Burgos 2021 “Conociendo a Besmaya”
(por José Ángel Mercader)
En 2021, actuamos junto a Besmaya en un festival. Al acabar el concierto, nos dimos cuenta de que nos alojábamos en el mismo hotel, así que nos pusimos a hablar en la entrada. Son gente muy maja, y charlamos durante horas. Todo sea dicho: nos tomamos alguna cerveza de más. Ya era bastante tarde cuando me fui a la habitación a dormir. Por la mañana no encontraba mi maleta y estuve revisando cada rincón durante un buen rato. Después de revisar todas las furgonetas y recorrer todo el hotel, nos dimos cuenta de que me la había dejado en el jardín de la entrada.
Conexión Valladolid 2022 “Batalla de baile”
(por Pepe Esteban)
Sucedió en Valladolid. Estábamos en el camerino cuando, de la nada, comenzó una batalla de baile entre mis compañeros de banda… y nada menos que Kase.O. Yo, sin embargo, me lo perdí por completo porque estaba fuera, fumándome un cigarro. Cuando me enteré de lo que había ocurrido, me dio una rabia tremenda. Para mí, Kase.O es un ídolo absoluto, y la idea de haberme perdido ese momento magistral me dejó jodido. Con un par de cervezas en el cuerpo y la frustración a flor de piel, me acerqué a la puerta de su camerino y llamé varias veces con la esperanza de que alguien me abriera. Quería saludarlo, explicarle que me había perdido el baile y, quién sabe, quizá hasta recuperar la oportunidad. Pero nada. Nadie abrió. Claro, estaban de celebración, lo entendí perfectamente, aunque eso no evitó que me quedara triste durante los meses siguientes. Sin embargo, el destino es caprichoso. Un tiempo después, sin saber muy bien cómo, coincidimos con Kase.O en el Vive Latino de Zaragoza. Y allí, por fin, lo conocí. Le conté esta anécdota y resultó ser un tío increíble, más majo que las pesetas. Al final, lo que empezó como la frustración de un baile perdido terminó en una noche de fiesta por Zaragoza junto a uno de mis ídolos.

Barbarroja Pop Festival 2022 “Carretera al infierno”
(por Antonio García)
Dábamos un concierto en Cintruénigo, Navarra, en plena ola de calor que azotaba toda España. Para llegar hasta allí, habíamos salido de Albacete y teníamos que cruzar media península en nuestra poderosa furgoneta. Y, como era costumbre, ocurrió lo inevitable: el aire acondicionado se rompió. Creo que se averió cerca de La Roda, así que asumimos nuestro destino: cruzar el país a bordo de una furgoneta convertida en un horno sobre ruedas. En un intento desesperado por mitigar el calor, Alberto, nuestro road manager, tuvo una idea “brillante”: parar en un MediaMarkt a las afueras de Madrid, comprar un ventilador y enchufarlo dentro del vehículo. No solo nos vendió la idea como una solución definitiva, sino que además dijo: “No os preocupéis, lo pago yo porque luego me lo quedo para casa, que también paso mucho calor”. Así que compró el ventilador, lo instaló con toda la ilusión del mundo… y en cuanto lo encendimos, solo movía aire caliente. Más calor todavía. En el kilómetro 2 de nuestra salida del MediaMarkt, lo apagamos para siempre. No sé si Alberto llegó a usarlo en su casa, pero en la furgoneta fue un completo fracaso. Seguimos avanzando, cada vez más sofocados, hasta que, ya en Navarra, el paisaje empezó a convertirse en un desierto interminable. Yo sentía que me moría. En un ataque de desesperación, paramos en una gasolinera y me compré una botella de agua fría. Me la eché entera por encima, sin importarme nada. Volvimos a arrancar. Todavía quedaban un par de horas para llegar a Cintruénigo. Yo estaba prácticamente desnudo en un rincón de la furgoneta, echándome agua cada pocos minutos, convencido de que no lo iba a lograr. Y entonces, José Ángel, con todo su cabrón espíritu de supervivencia, decidió poner “Highway to Hell” y empezar a cantarla imitando la voz de Brian Johnson.
La escena era surrealista: atrapados en aquel infierno rodante, a 40 grados o más, y José Ángel berreando “Highway to Hell” con toda su alma. No pude evitarlo. Me entró un ataque de risa, una risa incontrolable que, de alguna forma, me salvó la vida. Finalmente, llegamos a Cintruénigo, dimos un buen concierto sobre un camión-escenario y, aunque el calor nos había castigado sin piedad, aquella locura quedó como una de las anécdotas más divertidas de la gira.
Granada Sound 2023 “Una noche… en el hospital”
(por José Ángel Mercader)
En 2023, aprendí lo que realmente significa “The show must go on”. Estábamos en el Granada Sound, y colaboramos en el escenario con Viva Suecia, que también actuaban ese día. Ellos se subieron a nuestro concierto para cantar “Qué vida tan dura”, y nosotros colaboramos durante “El Bien” en su show. Yo, la verdad, llevaba todo el día sin encontrarme demasiado bien, pero no imaginaba cómo acabaría la noche. Tras tocar con ellos, empecé a sentirme bastante mal y tenía una sed tremenda. Ya en el hotel, el malestar y el dolor eran insoportables y le pedí a nuestro guitarrista, Pedro, que me acompañara a urgencias. Me diagnosticaron cólico nefrítico y pasé toda la noche en el hospital. Por la mañana, sin embargo, tomamos rumbo a Murcia, para actuar esa noche en el festival B-Side de Molina de Segura.
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