Madrid terminal
Entrevistas / Humbert Humbert

Madrid terminal

Daniel F. Marco — 02-12-2005
Fotografía — Archivo

Algo se está moviendo en el escaparate musical subterráneo. Las bandas se multiplican, los medios se hacen eco de ello y, aunque tengamos que ser escépticos al valorar la proporción de ruido y nueces, la aparición del excelente “Short Panic” (Subterfuge) de Humbert Humbert es una prueba indudable de que algo tangible toma forma en el underground madrileño.

No conviene perder la perspectiva de que esta escena se está gestando y los verdaderos frutos están por venir, siempre y cuando prensa, sellos y, sobre todo, el público y los propios grupos hagan sus deberes. Empieza contestando Miguel B. Núñez (guitarra taladradora y dibujante de cómics), aunque Paco Alcázar (voz histriónica, programaciones y también malabarista de la viñeta ácida) no deja de intervenir. “Me mola mucho el rollo de ahora, son grupos muy diferentes, con un punto de diversión, de que les mola experimentar, pero sin perder la perspectiva de que ya se ha hecho todo”. Gran parte de esos grupos aparecen en “Madrid Terminal” (Subterfuge 2005), repaso (parcial y no siempre acertado) de lo que da de sí el panorama del foro, y que ha provocado un encumbramiento por parte de algunos medios de esta supuesta “escena madrileña”. “Hay grupos interesantes y luego hay una parte que tienen que inventarse una etiqueta para llamar la atención. Cuando salió esto de Madrid nos parecía muy raro, porque no vemos una escena madrileña, sino nacional”.

"Me mola mucho el rollo de ahora, son grupos muy diferentes, con un punto de diversión, que les mola experimentar"

Tampoco en el ámbito madrileño están representados todos los que son en dicho compilado. “Grimorio o Grabba Grabba Tape, por ejemplo, es una pena que no hayan salido”. De todos modos, existen también recopilatorios independientes que sí se han fijado en algunos de esos otros nombres. Podríamos hablar de “Cómete Madrid” (B-Core, 05) o “We Hate The Underground” (Holy Cobra, 05). “Si no hay cierta atención sobre estos grupos, se van a perder, y si hay que inventarse ‘Madrid Terminal’, pues ´Madrid Terminal´. Si sirve para que haya gente que pueda sacar un disco, que es nuestro caso, de puta madre”, tercia Alcázar. “Desgraciadamente somos el único caso de momento”, apostilla Núñez, refiriéndose a casos en sellos con trayectoria. Y ya que hablamos del disco, digamos simplemente que es la mejor noticia que nos ha dado la música española desde que Bunbury decidió tomarse (y darnos) un respiro. A los que llevamos tiempo viviendo sus atentados en vivo nos llama la atención una mayor carga en las tintas funk. “En directo es mucho más punk, mucho más descacharrante, en el sentido de que es mucho más ruidoso”. A un nivel más general, son de agradecer las dosis de frescura y originalidad de su propuesta, tan acostumbrados como nos tenían las bandas españolas a alabar lo bien que se mimetizaba algún referente externo. (Alcázar) “Pretendemos no recordar a nadie en particular. Lo que más nos gusta es que no nos pueden decir que somos la fotocopia española de nadie. Pero también se ven nuestras raíces”. Y aunque hay que hilar fino para desenmascararlas, hay algunas bastante obvias, desde Devo a Talking Heads.

"Nos gusta mucho el garage, y el rollo de banda uniformada"

