UN NUEVO SER
Entrevistas / Frank T

UN NUEVO SER

David Broc — 28-01-2000
Fotografía — Archivo

Frank T vuelve a adentrarse en la cenagosa red del hip hop nacional con «Frankattack» (Zona Bruta, 2000). Sin apenas percatarnos de su pronunciada lentitud creativa (casi dos años entre disco y disco; entre «El Rimadero» y sus diversas producciones, no hay tiempo para más), Frank T vuelve a adentrarse en la cenagosa red del hip hop nacional con «Frankattack» (Zona Bruta, 2000). Es el tercer descendiente plástico de su carrera y, muy posiblemente, su mejor obra.

Muchas cosas parecen haber cambiado en el planteamiento músico-lírico de Frank T de cara a enfocar su apreciable «Frankattack». De inicio, la producción, claro está. Ahí es por donde se empiezan a devorar, funcionalmente, la mayoría de discos de hip hop. De hecho, Frank T, consumado productor de la factoría Zona Bruta (ahí queda para el recuerdo el espléndido tratamiento sonoro del disco de Ari y el interesante apoyo a SDFK) y de sus amistades (El Chojin, por ejemplo), no tarda en admitir dicha circunstancia. «Es que hay mucha gente que con lo primero que se queda es con la producción, especialmente si no entiendes los textos. Después, lógicamente te fijas en las letras y en el MC, porque si el MC es una mierda, ninguna producción te puede salvar ese disco. Y de hecho, eso también se nota aquí, ya que ahora empieza a haber mucho más interés en la producción, y hay chavales que se compran aparatos y empiezan a trabajar desde su propia producción».

Y entre «Frankattack» y sus anteriores discos se aprecia una línea evolutiva sobradamente clara, firme. Del primitivismo old school de «Konfusional» se pasó al barroquismo de «Los Pájaros....», y de éste se ha acabado llegando al tratamiento multiforme de «Frankattack». Si antes se citaba, en exclusividad, a Mobb Deep y, por ende, a toda la posse de Queensbridge, ahora los puntos de apoyo se han diversificado. Roc-A-Fella, faltaría más, está en el punto de mira. «No, a ver, las cosas como son: si yo tuviera pasta para pagar a Timbaland, a Premier o a cualquier otro, evidentemente lo haría, está claro, porque esto le daría gran variedad al disco. Entonces, como no puedes hacerlo (risas), es algo que te has de trabajar tú mismo, en tu propia línea, en tu propio rollo, pero tratando de buscar producciones variadas. El anterior disco era más oscuro, y estaba centrado básicamente en la música clásica; éste, si bien sigo tratando música clásica y bandas sonoras, está más enfocado hacia el soul. Y, lógicamente, todo lo que está haciendo la peña de Roc-A-Fella o lo que hacen Ruff Ryders me parece buenísimo, y es cierto que su influencia es importante. Son gente que le han dado a la escena un rollo muy personal, más alegre que lo que hacían en su momento Mobb Deep o Capone’N’Noreaga, que últimamente también se dirigen hacia esa historia. En este sentido, gente como Jay-Z o DMX es lo último, y lo último, quieras o no, siempre te influye. Lo que has de hacer es traerte esa influencia a tu terreno y darle tu toque personal. Es que, en realidad, esta gente es la que está innovando actualmente: Jay-Z, Timbaland, DMX, todos las producciones de Ruff Ryders...». «Frankattack» se nutre de todos los hechos acaecidos en el último año y medio en Estados Unidos y, también, Francia, pero no renuncia a las señas de identidad del propio Frank T. Es decir: Frank T ha absorbido dichas influencias para adecuar su sonido al presente, pero sus gustos siguen estando en otra parte. «A mí lo que más me ha gustado este año ha sido el disco de Lootpack. Sus producciones son buenísimas y es un grupo muy underground. También me ha gustado mucho, lógicamente, el disco de Gang Starr que si bien es recopilatorio, el nuevo material es increíble. Y, de hecho, del penúltimo disco de Nas, que tiene un rollo muy cercano al de DMX y Jay-Z, lo que más me gusta son las canciones producidas por Premier». Claro. Es que no hay vuelta de hoja: Premier es el más grande de la década, qué demonios. Menos mal que ahí está Frank T para aportar un poco de cordura y, de paso, ratificar una tesis que, incomprensiblemente, tiene menos firmas de apoyo de las que merece. «Es que Premier es un seguro de vida. Lo mejor de Premier es que nunca te cansas de escuchar sus producciones, algo que posiblemente sí le pasa a Ruff Ryders, por ejemplo. Pero, de todas maneras, lo mejor es mezclar un poco de cada cosa. A mí me encanta Premier, pero también me gusta Pharoahe Monch, Mos Def, Jay-Z, Mobb Deep... no sé, se trata de quedarte con aquello que más te afecte». Y de aflicción, emociones, vivencias y otras muchas cosas habla «Frankattack», un álbum nutrido por dentro de los textos más personales jamás escritos por Frank T. En los casos concretos de «Bien», «No Os Dejan Entrar» o «El Amor», la primera persona se vuelve más transparente que nunca, y deja fluir unas letras que no le temen al riesgo, la verdad y, ¿por qué no?, la emoción. «Se trata de convertir todo eso que está ahí en rap. Reflejar cuál es la verdad, pero la verdad real, la tuya. Incluso se trata de darle un poco de sentimiento, que no pasa nada por llenar de sentimiento una canción de hip hop». Te equivocas, Frank. Sí pasa algo: el sentimiento engrandece aún más esta cultura.

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