El único e inimitable Paco Alcázar vuelve a la carga con sus personajes temblorosos y sus diálogos torrenciales. Y el que más grima sigue dando es Silvio José Pereda, ese parásito casposo que saltó a la fama en las páginas de “El Jueves” y que aquí irrumpe en la vida de la vigilante del metro Victoria Cabezas y de sus sufridos compañeros de piso.
La galería de personajes freaks de “La gran época” es notable, siendo mi favorito el editor fracasado y arruinado que siempre intenta liar a cualquier escritor que se le cruce en el camino. También los tics de Alcázar son abundantes: el uso del subrayado de los conceptos clave en los bocadillos de los diálogos y el abuso de la interjección “ER” cuando un personaje duda sobre lo que tiene que decir.
Las situaciones planteadas por el autor nacido en Cádiz pero crecido en Barcelona son hilarantes y absurdas a más no poder a lo largo de estas historias de 2/4 páginas que ya fueron publicadas en la revista digital “Orgullo y satisfacción” en el período 2014-2016. El presente volumen recopila 32 historias independientes (alguna de ellas inédita), cada una con su fin pero interrelacionadas entre sí por los personajes que las protagonizan.
En total son ochenta páginas donde se pueden leer diálogos tan descacharrantes como el que se produce en esta tienda de ropa de bebés, propiedad del padre de Silvio José: “-Hola, busco ropa de bebé con logos de grupos de black metal escandinavo para mi pequeño Magnus. -Oh, qué mono. ¿Es su nietecito? – No, es un muñeco reborn… Los fabrico yo, ¿sabe? ¡Es más divertido que tener un hijo de verdad! -Ya… Yo no he tenido hijos, pero la vida me ha demostrado que pueden ser un problemón.” El mismo Silvio José es la prueba fehaciente de estas últimas palabras.
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