ROMPIENDO CORAZONES
Entrevistas / Hefner

ROMPIENDO CORAZONES

Redacción — 16-11-1999
Fotografía — Archivo

Cuando escuché por vez primera "Breaking God’s Heart" (Too Pure, Caroline, 98), el debut largo de los británicos Hefner, pensé que, aún siendo un buen grupo, estaba ante uno de esos caprichos que llenan la boca de los periodistas musicales de cuando en cuando. Y en esas sigo, qué le vamos a hacer. Ni su segundo disco -"The Fidelity Wars" (Too Pure/ Everlasting, 99), mucho más completo que el primero, eso sí- ni su puesta en escena han conseguido apartar de mí esa idea. Hefner están bien, mejor todavía si entiendes inglés y descubres la sucia prosa de Darren Hayman –entrañable frontman con cierto aire cartoon y protagonista absoluto en el apartado de composición- pero no tan bien como dicen por ahí. En la mayoría de sus discos –los dos Lp’s antes citados más los Ep’s "The Hefner Heart" (Acuarela-Ovni, 99), "The Hefner Soul" (Too Pure,98) y el reciente "Canciones Huérfanas" (Everlasting, 99)- hay canciones perfectas, pero también otras parecidas a éstas aunque sin la chispa necesaria y, por supuesto, canciones del montón. Además todas son increíblemente parecidas entre sí. Y bien es cierto que tienen magia (la voz de Hayman, la desarmante sencillez de los temas, el buen gusto de los arreglos de órgano y steel guitar), que exudan empatía y que son dueños de una simpatía arrebatadora. Por ejemplo Jack –nuevo guitarrista del grupo- explica sin perder la sonrisa su procedencia. "Bueno, exactamente nuevo no soy, ya toqué en España en Benicàssim… pero había tocado antes con ellos" y John –el bajista- resume las pretensiones del grupo con lógica aplastante. "Primero queríamos hacer un disco, luego un buen disco, ahora hemos hecho dos buenos discos y lo que queremos es hacer un tercer disco bueno". Más tarde, Anthony –batería mínima- relata cómo están viviendo los primeros arrullos del éxito. "Es sorprendente para nosotros, no hacemos música muy comercial ni música para las masas". Supongo que se habrán dado cuenta de que el principal sujeto de interés en todo esto –Darren- no ha abierto la boca todavía. Olviden sus cuitas porque no lo hará. Después de la consabida prueba de sonido previa a todo concierto ha declinado acompañarnos a una cafetería para hacer la entrevista porque teme dañar su voz. Así que es John quien nos cuenta cómo y por qué deciden grabar cinco canciones para el sello madrileño que dirige Jesús Llorente. "Darren es muy prolífico y creemos que está bien hacer algo con la canciones que sobran en cada disco. Nos gustaba Palace y supimos que Will Oldham había grabado también con Acuarela y Ovni así que nos pareció bien, sobre todo por el hecho de publicar el máximo número de canciones posible". Puede que ellos estén muy contentos, pero su sello no lo está tanto. "En un principio en Too Pure no parecían molestarse demasiado, pero conforme estas ediciones han ido gustando a la gente se han ido mostrando más reticentes y hoy por hoy te aseguro que no les hace ninguna gracia". Y, mientras contesta, sonríe el muy pillín. Supongo que esas sonrisas se amplificarían hasta la carcajada cuando se enteraron de que la prensa británica situaba sus partidas de nacimiento en el registro civil de Glasgow. "Nosotros no somos escoceses y lo hemos intentado desmentir…dijeron que éramos escoceses gente de BBC 1 y el NME pero se lo inventaron sencillamente porque grabamos el disco en Glasgow y porque participó el mismo productor de Belle and Sebastian". Topónimos aparte, creo que lo realmente interesante de Hefner es su capacidad para transmitirnos el brillo y la zozobra de lo cotidiano (sus himnos al tabaco, al alcohol, al café, a un colega o al servicio de correos…) sin más pretensiones ni dobles lecturas. "No, no…esas canciones hablan concretamente de todo ello. Darren bebe, fuma, toma café, escribe cartas… no hay más". Y es justo reconocer que con su extraño cruce entre Pavement y Violent Femmes –repasemos también sus gustos personales: Vic Chesnutt, Mark Mulcalhy, Apples In Stereo, Townes Van Zandt…- han traspasado muchos corazones. "Es una sensación extraña y asusta un poco…en las últimas semanas hemos estado tocando en Londres, con la sala completamente llena y un montón de personas en las primeras filas sabiéndose de memoria las letras, incluso corrigiendo a Darren cuando este se equivocaba o se le olvidaba la letra…da un poco de miedo. No te puedes acostumbrar tampoco…". Claro que no; no todos vuestros conciertos salen como el del último Benicàssim.

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