Jekyll & Hyde

Bang Ediciones sigue con su recopilación de adaptaciones de grandes obras de la historia de la literatura en su colección Clasicomix. Esta vez, le ha tocado a la obra de Robert Louis Stevenson, “Jekyll & Hyde”, por la mano de Tyto Alba (“Solo para gigantes”, “Tante Wussi”, “La vida”).

Casi todo el mundo conoce esta historia en la que se habla de la dualidad que se esconde dentro de cada ser humano. No somos completamente buenos ni malos, somos seres que nos dejamos arrastrar por los deseos a la vez que intentamos cumplir con las convenciones sociales y morales que nos permiten vivir en comunidad. El Dr. Jekyll, científico de renombre de imagen impecable, tuvo una vida de desenfreno que se obligó a esconder para poder llegar a la bonanza social y económica que tiene al principio de la historia, pero su lado oscuro se mantuvo en una llamada latente. Esta es la razón por la que encuentra un remedio a su situación: una poción que cambia su aspecto y enfatiza su maldad ofreciéndole la oportunidad de dar rienda suelta a su parte más desbocada, representada en Mr. Hyde.

Como suele pasar en muchas adaptaciones, el cambio de formato permite la experimentación sacrificando aspectos de la obra original mientras se potencian otros. En este caso, al provenir de una novela conocida, no se dedica tanto espacio a la gran revelación del libro, Jekyll es Hyde, sino que se busca una inmersión en la concepción del bien y el mal que encierra cada persona. Sin embargo, este desinterés por la intriga inicial hace de las primeras páginas un mero trámite que no suscita demasiada curiosidad. Suerte que el cómic dura apenas cincuenta y seis páginas, porque muchos lectores podrían perderse esa segunda mitad en la que se profundiza en la psique del personaje y en la que el formato cómic empieza a cobrar sentido.

A medida que se avanza a través de las páginas, se pueden encontrar viñetas muy potentes que muestran con claridad la fragmentación de la mentalidad del Dr. Jekyll. No obstante, no alcanzan a ser las suficientes para justificar esta nueva adaptación. De todas formas, es una buena manera de entrar al clásico si no se quiere pasar por la narrativa decimonónica de la obra original.