Mientras espero a que Gregg Araki entre al Zoom, me doy cuenta de que estoy bastante más nervioso de lo que pensaba. No todos los días tienes ante ti a uno de los directores más interesantes de nuestro tiempo. Confieso que mi primer acercamiento a su cine fue buscando porno (esto no se lo digo, aunque creo que le habría hecho gracia) gracias a una escena de “Kaboom” (10). Lo bueno es que acabé viendo la película completa, y encontré en ella algo distinto, quizás inclasificable. Algo que volvería a ver después en otras pelis suyas que me fliparon aún más, como “The Doom Generation” (95), “Mysterious Skin” (04) o “Nowhere” (97), que ha estrenado remasterización en el Atlàntida Film Festival organizado por Filmin (dicha remasterización puede verse ahora, de hecho, en la plataforma). Con motivo de esto puedo hacerle algunas preguntas (aunque se me quedan muchas en el tintero) sobre su carrera, y también sobre su próximo proyecto, “I Want Your Sex”, protagonizado por Olivia Wilde, Cooper Hoffman y ¡Charli XCX!. Hablamos de todo esto en una charla en la que yo no dejé de estar nervioso, pero desde luego no fue por su actitud: Gregg Araki hace que te sientas cómodo, disfruta como un crío explayándose en aspectos del rodaje, te pregunta de repente qué te ha parecido el último disco de Lorde (tengo un poster suyo detrás) y, en definitiva, no se comporta como un Maestro del CineTM. Pero es inevitable escucharle y no sentir que tienes delante a un maestro del cine.
“Mi próxima película es una carta de amor sex-positive para la generación Z que tiene miedo al sexo”
Al principio de “Nowhere” se dice la frase “todo el que vive aquí está perdido”. ¿Qué tiene Los Ángeles para ser esa “ciudad maldita” y a la vez servir de inspiración? O quizás precisamente por eso.
Es mi ciudad. Definitivamente. Nací aquí y, aunque me crié en Santa Bárbara, he estado aquí desde la escuela de cine, pero me refiero a que es MI ciudad. Todos los cineastas tienen su ciudad, mira a Wenders con Berlín, pues Los Ángeles es la mía. Lo que me encanta de ella es que no hay otro lugar como éste: tiene como ese aura apocalíptica y maldita como dices, y a la vez tiene esa paradoja de que es una ciudad preciosa, con palmeras, con gente guapísima. Bueno, y Hollywood, todo el glamour, y a la vez ese punto de pecados, lo underground... Es muy distinto a haberse criado en Santa Bárbara, que es como más pequeñito, más turístico, todo es siempre bonito, etcétera. Aprecio Los Ángeles en todas sus dimensiones, he rodado todas mis películas aquí, hay tantos sitios diferentes, tantos looks... “Mysterious Skin” ocurría en Arkansas y la rodamos aquí prácticamente entera, por ejemplo. Aquí hay prácticamente todo lo que necesito como cineasta. Y “Nowhere” en particular es como mi carta de amor a Los Ángeles, que está desperdigado por todos estos personajes, todos estos barrios, todas estas historias, todas estas gentes, todas estas subculturas...
Desde luego ha inspirado a muchos artistas, pienso por ejemplo en Lana del Rey, y también en “A dos metros bajo tierra”, que me la has mencionado antes por el póster. No sé si te gusta la serie, si la viste en su momento...
Sí, soy un gran fan. Esa época, finales de los noventa-principios de los dos mil, cuando lo que se veía en HBO era esa cultura tan importante... “A dos metros bajo tierra” y “Sexo en Nueva York” arriesgaban, eran emocionantes, y tremendamente inspiradoras para mí. Siempre quise hacer una serie de televisión, la propia “Nowhere” realmente era el piloto de una serie, intenté llegar a acuerdos para desarrollar esa serie y tal. Me influyó el hecho de que “Twin Peaks” se hubiese vendido como película en Europa. Y después de algún que otro intento, finalmente conseguí hacer una serie muchos años más tarde, en 2019 con “Now Apocalypse”, y la verdad es que esa serie fue un poco la nieta de “Nowhere” [risas]. Hay muchísimas cosas que las unen. Incluso el personaje del alien, que además es la misma persona quien los interpreta. En general, el universo de mis películas está muy relacionado entre sí, todo acaba teniendo sentido en ese universo.
Imagino que entre esos intentos hablas de “This Is How The World Ends”; vi el episodio piloto, no sé si es el original, lo encontré en Youtube...
Sí, fue como en 1999 o así. Mi primer intento de hacer un piloto de una serie, y de nuevo muy relacionado con “Nowhere” y “Twin Peaks”, de hecho Michael J. Anderson sale ahí también.
