“Holiday Junction”, de Keigo Shinzo, cuenta con una ventaja que acaba siendo, a su vez, su mayor inconveniente. La ventaja es que ECC, entregada desde hace un tiempo a construir un catálogo de manga indie poblado por autores como Katsuhi Kaneko, Taiyo Matsumoto o este propio Shinzo, ha buscado repetir la jugada de “Un cielo como unos pantis”, la primera obra publicada en nuestro país de Shun Umezawa, otro de esos mangakas alternativos, cuya llegada ha sido todo un éxito.
Al igual que “Un cielo como unos pantis”, “Holiday Junction” es una recopilación de relatos cortos en los que la tónica general es una búsqueda por parte del autor de elementos que subviertan un relato que, por lo demás, se centra en situaciones costumbristas y retratos de urbanitas japoneses más o menos actuales.
Keigo Shinzo coincide con Umezawa a la hora de disfrutar estirando situaciones aparentemente inofensivas que acaban tornando en incómodos accidentes o se arrima a lo hiperbólico sin ningún complejo. Lean el relato protagonizado por Godzilla y entenderán de lo que hablo. El inconveniente de este es que Keigo Shinzo no es Shun Umezawa. No tiene su despliegue gráfico y sus ejercicios de deformación de la realidad bajo máscaras de locura sorprenden menos porque, claro, ya hemos leído a Umezawa y, en algunos casos, apuestan más por el impacto de la premisa y las formas para desarrollarla que en vertebrar un mecanismo eficaz que nos deje indefensos y bien quietos bajo un cubo bien cargadito de subversión a punto de volcar sobre nosotros.
Las comparaciones son odiosas, pero, en este caso, también inevitables. “Holiday Junction” es una obra estimulante y un primer acercamiento a un autor al que, indudablemente, habrá que seguir la pista, pero también una recopilación de historias a las que tener tan cerca otras que juegan a algo muy parecido, pero meten más goles les pasa factura.
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