Berri Txarrak, diario de gira por México y Estados Unidos
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Berri Txarrak, diario de gira por México y Estados Unidos

Redacción — 29-04-2015
Fotografía — Galder Izaguirre

 

El llano en llamas

 

A menudo la lengua da pistas
sobre cómo

El llano en llamas

 

A menudo la lengua da pistas
sobre cómo entendemos el mundo que nos rodea. México es un país al que
no le gusta la música, sino que le late. Conviene tenerlo presente antes
de emprender una nueva gira azteca (la tercera en nuestro caso), porque
sólo así llegas a asimilar la intensidad con la que vive el rock esta
gente. Uno siempre está obligado a darlo todo cuando se sube a un
escenario –la pasión es el mínimo exigible-, pero aquí tienes que dar un
concierto padre, chido, chingón, cabrón. ¿Para qué si no cruzamos el
charco?

Welcome To Tijuana

 

Con el
tiempo justo para poner un par de lavadoras tras nuestra gira europea,
nos volvemos a ver las caras en el aeropuerto de Loiu: modo avión.
Aterrizamos en San Diego (California), algo así como el hermano siamés
rico y guapo de Tijuana. Nos espera el promotor, en cuyo coche cruzamos
la frontera con la luna llena como testigo.

El primer concierto es
al día siguiente, junto a los canadienses Comeback Kid. Desayunamos con
todas las de la ley (las delicias gastronómicas mexicanas merecerían un
reportaje aparte) y recorremos la ciudad, sus mercados, su costa, su
omnipresente frontera. Da la sensación de que no hay turistas
suficientes para tanto puesto de souvenir. Como reza una de nuestras
canciones, este lugar parece sumido en lo mejor de su decadencia, como
atrapado en una constante última oportunidad.

Llega la hora de ir a
la sala –Calle Revolución- y ver el backline que compartiremos las
bandas. No sé si ese bombo resistirá las embestidas de Galder y tres
bateros más, pero es lo que hay. Tenemos cuarenta minutos en los que
desgranamos nuestro material más acelerado; el público viene
mayoritariamente a ver a los de Winnipeg y no hay lugar para matices. A
veces el merch es el que te da el veredicto de si has gustado o no y
vista la cantidad de gente que se acerca, sólo cabe pensar que no será
la última vez que actuemos en esta ciudad.

2 AM. Nos acercan de
nuevo a la aduana y la cruzamos a pie con todos los bártulos: guitarras,
bajos, platos… Sensaciones encontradas al hacer ese trayecto de escasos
metros para pasar a Estados Unidos. Al otro lado nos recoge un conocido
de San Diego que nos cede un trozo de suelo enmoquetado para dormir
tres horas. El avión para Austin sale a las 6 AM. Huesos y tímpanos
cansados, el comienzo de gira va a ser duro.

Austin City Limits

 

No sé si alguna vez habéis tenido la desagradable sensación de que te
inviten a un sarao y después te tengas que buscar la vida para todo,
como si fueras tú el que se ha colado en la fiesta y en realidad a nadie
le importe demasiado tu presencia. Bienvenidos al festival South By
SouthWest, única fecha estadounidense de esta gira. Berri Txarrak es la
segunda vez que acudimos y la sensación se repite: esto mola más como
público que como banda. SXSW recibe más de diez mil peticiones para
actuar cada año, pero sólo una de cada diez consigue ser seleccionada.
Ese pequeño honor es lo único que se te concede, porque tus privilegios
terminan justo ahí. Te asignan una hora y un garito para actuar, punto.
Con qué material toques (increíble que no dispongan de backline), dónde
te hospedes o demás molestias parecen irritar a un personal con un leve
movimiento de ceja como mayor muestra de afecto. En fin, esto no deja de
ser un escaparate mundial y tocar nos pone, cómo y dónde sea. Sólo por
ver a Cancer Bats entre el público ya ha merecido la pena.

Y otra
noche de hotel que nos ahorramos, ya que debemos ir directamente al
aeropuerto: Austin-México DF. Mañana nos reincorporamos a la gira de
Comeback Kid.

México DF: Licencia para matar

 

El centro de la capital mexicana está tomado por el equipo de rodaje de
la nueva entrega de OO7. Nuestro hotel está cerca del Zócalo y el caos
es total: calles cortadas al tráfico, medidas de seguridad por todas
partes… ¡Nadie contaba con que Daniel Craig nos jodiera la logística!

