
Veo en diferentes medios de Internet que Promusicae ha publicado por error la lista de los 100 discos más vendidos con las cifras de la semana y también las acumuladas desde su publicación. Al margen de confirmar algo que ya se sabía (que las cifras son ridículas, raquíticas si las comparamos a las de hace un decenio) nos sirve para hacernos una idea de la dimensión de nuestros artistas: Manel están en los 24.000 tras 6 semanas desde la salida del disco a tiendas, Antonia Font y Nacho Vegas en 4.000, La Bien Querida no llega a los 1.000, que supera por los pelos Sr. Chinarro y más holgadamente Dúo Kie, y 75 unidades vendidas son suficientes para entrar en el top 100 semanal, lo que da pie a que pasen cosas tan raras como ver por ahí a Nick Cave ¡con la reedición de "The Firstborn Is Dead"! A nivel internacional REM andan por los 5.500, The Strokes por 2.400 y Adele sorprende con sus más de 7.000 copias.
Todo esto nos da una medida relativa de dónde estamos, aunque si enfrentamos estas cifras a las de los artistas mainstream (la mayor parte apenas superan las 25.000 copias vendidas) pues da que pensar que algo hemos avanzado: no sé hasta qué punto la deriva de las ventas hacia el indie y el fracaso del espantoso modelo “40 Principales” tienen relación directa con las descargas indiscriminadas, pero lo que está claro que en España por vez primera existe una tendencia -y es clara- por el consumo de música digamos que “de mayor calidad”, en la que lo comercial y la preocupación por el resultado artístico no están reñidos.
Y en estas vamos nosotros y salimos con una portada a propósito del segundo disco de Russian Red. En el editorial de este número dice Joan Luna: “[…] Y así llegamos a nuestro número de mayo, con otro nombre importante de la escena Indie más mainstream (¿o ahora es al contrario?). Tras haber sido artista demoscópica de MondoSonoro y revolucionar el mundo de las cantauoras en nuestro país en todo un tsunami mediático, llega el segundo larga duración de Russian Red. Los cuchillos estarán afilados, lo sabemos, pero las ganas de escuchar lo que tiene que ofrecer Lourdes Hernández en “Fuerteventura” son grandes”. Efectivamente, la decisión de la portada de este mes acabó en tumulto guerracivilista dentro de la redacción, y hay alguna otra anécdota interesante a propósito de la entrevista que deja claro hasta qué punto los prejuicios dominan este mundillo de la música independiente, una etiqueta que además cada vez está más vacía de contenido.
Mi posición al respecto es que este disco de Russian Red puede y debe ser decisivo para el pop hecho en España porque de su éxito o fracaso comercial depende que definitivamente se le de la espalda a tanto pop chancletero y tanto pensionista de los 80 para apostar por proyectos vivos, actuales, y sobre todo ambiciosos (no nos quedemos en nuestro estudio para repetir una fórmula de éxito una y otra vez, por favor...) que miran a la cara a lo que se hace en otras partes del mundo: no es una locura hacer la comparativa entre la dupla Adele / Rumer y Russian Red. Quién nos lo iba a decir…
Echo la vista atrás y pienso en cuál fue el disco, el momento más decisivo en los 90. Y no, no me parece que fuese el delicioso soplo en el corazón de Family, ni siquiera la irrupción de Los Planetas vía RCA, tanto como el éxito del “Chup Chup” y Australian Blonde vía "Historias del Kronen", la gira Pepsi y demás. Aquel día muchos se dieron cuenta de que había vida para lo “alternativo” más allá de los tugurios de carretera y del amigo americano (como sucede ahora con Arcade Fire, por ejemplo, Nirvana también triunfaban en España, y también aquellos llegaban con el respaldo multinacional) . Aunque fuera a costa de llevarse por delante al grupo, condenados desde entonces los asturianos por sus compañeros de generación y sometidos hoy al más absoluto de los olvidos: una carrera truncada por el éxito temprano, otra vez la misma vieja historia.
¿Habremos madurado en todos estos años? ¿Estamos preparados al fin para caminar al mismo pie que Europa y EE UU? Pues vamos a verlo. A mí, personalmente, el momento que estamos viviendo me resulta tan imprevisible como fascinante…
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