El caso David Zimmerman

Como un storyboard definido magníficamente y pulido hasta el mínimo detalle. Así de cinematográfica es la propuesta de los hermanos Harari para este cómic titulado “El caso David Zimmerman”. No en vano, Arthur Harari es director de cine, pero sobre todo destaca por ser guionista. Hace dos años ganó un Óscar –entre otros premios– por el guion que coescribió junto a su pareja Justine Triet para “Anatomía de una caída”, dirigida por Triet.

En efecto, en las trescientas cincuenta páginas de este tomo, predominan las imágenes sobre los textos y algunas viñetas funcionan como un zoom abriendo campo. Aunque este no es el único recurso cinematográfico del cómic, ya que para las transiciones entre capítulos los hermanos Harari han utilizado páginas en negro como si de fundidos se tratase.

Ambientada en un París contemporáneo y poco turístico –concretamente en el barrio cosmopolita de Belleville–, la historia de “El caso David Zimmerman” pone sobre la mesa un interesante debate sobre la identidad, tanto sexual como religiosa. Se trata pues de un thriller apasionante, cuyo ritmo es trepidante en algunos pasajes, que se escuda en una temática propia de la ciencia ficción: el body swap, o el intercambio de cuerpos en lengua castellana.

Para ambientar su historia estos hermanos nacidos también en París han utilizado canciones de Daft Punk, The Weeknd y de Leonard Cohen. Es más, en el prólogo de la obra aparece una parte de la letra de “Lover Lover Lover” (del disco “New Skin For The Old Ceremony”, que el canadiense publicó en 1974): “I cried, please let me start again/I want a face that’s fair this time/I want a spirit that is calm”. De nuevas pieles, de otras caras y de empezar de nuevo va este excelente cómic. El storyboard ya está listo, ahora solo falta que algún director se atreva a trasladarlo a la gran pantalla.