Me parece interesante la forma en que se relacionan tus trabajos, ya sea con un tema que querrías haber explorado más y acabas haciéndolo en un proyecto posterior, o a través de easter eggs, que hay bastantes en tu filmografía. Por ejemplo, en la misma “Nowhere” se menciona The Buttcrack, un club de conciertos al que, más de diez años después, van los protagonistas de “Kaboom” a ver uno.
[Risas] Sí, hay muchas cosas así. Creo que especialmente en la serie, porque al final eran diez episodios, muchísimos personajes, muchísimas historias y muchísimas cosas de ese tipo. La gente a la que le gustan mis películas ya sabe que hay toneladas de easters eggs, muchas cosas que conectan entre sí y tal. Me acuerdo de una por ejemplo, una escena en la que iban a una fiesta, y en “Nowhere” estaba un remix de The Chemical Brothers por Daft Punk, que realmente por entonces la gente no los conocía mucho, y en la serie se usa de nuevo.
La representación queer en cine y series es muy distinta ahora a la que había en los primeros dos mil o en los noventa. Gran parte de ella viene actualmente de cadenas y plataformas creando productos casi que en respuesta al algoritmo, más tokens que otra cosa. Tú llevas todo este tiempo contando historias llenas de autenticidad donde los personajes son queer. ¿Cómo has visto este cambio en los medios?
Ha cambiado una barbaridad. Como marica anciano que soy [risas] el progreso que he visto en este tiempo es alucinante. Cuando hicimos “The Living End”, primeros de los noventa y a la sombra del holocausto del SIDA... Fue antes de “Will y Grace”, antes de que Ellen saliera del armario. ¡Fue muy pronto! Incluso ver en el cine a dos tíos besándose era una locura. La representación queer era diminuta, era un bebé dando sus primeros pasos, y ahora tienes series mainstream en cadenas y plataformas, tienes telenovelas de Ryan Murphy sobre bomberos y sus novios, ¿sabes? [risas]. Para mí es una locura. Ha habido mucho progreso, pero también te digo que ahora estamos en un momento oscuro, al menos aquí en Estados Unidos, en España espero que sea mejor. Pero aquí estamos volviendo atrás, y es muy preocupante, la verdad. Pensábamos que la homofobia, la intolerancia y todas estas mierdas estaban desapareciendo. Y está volviendo, está volviendo con furia. Respecto a mi cine, pues mis películas no es que sean autobiográficas pero sí están enraizadas al final en mi vida y en mi forma de ver las cosas, entonces esa sensibilidad queer siempre es una parte bastante grande de ellas. Van mano a mano.
En tus películas además siempre hubo algo que es complicado encontrar en el cine queer, aunque ahora lo vemos un poco más, y es el hecho de que cuentas historias que se pueden relacionar más con nuestro día a día, ni es el extremo idílico ni es el extremo desolador de lesbianas muertas y demás. Me parece significativo eso, y también cómo consigues que incluso en una historia tan oscura como la de “Mysterious Skin” haya un rayo de esperanza en el apoyo que se dan sus dos protagonistas.
He intentado hacerlo en todas mis películas, ya en “The Living End” tenías a estos personajes VIH+, nihilismo, este punto punk-rock, y un final oscuro pero agridulce. “Nowhere” acaba con un punto romántico, idealista... Y entonces algo terrible ocurre [risas]. Creo que es parte de mi sensibilidad y de mi manera de ver las cosas. Y ni siquiera sé de dónde viene, sinceramente. Porque recuerdo estar escribiendo el final de “Nowhere” en una cafetería... y de repente me vino esa idea. Escribía en folios por entonces, y de repente me vino de la nada... Literalmente de la nada [risas] (NdR: “literally out of nowhere”, juego de palabras con el título de la película). Es como que escribo con escritura automática, canalizo esos personajes que tengo en el interior, y va saliendo.
La ciencia-ficción juega un papel importante a lo largo de tu cine, hablabas del final de “Nowhere”, no sé si también la consideras un buen vehículo para hablar de temas complejos, como ocurre desde luego con los aliens en “Mysterious Skin”.
Desde luego, puede usarse de manera metafórica, y lo que pasa es que mis películas están tremendamente cargadas de eso, de metáforas, de simbolismos, de segundos significados... fui a la escuela de cine y entonces todo significa algo, los nombres de los personajes significan algo, etcétera, porque crecimos sobreanalizando películas. Así que están cargadas de eso, pero también pueden verse de una manera superficial y disfrutarlas como si fuera un viaje, porque pretendo que sean divertidas, nunca he intentado hacer películas arty, pedantes y todo eso. No quiero que veas una película mía y sientas que estás haciendo deberes. Quiero que te diviertas y que a la vez haya muchas cosas ocurriendo en ellas.
Mi película favorita del año pasado es probablemente “I Saw The TV Glow”, y me recordó mucho a tu cine. Te iba a preguntar si la habías visto, ¡pero me he encontrado con una entrevista que le hiciste a su directora, Jane Schoenbrun!
