Tenían claro lo que querían el guionista José Carlos García y el dibujante Adrián Manuel García con "Un disparo en el desierto". La cosa estaba en reflejar todo el salvajismo del lejano oeste y tanto uno como otro ponen todo su empeño en ello. Lo hacen de manera fulgurante en menos de cincuenta páginas en las que el primero hace un esfuerzo por la síntesis gramatical, poniendo todo su empeño en lo visual, algo para lo que el segundo parece el compañero ideal. Tiran de ese efectismo tan resultón que es el blanco y negro solo manchado por el rojo de la sangre para explicarnos la historia de Shane “La Parca” Wallace y el cazarrecompensas Richard Brown, dos personajes antagónicos que, desde el inicio, anuncian un trágico e inevitable desenlace.
Estamos ante un cómic urgente, con poco tiempo para disertaciones filosóficas y que va a lo que va: dos hombres cuya enemistad debe ser solucionada empuñando una pistola. Y eso el lector lo agradece. Sabe desde el primer momento con qué se enfrenta y puede disfrutar de ello. Solo les queda saber quién se llevará el gato al agua, pero eso no es cosa mía descubrirlo en estas líneas.
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