La fiesta del rock continúa

Esta vez Soul Gestapo han cogido a todos por sorpresa: después de pasar un año desaparecidos de la circulación, de la noche a la mañana volvieron a dar señales de vida al anunciar un concierto al que iban a llegar con un nuevo disco bajo el brazo.

Las canciones de este “Point of No Return” son las primeras que la banda publica en casi tres años, así que era de esperar que estas ocuparan buena parte de lo que tocaron. Eso sí: si en las grabaciones de Soul Gestapo cada vez tienen más peso las guitarras limpias y un power pop de tono casi folk, al agregarlas a su repertorio de directo consiguen que suenen eléctricas, contundentes y en muchos casos aceleradas. De hecho, el único momento para la calma en toda la actuación vino con “You’re not Here”, que, a pesar de su tono reflexivo, sonó grasienta y sudorosa como el resto de lo que tocaron.

Se ve que esta temporada de parón no ha adormecido a la banda. La guitarra y la voz de Aitor (suaves y rasposas a partes iguales) y el bajo Raúl (denso y sinuoso) funcionan como máquinas capaces de generar rock clásico de primer orden con una facilidad pasmosa. Y Javi Arias se encuentra perfectamente integrado en su puesto de nuevo batería. En fin, que a pesar de que buena parte del nuevo disco muestra un tono melancólico y casi crepuscular, en directo no se aprecian en la banda signos de cansancio o desánimo, sino que se impone el espíritu de los temas más vitalistas, como “Life Goes On”, “Get in Line” o “That’s When You Know”; momentos estos que consiguieron que el público se arrancara a bailar, al igual que cuando tocó repasar viejos temas del grupo (sería un delito que dejaran de tocar “Up To You”, “Musth” o “Just One Day”), o cuando hicieron parada para venerar a sus fuentes de inspiración con sendas versiones de Gram Parsons (“One Hundred Years from Now”) y The Replacements (“Can’t Hardly Wait”).

¿Conclusión? Soul Gestapo siguen vivos, y con los ánimos bien altos. “Supuestamente la vida sigue a partir de aquí”, dijo Aitor justo antes de tocar “Life Goes On”. Al menos, la mecha de esta fiesta del rock aún no se ha consumido.