El hombre que plantaba árboles

En los últimos años, la literatura ecologista ha ido ganando cada vez más fuerza, nutrida por la necesidad de visibilizar la emergencia del cambio climático y ensalzar ese retorno a esa vida simple que Thoreau ya postulaba hace más de ciento cincuenta años en “Walden”. La ilustradora Sandra Hernández se estrena en el panorama del cómic adaptando precisamente uno de los textos esenciales del ecologismo, “El hombre que plantaba árboles”, un cuento que el escritor Jean Giono regaló al mundo en 1953 y que generaciones de lectores ya han convertido en un clásico.

Se trata de un relato breve, bello en su simplicidad y riqueza, donde el autor francés, narrando en primera persona, explica sus sucesivos encuentros, a lo largo de treinta años, con Elzéard Bouffier, un hombre que, alejado del mundanal ruido y de la barbarie de las guerras, se había propuesto repoblar de árboles un erial abandonado. Durante mucho tiempo, se dio por sentado el carácter autobiográfico del texto y fue el propio autor quien, en 1957, aclaró que Bouffier era un personaje inventado. Sin embargo, en él depositó todos sus ideales y valores: el pacifismo, el compromiso, la búsqueda de una vida sencilla y la importancia de la naturaleza.

El estilo de Sandra Hernández, naíf y colorista, logra captar perfectamente la esencia del cuento de Giono, ofreciéndonos una naturaleza exuberante, digna de las pinturas de Henri Rousseau: un jardín del Edén rebosante de formas enérgicas y tonalidades vibrantes donde la figura bondadosa y vigorosa de Elzéard Bouffier se erige como un benefactor altruista y desinteresado. Las viñetas donde aparece el personaje, poderosas en color y luz, contrastan con aquellas que retratan la guerra y la vida egoísta en las ciudades, en las que la gama cromática se apaga y las formas se vuelven angulosas y bruscas.

Un clásico atemporal para todas las edades, bellamente ilustrado, en una edición cuidada y sencilla de Bang ediciones que logra devolvernos un mensaje vital y actual: más árboles y menos barbarie.