Aquellos que dicen enfermar escuchando los últimos Lps de Jäy-Z, Mase o Ice Cube y derraman pesadas lágrimas de nostalgia por los días en que el hip-hop era un movimiento estrictamente underground ya tienen una medicina en sus manos que les aliviará los dolores durante una temporada muy, muy larga. El compuesto milagroso se llama Vieja Escuela y va salvar más de una vida merced a la reedición de los mejores momentos de la discográfica que dio vida comercial al hip-hop: ni más que ni menos que Sugarhill Records. Con una sequía de ideas alarmante, la rima de fin de siglo ha tenido que recurrir a los cachorros del undeground para regenerarse. Y lo ha hecho porque los recién llegados han reivindicado la vieja escuela sin tapujos -Mos Def, Jurassic 5, Dilated Peoples, J-Live...- y han logrado recuperar la frescura de los albores del rap. Aquella frescura que emanaban las piezas de seis minutos de Grandmaster Flash, Treacherous Three y companía. Por ello, esta reedición de lujo que celebra el vigésimo aniversario del sello de Nueva Jersey aterriza en las tiendas de discos de todo el mundo en un momento dulce para la nostalgia sonora. Así que ya no hay excusa que os evite conocer el núcleo de este big bang que asola los charts de todo el globo; los orígenes del hip-hop ya no son patrimonio de los paleontólogos de las cubetas, por fin están al alcance de todos. Y qué es lo que se puede encontrar en las cuidadas compilaciones -cinco Cd´s con excelentes fotografías y reedición en vinilo de los maxis más emblemáticos- de Sugarhill? Simplemente los momentos más inspirados de pioneros de la talla de Grandmaster Flash & The Furious Five, Sugarhill Gang, Treacherous Three. Tela fina. Poco podían pensar Silvia Robinson y su marido Joe Robinson Jr. en 1979 que al fundar Sugarhill Records y dar salida a uno de los auténticos clásicos de la música moderna -«Rapper´s Delight» de Sugarhill Gang- iban a ubicar el hip-hop en el mapa musical e iban a poner de pie un movimiento cultural que veintitantos anos después pasa por su mejor momento. La primera referencia del sello -el cuarto de hora de fiesta desgarradora y raps eternos de «Rapper´s Delight»- impulsó hasta la estratosfera la producción de Sugarhill, que comenzó a generar clásicos con una facilida pasmosa. Los primeros días de los ochenta vieron como en aquella casa nacía el canónico «The Message» (82)-Grandmaster, claro- y presenciaron el nombramiento de los primeros caballeros del micro -el malogrado Kool Moe Dee en cabeza-. Fueron años marcados por una increíble fertilidad creativa, años en que el nombre de Sugarhill era sinónimo de estado de gracia. El electro se disparaba y los Mc´s desgajaban poemas urbanos que se alargaban hasta hacer añicos el concepto de radio-fórmula. Hip-hop en estado puro y salvaje. Por ello hay que celebrar por todo lo alto el vigésimo aniversario de esta extinta discográfica que cambió el rumbo de la música moderna. Si quieres conocer las tomas originales de las que Public Enemy, Run DMC, EPMD, Gang Starr, etc. han arrancado sus mejores samples tienes que hacerte con esta antología. Si quieres entender mejor a tus bandas de hip-hop favoritas no puedes decirle que no a este saludable ejercicio de nostalgia auditiva. Mejorará tu salud.
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