Por eso le hemos preguntado por las cinco canciones que considera esenciales de su trayectoria tanto con Los Sencillos como en solitario.
Bonito es (“Encasadenadie, 1991)
Casi un año antes de publicarla la tocamos en público por primera vez en la discoteca Young Play de Hernani. Allí nos dimos cuenta de que teníamos una gran canción entre manos. La producción de Jesús N. Gómez y nuestras ganas de innovar hicieron el resto. Lo llaman “clásico”.
Drama (“Colección de favoritas”, 1999)
Barcelona como escenario, el pop sintético entre ceja y ceja, la etapa blanca de Los Sencillos, el último disco con esa marca. Inamovible en mis repertorios desde entonces. Riff de guitarra, estrofa, puente, estribillo. Y vuelta. Otra letra de desamor para el marcador.
El Sirviente ("Impar”, 2008)
Más de dos años estuvo la melodía guardada en un cajón. No podía ser tan redonda, era una copia. Al final el visionado de “El sirviente” de Joseph Losey me inspiro una letra. Julio Bustamante se declaro fan y un amigo del país vasco años después le encontró parecido con “Secretaria” de Mocedades. Todo en orden.
Vos trobava a faltar (single en 2013, “Escuela de capataces”, 2017)
Dicen que cuando canto en catalán tengo otra tonalidad. Puede. Esta es una declaración de amor al acto de subirse a un escenario. Cruda y muy sincera, con el estribillo al final. La grabamos post-punk, pero tiene alma de northern-soul. Otra canción M-Puig-M.Botey como Drama, también inamovible del repertoire.
Cadera de mimbre, la leyenda feat. Irantzu Valencia (“Miqui Puig canta vol.7”, 2022)
Junto con “La puta canción de amor donde el chico gana”, esta entra en la categoría de sueños hechos realidad. Jeanette cantó en la primera, y para esta logré que Irantzu se sumara a la grabación. Las dos flotan, beben del pop y del pop sintético. Llámalo Abba, llámalo Battiato, llámalo Claustrofobia. Cadera de mimbre vive y trabaja en Tarragona, me lleva diez años y pincha conmigo. Dos gotas de agua.

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