Jamás intenten decir que Mucho Muchacho es malo, que no tiene rimas y que no sabe de hip hop. No osen ni pensarlo. Ni tampoco cometan el error de afirmar que no hace buenos conciertos porque, sencillamente, no es así. Chulo él, Mucho Muchacho aparece ahora en escena durante más de dos horas. Es generoso, receptivo y sincero con su público. Hace además temibles a capellas, y deja fluir los interludios instrumentales del mejor DJ de la historia de este país: Dj Jekey, el Rob Swift hispano, un fichaje de lujo.
Mucho Muchacho acaba de iniciar la gira de presentación de Chulería (Cream, 02), su nuevo trabajo. Y lo suyo va muy en serio, pues ya no hay espacio para más desfases. Definitivamente profesionales, las rimas de Mucho Muchacho son cada vez más ricas en imágenes sutiles. Se apoya, como de costumbre, en los más intemporales beats y en los más reputados MC´s: Zemo y Masstone, esta vez. Si a esto le sumamos que los versos de su ya imprescindible historial se beneficiaron, la otra noche, del excelente sonido del Salamandra, nos sale un concierto potente, dinámico, emotivo y, en una palabra, redondo. Hecho fue simple, y es fácil decirlo ahora, cuando existen veinte grupos por cada dos que existían en 1997. Pero Mucho Muchacho, con su carisma, su valentía y su naturalidad, mira de frente al futuro. Él y sólo él ha hecho brillar el grisáceo hip hop de aquí hasta en el Bronx, junto con la Rock Steady Crew y Dj Vadim. Si esto no es grande, ya me dirán qué lo es. Agradecidos deberían estar algunos.
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