Superembroma
Entrevistas / L-Kan

Superembroma

Beatriz G. Aranda — 11-01-2005
Fotografía — Archivo

Si sumamos tecno pop, costumbrismo patrio a lo Galdós, humor y algunos libros de Milan Kundera pisoteados, daremos con la fórmula de L-Kan o cómo cuatro chicos formaron un grupo partiendo, por casualidad, de una obra de teatro. Pensar en todo ello al disfrutar de "Discazo" (Subterfuge) no hace más que sumarle atractivos a la escucha.

Si antes iban "Superenserio", ahora nos presentan un auténtico "Discazo". Podrás odiar su música, sus ropas, sus peinados o incluso sus directos, pero si fuesen berlineses y no cantasen en la lengua de Cervantes y José Bono, muchos colocarían el nuevo disco de L-Kan entre los álbumes de Miss Kittin´ o Chicks On Speed. Cuestión de prejuicios. “Si un grupo de fuera hace lo que nosotros en el escenario, mola. Si lo hacemos nosotros, no. Es como que hay grupos con y sin prestigio. Si escuchas, por ejemplo, las letras de La Monja Enana, no son nada optimistas. Son de hecho súper chungas, así que eso de que es tontipop no tiene sentido. Parece que está bien visto meterse con ellos o con nosotros”. Más que bien visto, Belén, yo diría que la gente lo ha asumido sin más. “Es una tradición desde siempre en la música española que la gente que ha mezclado pop y humor ha sido mal vista aquí. Y si algo tenía éxito tenía que ser como La Trinca o Mojinos. Nosotros no hacemos música de broma, se trata de desdramatizar las cosas, simplemente”. Luis, el otro miembro de L-Kan que hoy nos acompaña (faltan Olav y Maru), tampoco dramatiza a la hora de explicar el concepto en el que se mueve la banda.

"Es malísimo para una banda creerse la etiqueta que le ponen"

Y es que cambiarse de ropa o promover una plataforma anti-Lars Von Trier y contra el documental “Super Size Me” sobre un escenario tiene una explicación mucho más sencilla de lo que podría esperarse. “Con el tipo de música que hacemos y nuestras letras sería absurdo salir al escenario y ponernos a tocar igual que en el disco porque evidentemente va a sonar peor”. Precisamente es el sonido lo que más han cuidado en sus nuevos temas. (Luis). “Musicalmente es más complejo que ´Superenserio´. Suena más contundente y mejor. Llevamos casi año y pico trabajando en él, dándole vueltas. Queríamos hacer un álbum en el que todas las canciones nos gustaran un montón a nosotros. Y creo que lo hemos conseguido, por eso le hemos llamado así”. Sin duda. “Discazo” suena menos cutre, las bases son más interesantes y las melodías más pegadizas. Aunque quizás toda la parafernalia que ellos mismos han construido a su alrededor distraiga e impida ver todo eso. Eso sí, para cerciorarse de que los periodistas sí que lo aprecian, con el disco envían un examen. Como una selectividad petarda e ingeniosa. (Belén). “Pensamos en que si fuéramos periodistas y recibiéramos diez discos a la semana, pues qué coñazo. Así que nos preguntamos si los escucharán todos. Seguro que no. Muchos nos hacen preguntas y sabemos que no se lo han escuchado. Así que pensamos en hacer este cuestionario para obligarles a escuchar el disco, una especie de examen”. Y en este control (no usaba esta palabra desde EGB), hay varias preguntas sobre las letras que esta vez son, cómo decirlo, más serias. (Belén). “Letras serias de verdad no hay en ningún disco nuestro. Pero sí es verdad que canciones como ´La mancha de mora´ o la de ´Novios´ sí que pegan menos con nosotros. Sin embargo, no queremos pensar en eso. Nos parece un poco chungo que, porque nos hayan vendido con la etiqueta del electroclash, no podamos hacer canciones de ese tipo. Es malísimo para una banda creerse la etiqueta que le ponen”. Otra cosa más que hacen estos chicos es llevar uno de los garitos de moda de la noche madrileña, el Ocho y Medio. Un lugar que, al igual que su grupo, despierta odios y pasiones exacerbados. (Luis). “Es un hecho cierto. Ahora estamos contentos porque vemos que hay gente que nos defiende. Antes era mucha más gente la que se manifestaba en contra que la que se manifestaba a favor. Pasa a menudo que nos llega gente tras los conciertos para decirnos que antes nos odiaban y que ahora nos entienden”. (Belén). “Hay un tipo que nos odia mucho que nos envía cartas y mensajes. Nos insulta y nos desea la muerte. Sabemos quién es. Un chico que ha estudiado música y que ve que nosotros hemos grabado discos y se siente despechado, cosa que entiendo, pero no comparto”. En realidad, para muchos, el éxito de cualquier iniciativa es no provocar indiferencia. Y queda claro que L-Kan no la provocan.

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