gente de su generación utilizando sus propios referentes: bye bye Pantoja y hola Alaska & Mario. El cómic, claro, se convirtió en un éxito y desde entonces a la Moderna De Pueblo se le puede encontrar en publicaciones tan diferentes como El Jueves o Cuore.
Raquel, que de tonta no tiene un pelo por mucho que en algunos de sus sketches le guste jugar a retratarse como si lo fuera, presenta ahora este segundo volumen de sus aventuras en la gran ciudad que supone un salto hacia delante de lo que nos había mostrado hasta ahora. Esto es, permanece su tan reconocible (y limitado) grafismo, el ligoteo juvenil y los guiños reconocibles al Madrid “modernequi”, el Nasti, los trapitos made in Triball y los grupos malasañeros.
Pero a diferencia de lo que ocurría con aquel primer volumen, en esta ocasión su diario de desamores no se queda en una mera sucesión de chistes autoconclusivos. A pesar de que Raquel compone su primera novela gráfica con aquellos elementos que le dieron a conocer, apuesta en esta ocasión por una estructura muy similar a la de Nick Hornby en “Alta fidelidad”: la de la lista de descalabros emocionales en inevitable primera persona con la que el personaje evoluciona a lo largo de sus 160 páginas. Aunque el verdadero valor de “Los capullos no regalan flores” va más allá de sus cualidades formales y tiene más que ver con la habilidad de la Moderna de Pueblo para retratar con agudo sentido del humor situaciones y personajes con los que muy probablemente todos los menores de 30 años habituales de MondoSonoro se sentirán de un modo u otro identificados.
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