Alguien podría llegar a pensar que Chuck Palahniuk está intentando exprimir al máximo el éxito de su famosa novela “El club de la lucha” con secuelas innecesarias. Vale, los personajes principales son los mismos (Tyler Durden y Marla Singer) y sigue habiendo mucha teoría conspiranoica (aquí a cargo de la Iniciativa Extinción), pero en esta tercera entrega de la saga hay poca lucha y la trama es demasiado enrevesada. En lugar de ojos hinchados y moratones, los miembros de “El club de la lucha 3” se reconocen por un tatuaje de un corazón en el cuello.
El poco texto de Palahniuk dificulta poder interpretar alguno de los hechos dibujados por Cameron Stewart; no en vano, lo mejor de este volumen de tapas duras es el apartado estrictamente gráfico, con multitud de viñetas muy detallistas y llenas de color. Quizás las más de trescientas páginas de esta obra resulten excesivas, aunque su distribución en doce capítulos obedece al guión del escritor de Washington: se trata de los doce meses de un año en el que podemos seguir el embarazo de Marla Singer.
Tampoco ayuda a la valoración global la elección de la portada, horrible bajo mi punto de vista. Esencialemente porque todavía sigo sin entender qué tiene que ver ese dibujo con la trama desarrollada en las páginas de la obra gráfica.
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