Nostalgia sin peajes
EntrevistasMac Mccaughan

Nostalgia sin peajes

Carlos Pérez de Ziriza — 29-06-2015
Fotografía — Archivo

El alma mater de Superchunk y Portastatic, Mac Mccaughan, se ha descolgado este año con el primer álbum a su nombre en más de 25 años de carrera. “Non-Believers” (Merge) es un disco que indaga en su faceta más melódica, evocando sus recuerdos de adolescencia a través de diez canciones que remiten en el plano sonoro a los años 80, pero lo hacen con personalidad acusada, y no con la consabida mímesis que tan común resulta en los últimos tiempos. Un trabajo estupendo, se mire como se mire, además de una excusa perfecta para mantener una animada charla con este hombre, santo y seña del indie rock norteamericano de las últimas décadas. Toda una institución. Y en plena forma.

Es el primer álbum que firmas a tu nombre, después de más de 25 años de carrera. ¿Es así porque es tu trabajo más personal?
No sabría decir si es el más personal, pero sí el más cohesionado de todos. Pensé en editarlo como Portastatic, pero luego caí en que nunca lo había hecho con mi nombre, y como tengo ya una amplísima discografía con Superchunk y Portastatic, pensé que era un buen momento.

Los sintetizadores tienen un gran peso a lo largo del álbum, más que en ningún disco que hayas editado. ¿Es porque querías darle forma a tus recuerdos como adolescente en los años 80 y eso implicaba remitirte también al sonido de aquella época?
Sí, era claramente una forma de conectar el sonido con la temática. Me encantan muchos de los discos con los que crecí. Nunca podría recrear el sonido de un disco de The Cocteau Twins, de New Order o de Arthur Russell, porque todos tienen un sonido especial. Pero cogí elementos de su música que me gustaban para crear algo que espero se vea como nuevo. Utilicé ese sonido más como una referencia que como una recreación.

Entiendo que crees que, lejos de ser un trabajo revivalista, es un disco que incorpora elementos externos a tu propio lenguaje…
Sí, esa era la idea. Y me alegro si se ha recibido así, desde luego.

Es también curiosa la forma en la que cantas en este disco, con tonos mucho más bajos de los que sueles emplear, favoreciendo ese tono reflexivo, que es el que predomina a lo largo del disco.
Sí, creo que la música demandaba eso, algo menos gritón, más amable y a tono con la música que la rodea.

La última vez que tuvimos la oportunidad de verte por nuestro país fue en el Primavera Sound del año pasado, con Superchunk. Y en mi caso particular, han sido unas cuantas veces en los últimos veinte años, desde la primera vez, que fue en un festival inglés en 1994, hasta el año pasado. Durante todo este tiempo, nunca me ha dado la impresión de que bajarais el pistón sobre un escenario. ¿Cómo te las apañas para mantener ese nivel de entrega después de tantos años? A veces da la impresión de que tienes un pacto con el diablo...
Creo que si vas a tocar en directo, tienes que hacerlo a tope de tus posibilidades, mostrando lo mejor de tus habilidades. Hay mañanas en que estoy hecho polvo, no te lo voy a negar (risas), pero luego cuando estoy sobre el escenario me olvido. Incluso los conciertos que hemos estado haciendo con “Non-Believers” son bastante más punk rock de lo que el disco sugiere.

De forma que las canciones suenan más enérgicas sobre el escenario…
Sí, reensayamos las canciones para una formación de guitarras, bajo y batería, así que algunas canciones son muy parecidas, como “Barely There” u “Only Do”, que tampoco tenían muchos elementos en el disco, pero luego hay otras como “Your Hologram”, que suenan como una banda compacta de rock.

¿Cuál es la banda que te acompaña en la gira?
Es una banda punk de Carrboro (Carolina del Norte), llamada The Flesh Wounds. Son un gran grupo, no te los pierdas si tienes la oportunidad de buscar clips suyos en la red. Espero que podamos ir a España a tocar, ya sea con ellos o yo mismo sin la banda, como voy a hacer este mismo fin de semana.

¿Cómo ves el negocio de la música rock hoy en día, después de más de dos décadas al frente de Merge Records? ¿Te sigue resultando sencillo separar la vertiente musical del componente pasional que conlleva el género, o solo crees que son dos caras de la misma moneda?
Creo que es provechoso conocer ambos lados del negocio. Cuando estoy haciendo un disco no pienso en la parte industrial de todo esto. Pienso más en la música y en cómo va a sonar el disco.

¿Y cómo ves la escena de Chapel Hill (Carolina del Norte), tu ciudad, en este momento? En los 90 llegó a alcanzar una gran efervescencia mediática, con bandas como vosotros, Superchunk, o Seam, Polvo y tantos otros. Incluso Sonic Youth le dedicaron una canción en su álbum “Dirty” (Geffen, 1992). Pero parece que en la última década no ha trascendido en igual medida…
Creo que en ciertos aspectos es incluso más activa. Hay las mismas salas de conciertos y el mismo número de bandas talentosas que entonces. Durham, que está a unas 10 millas de distancia, y que es donde están las oficinas de Merge, tiene una escena más nutrida que en la época durante lo que yo me crié allí. Hay más localidades alrededor de Chapell Hill que tienen salas y buenas bandas.

¿Quizá el hecho de que no trasciendan tanto pueda deberse a que no aglutinan un sonido en común?
Esa es una buena pregunta. Hay muchas bandas, y con mucha proyección, pero gran parte de ellas están centradas en sacar siete pulgadas y singles, con lo que hay mucho por hacer aún.

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