Acabo de tener un coitus interruptus con Faris Badwan, el cantante larguirucho y narigón de The Horrors. La entrevista iba a propósito de Cat’s Eyes, su nuevo proyecto, y los problemas con la conexión telefónica han convertido la entrevista en un pequeño desastre.
Al margen del tema telefónico este, buceando por ahí en busca de información me encontré con diversas entrevistas en las que hacía referencia a sus debilidades musicales: un popurri en el que caben Music Machine, Margo Guryan, These New Puritans, Spacemen 3, Bessie Smith, Serena Maneesh, The Seeds, Black Lips,… Todo así como muy exquisito pero también inconexo. En un texto que encuentro en la red Faris reconoce encantado de la vida que acaba de descubrir a Bauhaus y hace un rato me ha comentado que escuchó por primera vez a Broadcast hace unos meses, cuando el proyecto Cat’s Eye ya estaba en marcha. Creo que todo esto es un buen ejemplo del cambio en los hábitos de consumo de la música en los últimos años y sus consecuencias, las positivas y las negativas, claro: de un lado la falta de prejuicios y del otro una visión un tanto distorsionada y atropellada del modo en que se ha construido la música popular en los últimos sesenta años.
Por cierto, más que músico Faris siempre se ha considerado ilustrador. De hecho cuenta con un libro ilustrado publicado por Vice, varias exposiciones y una consistente formación académica en el Central Saint Martins College of Art and Design (en el que por cierto también estudiaron Jarvis Cocker, Joe Strummer, Billy Childish y PJ Harvey).
Volviendo al tema este de las influencias y cómo se asimilan él habla de Edward Gorey (un topicazo de los gordos, vaya).
Me diría mucho más en su favor si me hubiera reivindicado los comics de Brian Chippendale, el batera de Lightning Bolt, otro que como él tiene horror vacui…
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