Hechizo total

En la tradición del mejor cómic underground norteamericano, de los Freak Brothers de Gilbert Shelton a los trabajos más radicales de Matt Groening, aterriza por vez primera en nuestro país la obra del australiano Simon Hanselmann. Se trata de un álbum recopilatorio de las aventuras de Megg, Mogg & Owl, que vieron por primera vez la luz en un Tumblr y desde entonces no han dejado de ganar adeptos a lo largo y ancho de todo el mundo. Fulgencio Pimentel, garantía de calidad en cuanto a edición, las compila en este álbum de casi 200 páginas a todo color.

Sus protagonistas, los citados Megg, Mogg & Owl, son una bruja, su gato y un búho debidamente antropomorfizados cuya principal obsesión son las drogas (en el caso de los dos primeros) y el sexo (en el del búho), lo que les lleva a correr una serie de aventuras en un contexto urbano e inevitablemente degradado que habitualmente terminan con el búho Owl humillado y apalizado y Megg y Mogg con un globo de campeonato.

El valor de estas historias, más allá del divertimento macarra que proponen, hay que buscarlo en las raíces autobiográficas que tiene la obra de Hanselmann, un chaval que no ha tenido nunca inconveniente en revelar el carácter terapéutico que el cómic ha tenido en una vida llena de problemas: la adicción a la heroína de su madre, el padre enganchado a ética y estética motera, y su propia experiencia con el alcohol y las drogas psicodélicas… Por eso entre tanta irreverencia y humor negro se cuelan ramalazos de melancolía y pistas que apuntan a la incomunicación que sufren unos personajes víctimas de su propia crueldad y egoísmo, condenados a la soledad incluso dentro de su pequeño y en apariencia indestructible círculo de amistades. Y es así que “Hechizo total” se lee con una sonrisa torcida.