Sí, la entrevisté para una revista. Ella es genial. La razón por la que nos conocimos es porque hicimos un reestreno de “The Doom Generation” en Nueva York, y ella se encargó del Q&A. Luego cuando salió “I Saw The TV Glow” me comentaron que Jane quería que yo hiciese esa entrevista para Filmmaker Magazine. La película me pareció muy guay, y me encantó una cosa... Muchas pelis independientes no son “independientes” a la hora de la verdad, más bien dices “cualquier director podría haber hecho esta película”. No hay una autenticidad, no hay una sensibilidad propia. Y esta película sí que lo tiene, hay algo que es super concreto, la propia visión de Jane es la que está ahí. Tiene muchísima personalidad. Y por supuesto mucha influencia de Lynch, así que fue muy divertido hablar con ella.
Me gustó mucho la entrevista, y que comentaras eso, que realmente es muy difícil rodar una película, y que en la actualidad las películas “independientes” que se financian, se distribuyen, etcétera, están como cortadas por un patrón similar, y esas supuestas “películas independientes” no lo son tanto. Tú empezaste completamente a la aventura en ese sentido, imagino que fue bastante más difícil de la posición que tienes ahora.
Pfff, pero siempre ha sido difícil. Creo que nunca he sentido que haya sido más fácil... Hasta ahora nadie me ha venido ofreciendo montones de dinero para que haga mi película [risas]. También es que siempre he querido limitarme a películas de poco presupuesto, de poco tiempo de rodaje y horario estricto, etcétera. Nunca he hecho una película de treinta millones ni cosas así. Esa ha sido la clave de mi supervivencia, si mantienes el presupuesto lo más bajo posible, ellos reciben su dinero de vuelta y tú puedes hacer otra película. Pero si haces una película de treinta millones y es un fiasco comercial, se acabaron las oportunidades. “The Doom Generation”, “Kaboom” o “Mysterious Skin” costaron cada una un millón, incluso menos, y quizás por eso son rarísimas y tienen temáticas que no son para todo el mundo. Pero es que no tienen que ser para todo el mundo. En cambio si haces una de Marvel, tiene que ser para todo el puto mundo. Tiene que gustarle a hombres y a mujeres, a heteros y a gays, a republicanos y a demócratas... Tienes que diluirlo todo mucho. Diluirlo hasta llegar a un punto que, al menos para mí, ya no es interesante. Y desde luego no merece la pena. Yo no quiero ver una versión diluida de “Mysterious Skin”, esa versión ya la he visto ochocientas veces, no quiero ver las partes “seguras”, quiero ver lo que no es seguro, lo arriesgado, lo que me revuelva.
(NdE: me comentan que tenemos que terminar la entrevista, así que dejo las otras preguntas pendientes y paso a preguntarle sobre su siguiente película) Para “I Want Your Sex” sé que vuelven dos caras conocidas en tu cine como son Roxane Mesquida y Margaret Cho, y que en el reparto está Charli XCX... Cuéntame cómo encaja esta historia en tu universo.
“I Want Your Sex” es una comedia sexual pop, tiene mucho que ver con “Nowhere”, hay mucho color, ocurre también en Los Ángeles, etcétera. Olivia Wilde hace de una especie de Madonna que se dedica a las artes plásticas y cuyo trabajo siempre es controvertido, con mucha carga sexual y de provocación. Se lía con uno de sus becarios, interpretado por Cooper Hoffman, que es maravilloso. La historia es un poco parecida a “Babygirl”, pero, a diferencia de “Babygirl”, esta historia es sex-positive, y es divertida, porque “Babygirl” fue un sufrimiento verla, la verdad [risas]. Esta película es divertida, tiene música guay como todas las de Gregg Araki, y quiero que sea una carta de amor sex-positive a la generación Z. Porque esto es de hecho algo que se toca en ella: ¡La generación Z no está follando! Es como que tienen miedo a tener sexo, y esta historia es sex-positive y te cuenta una aventura que es bastante caótica y desastrosa, pero a la vez es una experiencia, y creo que esto es algo que mucha gente joven actualmente se está perdiendo. Cuando eres joven es el momento de ser espontáneo, ser caótico, equivocarte, hacer locuras, enamorarte, que te rompan el corazón, obsesionarte con las personas equivocadas... El momento de hacer todo eso es ahora, y creo que la gente joven que no lo hace se está perdiendo muchas cosas. ¡No puedes esperar a tener cuarenta y cinco años para hacer todas esas cosas! Y creo que ese es parte del problema en Estados Unidos al menos: que la gente no ha vivido nunca la vida de verdad, y se siente muy triste, se siente miserable. Están viejos, tienen unas vidas de puta mierda y odian a todo el mundo. Y por eso Estados Unidos se está convirtiendo en esta puta pocilga, porque la gente necesita, como dice Jessie Ware en “Free Yourself”, liberarse. ¡Necesitan experimentar cosas! Fin de la historia [risas].

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