Alianza funky & soul
Conciertos / Eli “Paperboy” Reed

Alianza funky & soul

8 / 10
Raúl Julián — 04-06-2018
Empresa — Son Estrella Galicia
Fecha — 31 mayo, 2018
Sala — Porta Caeli
Fotografía — Ricardo Escolar

Hace ya una década que Eli Paperboy Reed irrumpió en la escena soul arrasando con las virtudes de “Roll WIth You” (Q Division, 08) y “Come And Get It!” (Capitol, 10), para después pasarse a sonidos más accesibles y cercanos al pop con los que buscaba llegar a un público mayoritario. La jugada no salió del todo bien, y el autor terminó a medio camino entre ambos mundos, sin llegar a alcanzar las cotas pretendidas y al mismo tiempo generando desconfianza entre sus seguidores primigenios. A pesar de todo el norteamericano continúa manteniendo un excelente cartel en directo y, en la que era su primera vista a Valladolid, consiguió meter a trescientas personas y rozar el lleno en la sala.

El atractivo además era doble, porque el músico presentaba el reciente “Eli Paperboy Reed Meets High & Mighty Brass Band” (Yep Rock, 18), álbum en el que ha regrabado varias de sus composiciones junto al combo neoyorquino con el que también se encuentra girando por nuestra geografía. El septeto formado por doble percusión y un sinfín de vientos comenzó el concierto sin el frontman, interpretando varios temas de un funky vertiginoso e irresistible que allanó el camino para cuando éste entró en escena. Ya con los ocho músicos sobre las tablas, la mezcla resultó explosiva en su propia vistosidad tras unir fuerzas el grupo y el vocalista/guitarrista en una amalgama cómplice e imparable. Resulta que las piezas encajan a la perfección, y la mezcla de soul y funky genera una sinergia espectacular sobre canciones como “Your Sins Will Find You Out”, “Cut Ya Down”, “As I Live And Breathe”, “Come And Get It, o “Explosion”. Cada una de ellas deriva en un torrente de energía dirigido por la particular ejecución vocal del “repartidor de periódicos”, virado hacia el disfrute del público y del propio grupo. Es el tono festivo que los protagonistas buscan indisimuladamente, en ocasiones tirando de algunos trucos manidos pero que sin duda funcionan centralizados en la figura carismática del bostoniano (y el lujoso acompañamiento de sus colegas).

Un artista que también es capaz de meterse en el papel de reverendo, cuando tiende hacia el góspel con profundidad e idéntica solvencia. La troupe terminó bajada del escenario, en el centro de la sala y arropada por un público extasiado, en un fin de fiesta medido pero difícil de olvidar. Estamos ante una nueva versión de Eli Paperboy Reed. Y ésta sí que le ajusta como un traje a medida, después de manejar tiempos a antojo e interactuar con sus fieles hasta la implicación total y convencida de ambos bandos.

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