La serie gráfica de “Ángel Sefija”, creada por Mauro Entrialgo hace más de veinte años y que aparece semanalmente en las páginas de “El Jueves”, alcanza el que es su decimocuarto tomo recopilatorio. Un periplo en el que el ilustrador ha sabido mantenerse convenientemente renovado, tanto como para propagar toneladas de un humor siempre ácido, vigente e imprescindible.
Entrialgo también sigue siendo un autor necesario cuando se trata de retratar (y al mismo tiempo satirizar) el entorno y la sociedad patria, con un acongojante nivel de realismo que replica cada temática en base al recurso afilado o directamente cortante. El de Vitoria procesa actitudes comunes y las plasma con ironía e inteligencia en cada una de sus viñetas, hasta concretar zarpazos costumbristas que evidencian las vergüenzas de los protagonistas. Es la constante que guía el asunto y que, filtrada a través de la mente y el lápiz del dibujante, concreta también el propio hilo argumental de la referencia.
Con ese trazo que hace tiempo que dejó de ser identificable para convertirse directamente en clásico dentro de la cultura de cómic de nuestro país, Mauro Entrialgo entrega un descacharrante testimonio acerca de aquella actualidad –social, política o de mera tendencia– reconocible en cualquier rincón de la península. El volumen es capaz de motivar al mismo tiempo la risa y la (nada cómoda) reflexión acerca de aquella sociedad que engulle al ciudadano, así como de la manera en la que enfocamos –en consecuencia y más o menos forzados– nuestras propias vidas.
Desde la corrupción política al auge de las redes sociales, pasando por el uso masivo de la tecnología, el tiempo libre y, por supuesto, las secuelas de la pandemia. Todo tiene cabida en un cómic tan apropiado para evaluar el momento actual como para asimilarlo con esa sorna que, a menudo, resulta imprescindible para sobrellevar el día a día.
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