“La orfebrería según los místicos” es el segundo largo del tándem formado por Pablo Maronda y Marc Greenwood (bajista de La Habitación Roja).
Un magnífico álbum que retoma las constantes vitales de su debut, pero con más vigor y concisión. Autoeditado, además, porque “el panorama está bastante complicado para las discográficas, entre la crisis y la subida del 21% de IVA, que es absolutamente desmesurado y nos coloca a la cola de Europa en esta clase de cuestiones”. Eso no ha sido obstáculo para que el disco sea “continuista en cierta manera, aunque con canciones más breves y concisas. Y más enérgico porque el batería que hemos reclutado, Alfonso Luna (Tachenko) es una máquina de ritmo acojonante”.
La influencia de los sesenta sigue ahí (“es que los sesenta me gustan muchísimo. Soy muy de psicodelia y de beat. También de los discos del sello Elektra de la época. La mayoría de mis bandas favoritas son de ese periodo. Tengo una obsesión parecida a la que tiene Jack White con el garage. Me gustan mucho Los Pasos, Los Brincos o Los Ángeles”), aunque también sea notoria una lírica algo tétrica, a veces imbricada al servicio de melodías dulces, que entronca con “el humor negro y el horror, algo que suele estar presente en grupos como Los Planetas, Surfin Bichos, Los Punsetes y un largo etcétera que han mamado de la tradición lírica de la nueva ola británica y esa temática mórbida de Siouxsie And The Banshees, The Monochrome Set, The Cure o The Smiths. Me parece más valiente hacer una canción que habla de conducir borracho, que de meterse heroína”.
Algunos de los textos también son pródigos en referencias al complicado contexto en el que vivimos, como ocurre en “Vivimos en democracia” (“Si el estado sale al paso del rescate de los bancos”) o en “El ruido eterno” (“te han ingresado el paro”), guiños insertados en un marco más general de reflexiones sentimentales o relaciones de pareja, que Pablo Maronda ve naturales. “Son expresiones que he utilizado en mi vida cotidiana. Que llegue el día 10 y se hagan las doce de la noche, que es cuando el INEM te ingresa el paro, y estar esperando en la calle para sacar la pasta y meterse en un bar con alguien... o cuando digo lo del rescate de los bancos también entiendo que es una expresión que a la gente le genera mucha mala hostia, y era divertido lograr un paralelismo con las injusticias de una relación. ¿Por qué no?”. Lo que nos lleva a preguntarnos si es necesario que el músico se posicione hoy día de una forma clara. “Para mí, sí. Pero es una opción personal. No juzgo a quien no lo haga. De hecho, no juzgo el cine de Elia Kazan porque fuera uno de los delatores de la Caza de Brujas. No me parece lo correcto, pero no me hace ver su obra de otra manera. Aunque me convence casi más la vertiente política de Nacho Vegas como ciudadano que como autor, por ejemplo. Y esa ética con la que se muestra ante los medios me hace respetarle de verdad”. Maronda actúan este viernes día 3 en Barcelona (sala Slow).
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