Un fan de Joy Division lanzó hace poco una campaña de crowdfunding (muy ambiciosa, todo sea dicho) para comprar la casa de Macclesfield en la que Ian Curtis se suicidó, con la intención de convertirla en un museo en su memoria. Sin embargo, aunque la mayoría de reacciones fueron positivas, el compañero de Curtis en Joy Division (y más tarde en New Order) Bernard Summer no lo tiene tan claro.
Ha declarado encontrarse dividido: por un lado aprecia el intento y el potencial del museo de convertirse en un tributo adecuado para Curtis, pero por otro lo ve un poco macabro y teme que pueda acabar siendo, en parte, un "monumento al suicidio": "Para mí es un lugar de tristeza. No es un sitio al que quisiera ir".
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