“Las bases las hace Paco, que es el más Talking Heads, y eso se nota. Cada uno tiene su punto. Yo soy más Suicide, su parte siempre tiene mucho más funk”, explica Miguel, que no tiene reparos en descubrir su escuela. “Lo nuestro son grupos con una raíz, pero que no tratan de seguir unas reglas: Pussy Galore, Crass, Pere Ubu, The Fall...”. En realidad el suyo es un discazo que hará las delicias de rockeros sin prejuicios, modernos enganchados a las últimas tendencias anglosajonas, y electro-poppies con amplitud de miras, por igual. Sus autores hablan de él con satisfacción. “Estamos muy contentos de como ha quedado, del sonido y de todo”. La producción de “Short Panic” ha corrido a cargo de cinco personajes; el grupo, la gente de (WA)TT (Chema Nasti y Dani Fletcher) y David Kano, cerebro de Cycle, alguien que, a priori, podría malentenderse con las pretensiones de Humbert Humbert. “Nosotros en los controles queríamos al equipo (WA)TT, a David Kano nos lo impuso Subterfuge, lo que no nos parecía ni bien ni mal, pero tampoco sabíamos qué podía resultar. Y, sin embargo, ha sido una maravilla, nos entendió perfectamente desde el principio”. Sobre todo teniendo en cuenta que la dinámica de HH dista mucho de la un proyecto “normal”. “Nosotros llevamos las bases ya hechas y mezcladas en una pista. En otro estudio nos hubieran echado a la calle directamente”. Alianzas con Cycle, bases pregrabadas, imagen anti-rockera, ambientes funkies y punk bailable, propician su alineación en una liga de la que en absoluto se sienten parte, y es que no cuesta imaginárselos como acólitos de los ejercicios que combinan rock y música electrónica, y podrían pasar como los cabecillas del electro-clash patrio (de existir tal cosa), pero su versión del asunto es bien distinta. “Somos un grupo de rock´n´roll. Si pones a un batería, un bajo y un teclista tocando con nosotros, somos una banda de rock´n´roll”, declara tajante Núñez. “Cada vez pretendemos sonar menos electrónicos”, remata Alcázar, “pero somos demasiado perros para tener un batería. Hemos encontrado esto de las bases pregrabadas, que para nosotros es la cuadratura del círculo”. (Núñez) “La gente te encasilla como electrónicos, pero la mayoría de los teclados son garageros, puro Question Mark. Hay canciones que están más cerca de The Music Machine que de cualquier cosa con la que nos comparan. Escuchamos muy poca música electrónica”. Es precisamente su colonización de territorios ajenos a sus orígenes rockeros lo que da lustre y certificado de madurez a su iniciativa. “Nunca nos planteamos cómo iba a sonar el grupo, pero lo que está claro es que nosotros nunca hemos sido retro”. Ellos, en un arranque de modestia, achacan la originalidad a su incompetencia técnica. “Siempre hemos sido un poco negados musicalmente y eso te permite hacer lo que quieres, si eres un virtuoso puedes copiar algo, si no te sale, haces algo nuevo. ¿Cómo vas a copiar a Devo, a Can o al Captain Beefheart? Es como si sabes tocar dos notas de saxo y tratas de fotocopiar a Coltrane”. Pero lo cierto es que su empresa tiene pocos cabos sueltos; aparte de una música perfectamente equilibrada y unos conciertos sin fisuras, lucen una imagen milimetrada. “Nos gusta mucho el garage, y el rollo de banda uniformada”. En sus apariciones públicas han paseado look de oficinistas (que les venía como anillo al dedo), ahora se dejan ver con quimonos negros, y seguro que no dejan pasar mucho tiempo hasta trasmutarse en alguna otra cosa igualmente bizarra. “Lo que sea menos macho-rock, somos anti-cliché rock; eso que le funcione a Motörhead”. Por supuesto, tan completo producto no surge de la nada. Miguel y Paco empezaron curtiéndose en sendas escuelas de arte (los dos son distinguidos dibujantes alternativos profesionales), periplo con más fruto musical que gráfico. (Núñez) “Mi experiencia (en la escuela de arte) fue bastante ridícula, pero conocí un montón de música increíble: Suicide, Big Black...”. (Alcázar) “A mí me sirvió para montar mi primer grupo, conocer gente y hacer un montón de cosas que no tienen nada que ver con el arte”. A partir de ahí comenzaron a hacer ruido con distintas formaciones, desde principios de los noventa, y ya juntos (desde el 99), y como Humbert Humbert han autoeditado un par de compactos (“Roman Fire” y “Mini Tank”), disponibles en Soulseek. No obstante hubo que esperar hasta 2004 para degustar su primera obra de relevancia, un doce pulgadas de edición limitada, primera colaboración con (WA)TT, y que es una auténtica maravilla, aun sin ser exactamente lo que buscaban. (Alcázar) “Quedamos muy satisfechos, pero nosotros queríamos sacar un disco que lo pudiera encontrar la gente, ese discurso eliti

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.