Por primera vez en este blog hablo en negativo de algo, y encima del que fue uno de mis ídolos en los ochenta y los noventa. He estado evitando escribir esto mucho tiempo, pero ahora ya no me puedo aguantar. Tim Burton tocó fondo hace unas cuantas películas, y toca tirarle de las orejas. El que un día fuera el azote del cine mainstream yanqui, una rara avis dentro del cine de gran presupuesto, inconformista y genial, se ha convertido en la mascotilla más bien pagada del Hollywood actual. Adiós Edgar Allan Poe, hola a lo peor de Walt Disney.

 

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El declive artístico de Tim Burton en seis puntos
Especiales

El declive artístico de Tim Burton en seis puntos

Xavi Sánchez Pons — 20-04-2010

1- Dejemóslo ya claro desde el principio: Helena Bonham Carter es la Yoko Ono de Tim Burton. Desde que el director se casó con ella y dijo adiós a la curvilínea Lisa Marie, el talento de Burton se ha esfumado. Carter le ha chupado toda la esencia. Burton ahora rompe taquillas, es verdad, pera ya casi no le queda nada de esa magia que poblaba películas maravillosas como “Eduardo Manostijeras” o “Bitelchús”.

 

 

2- El desastroso remake, por tonto, pueril e innecesario, de “El planeta de los simios” fue el principio del fin de Burton. Aun recuerdo la cara de circunstancias que se nos quedó a todos sus fans cuando salimos del pase de prensa de Barcelona. Nadie se atrevía decir que la película era un despropósito de los grandes.

 

 

3- La ñoñería de “Big Fish”. Ojo, esta película tiene trampa. Es de esas tan entrañables que uno casi no se atreve a meterse con ella, pero detrás de sus buenas intenciones se esconde una cinta sensiblera y emotiva en el mal sentido de la palabra que intentaba ser la respuesta yanqui al Jean-Pierre Jeunet de “Amélie”. Un Burton sin personalidad que ya presagiaba lo que estaba por venir.

 

 

4- Si yo algún día fuera profesor, y tuviera que explicar a mis alumnos que es eso del “autoplagio”, “La Novia Cadáver” sería en ejemplo perfecto. Burton, años a un tío valiente con ganas de apostar y arriesgarse con historias originales, nos la intentó meter doblada apelando al buen recuerdo que teníamos de “Pesadilla Antes de Navidad”. “La Novia Cadáver” más que una película es un golpe bajo y traicionero para ganarse de nuevo el respeto de un fandom que ya estaba dudando del “nuevo” Tim Burton.

 

 

5- Burton tocó fondo con “Charlie y la fábrica de chocolate”, uno de los remakes más ofensivos y deshonestos que se han visto nunca en la pantalla grande. La película no solo ultrajaba de la peor manera el cuento de Roald Dahl (eso de añadir un padre a Willy Wonka con el que acaba haciendo las paces al final de la película es uno de los momentos más lamentables de la carrera de Burton) y su primera y excelente versión cinematográfica, sino que ya dejaba claro que el director de “Batman”, antes siempre dispuesto a buscar el reverso tenebroso del cuento más luminoso, ya había vendido al vil metal su compromiso artístico para entrar en un todo vale al que nunca pensamos que llegaría.

 

 

6- En el terreno de nadie con “Sweeney Todd” y “Alicia en el país de las maravillas”. Dicen que lo peor que puedes sentir por alguien es la indiferencia, pues bien, las dos últimas películas de Burton, a pesar de tener ambas cosas interesantes que pueden hacer pensar en una –improbable- recuperación (sobre todo la media hora final de “Sweeney Todd”, lo mejor que ha hecho en los últimos diez años, y ya es triste decir esto), entran en ese terreno que los catalanes denominamos “tansemanfotisme“, vamos que dan igual y casi no molestan. Y decir esto del Burton actual, con lo que apuntaba en los ochenta y noventa, es más que doloroso.

 

 

 

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