Es este trabajo una buena muestra de la evolución que Guadi Galego ha ido experimentando en su vis artística desde sus primeros pasos en la escena poniendo el sentimiento vocal a las composiciones de Berrogüeto, a los que siguieron otros proyectos colectivos – Nordestin@s, aCadaCanto- antes de iniciar esta nueva senda.En su capazo el folk y lo tradicional ocupan un lugar muy importante, pero las diversas sonoridades presentes en cada uno de los trabajos publicados bajo su nombre denotan contemporaneidad, y cierta sofisticación pop encaminada al crecimiento de las canciones, con la que logra transferir un caudal creativo donde flotan emociones y sentimientos.
Uno de los mejores ejemplos de este proceso evolutivo en el sonido de Guadi Galego lo representa “Cedeira”, canción que abre el disco y marca el despegue introduciendo guitarras eléctricas junto a rotundas bases rítmicas sobre las que se deslizan arreglos de viento, cuerda, y piano, empastados con segundas voces; presentes también a lo largo de otras de las diez composiciones incluidas en este cautivador tercer trabajo producido por Pachi García.
Otro de los rasgos que no pasa desapercibido en la escucha de “O mundo está parado” es la musicalidad que proporciona la lengua gallega, elegida por Guadi Galego para interpretar todas las canciones excepto “El entorno”, en la acentuación de la melodía vocal. Un matiz compartido con el idioma portugués y su variante brasileña que sirve de vínculo entre el trabajo desarrollado por esta cantante y compositora, con los realizados en la otra orilla del Atlántico por Elis Regina, Maria Creuza, Leila Pinheiro o Rosa Passos.
El grupo de músicos que le acompañan en esta gira lo integran Guillerme Fernández, Carlos Abal Paco Charlin e Isaac Palacin.
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