Nos reencontramos con nuestros amigos mexicanos de giras anteriores y
nos entregamos al picante con devoción. ¡Por fin una comida con algo de
tiempo para disfrutar tranquilos! Aunque en breve hay que ir al Salón
Bolívar, donde actuaremos de nuevo con Comeback Kid y varias bandas
hardcore mexicanas como Última Víctima. El sold out está asegurado y
tras el vendaval de decibelios es increíble cómo sudan las paredes. Nos
despedimos de Andrew y compañía. A partir de ahora cada banda sigue su
curso: ¡Gracias por esta doble oportunidad!

Tenemos tres days off
por delante, aunque quizás day off no defina realmente el devenir de las
siguientes setenta y dos horas, llenas de entrevistas en prensa,
radios, blogs y hasta una actuación en TV, con el añadido de ese tráfico
imposible a todas horas… y cómo no: Bond, James Bond.

Llega por fin
la segunda fecha en DF. El Foro Alicia siempre nos acogió con los
brazos abiertos y este es seguramente el concierto más importante de la
gira. Nos alegra ver la cola que se forma ahí fuera y resulta ser una
noche memorable. Pocas sensaciones más placenteras que la de recibir el
calor de un público tan lejos de casa, así como la certeza de que hoy
hemos sumado muchos adeptos a nuestra causa: así nos lo hacen saber los
nuevos fans mexicas que se nos acercan. Para el recuerdo el momento en
que hemos dedicado un tema a los cuarenta y tres estudiantes de
Ayotzinapa y el público ha comenzado a contar a voz en grito:1, 2, 3, 4…
hasta 43. Piel de gallina.

Nevado de Toluca

 

Nuestro agente de promoción no nos da respiro y después de un atasco
desesperante para entrar la ciudad de Toluca, seguimos dando
entrevistas. Hace diez años estuvimos tocando en esta misma ciudad a los
pies del precioso Volcán Nevado. Menos mal que Moctezuma esta vez no ha
cumplido su venganza, pues aún recuerdo lo mal que lo pasé hace una
década, tocando completamente deshidratado y con el vientre hecho
trizas.

Hay mucha vida en la plaza, callejeamos e incluso nos da
tiempo de visitar la zona de Metepec antes del concierto. Reencontrarnos
con Boti y su tropa (organizadores del citado bolo en 2005) ha sido
genial y eso nos da fuerzas para acometer el último show, mañana, en
Guadalajara. ¡Gracias carnales!

 

 

Última estación: Guadalajara

 

Como fan de Rulfo a uno le hace ilusión debutar en Jalisco. Cuauhtémoc
nos lleva en su furgoneta, un tanto cascada pero con mucha solera.
Llegamos a tiempo para gozar unas horas en el mercado del Chopo. Es
increíble la de puestos que hay con camisetas de grupos de metal,
hardcore, punk... No salgo de mi asombro cuando un joven vendedor me
reconoce y me dice que esta noche vendrá al concierto. ¡Waw! Me invita a
elegir una remera de su tienda, pero le digo que no llevo nada encima.
¡Nos vemos después!

Vamos a comer con el organizador y se nos une un
fan que ha volado desde Ciudad Juárez para vernos (“¡No me lo podía
perder por nada del mundo!”). Que un seguidor mexicano haga mil
quinientos kilómetros para verte tocar hace que toda esta locura cobre
sentido. Jaio.Musika.Hil.

Llega la hora del concierto. Justo antes
de arrancar, me encuentro al chaval del puesto de camisetas del chopo:
me ha traído una de Bad Religion de regalo. La sensación de gratitud es
indescriptible. Me la pongo y vamos a tocar. El sitio entra en
ebullición cuando escupimos los primeros acordes. Guadalajara vibra y
nosotros nos dejamos la piel en esta especie de patio a escasos metros
del Estadio Jalisco. Cuando despedimos con “Denak ez du balio” la
comunión es ya total. Nadie diría que estamos al otro lado del planeta:
esta es nuestra casa. Eskerrik asko!!!

Las noticias sobre la
“hazaña” del copiloto Lubitz hacen que cada pequeña turbulencia nos
inquiete más de lo normal en el vuelo de vuelta. Pero, al fin y al cabo,
¿Quién no ha dormido alguna vez con un ojo abierto?

Texto: Gorka Urbizu (Berri Txarrak)

Fotos: Galder Izaguirre (Berri Txarrak)

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