Destinado a ser leído junto a los más pequeños de la casa, pero no exento de interés para los más puretas, este bonito libro en el que destaca el excelente trabajo a la acuarela de su autora tiene mucho de visual y poco texto. Un guion de género fantástico, pero ya conocido. Ya saben, clásico enfado del personaje principal con su familia, cosa que hace que salga pitando en un picnic familiar, para dar inicio a sus aventuras. Todo con la garantía, eso sí, de Camille Jourdy, a la que recordamos por la mítica “Rosalie Blum”, con la que se llevó el premio Angouleme en 2010 y que acabó en la gran pantalla de la mano de Julien Rappeneau.
Jourdy domina como pocas la ilustración infantil, y eso se nota en el apartado gráfico, cosa que hace que los más jóvenes se enganchen de manera rápida a una obra que sigue confirmando a su autora como una de las grandes realidades del cómic francés.
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