"El optimismo es el leitmotiv de este disco"
Entrevistas / Sôber

"El optimismo es el leitmotiv de este disco"

Rubén G. Herrera — 02-01-2017
Fotografía — Archivo

Los madrileños Sober vuelven a la palestra del panorama nacional con su nuevo álbum, "Vulcano", su noveno disco de su estudio. Hemos estado charlando con Jorge Escobedo (guitarra), Carlos (voz y bajo) y Manu (batería) y, aparte de su cuidado gusto por la música, nos han vuelto a demostrar su carácter reivindicativo.


¿En qué estado anímico ha sido concebido este “volcán”?
(Jorge)
En el mejor de los mejores y en el necesario. Anímicamente y psicológicamente debes estar en buen estado. Cuando un grupo como Sober se mete en el local de ensayo a componer, deben estar las cosas claras. Si no, no saldría un disco como este.
(Carlos) La gira XX Aniversario nos hizo seguir disfrutando del directo, pero sobre todo, nos dio mucho oxígeno. Hay canciones que se componen con esa tranquilidad, como "El viaje". Ha habido margen de elaborar y jugar con la música. Otras en cambio tienen apenas unos meses. Pero es importante no componer a toda prisa. Hay que capturar la esencia.

Quizá es por eso por lo que se nota que hay un hilo conductor en este disco: un comienzo potente con “Vulcano” y “Enterrado”, donde vemos a Carlos alcanzando tonos muy agudos en los estribillos; una primera etapa del disco donde se descubren letras que hablan desgarradamente del binomio opresión-libertad. Un comienzo a mi parecer muy potente. La tralla inicial del disco va frenando con "La Escalera" y lo hace definitivamente con "El Viaje". Esta canción tan emotiva parece concluir toda una fase dentro del disco, ¿cómo lo veis vosotros?
(Carlos) Es importante cuando estamos dándole forma a las canciones, pensando en un orden general, en qué te transmite el disco en su conjunto. Por eso precisamente, el regalo en la preventa fue la propia maqueta del disco, porque queríamos que los fans entendiesen cómo elaboramos las canciones. Pero además, un disco tiene que mantener la intensidad, no todo el mundo tiene tiempo para escuchar once canciones enteras. Aquí pretendemos que eso sea posible, que escuchar el disco se haga de una sóla vez. Y cuando parece que la “lava” está en reposo, llegan temas como “Irreal” o “Héroes”. Cuando el disco parece que llega a su final, encuentras canciones como “Estrella Polar” o “Magnolia” que suponen una antítesis a todo lo anterior.

En canciones como “Irreal”, percibo una gran influencia del pasado de Sober aquí: que no es otra que la alargada sombra de Tool.
(Carlos)
 Hay influencias a Tool igual que a otras tantas bandas. Pero hay canciones que te acercan a otros estilos. “Irreal” es un corte largo que te mantiene despierto, con guitarras dobladas y progresivas a lo Thin Lizzy; incluso se puede hablar de Black Sabbath… Pero el disco es una experimentación, y algunos estribillos, como el de "Enterrado", acercan más al heavy metal clásico de Judas Priest. Hay de todo lo que nos gusta.

Es curioso que Sober bebiera de esa del stoner-rock, o el metal más noventero, con sus líneas temáticas depresivas y oscuras. Cuando precisamente vosotros lo que hacéis es una música, por el contrario, muy optimista.
(Carlos) Si no lo fuésemos no estaríamos en esto.
(Jorge) Lo has definido muy bien. Pero la contundencia no resta que dejemos las puertas abiertas a la libre interpretación de lo que decimos. Contundencia no quita armonía, igual que esa influencia no cierra las puertas al optimismo. Ese es el “sello Sober”.
(Carlos) Y eso es así porque utilizamos la motivación que nos da la música como forma de vida. Levantarte cada día y ponerte a cantar a las 10 de la mañana es un sobreesfuerzo. El optimismo es el leitmotiv de este disco, esa buena voluntad para hacer las cosas bien. Pero ¿sabes por qué? Porque también hay que dejar que nuestro volcán interno erupcione, escupa lava, y que todo explote. A veces hay que explotar. Hay gente que está contenida… pero hay momentos en que tienes sencillamente que ser tú mismo.
(Jorge) Algo que ya bien expresamos en nuestro anterior “Letargo”.

"Hay que dejar que nuestro volcán interno erupcione, escupa lava, y que todo explote"

Esto me sugiere que quizá podemos llevarlo al terreno “social”, y por ello, os pregunto si también sois optimistas en lo político.
(Carlos) La respuesta, en el fondo, es la misma: la gente que se autocensura constantemente termina explotando. Hay un momento en el que tienes que ser tú mismo, lanzarte a vivir tu vida, o te la manejarán los demás.
(Jorge) Otra cosa es que te estén machacando constantemente y te niegues a ver la realidad. (Los políticos) tienen copada la sanidad, la educación, los sindicatos… Pero es casi más interesante hoy en día NO ver la televisión o las noticias y prestar más atención a tus amigos y vecinos… Hay que volver a la convivencia. No puede ser que cuatro frases dichas por un periodista o político te puedan condicionar la vida. La apología política que podamos hacer en Sober es la de “levántate, haz tu vida, no te dejes gobernar”. Si te fijas, hemos estado un año sin gobierno y hasta la gente está mejor. Al final, la política reside en las acciones de uno mismo y la política te la tiene que sudar un poco.

¿Creéis entonces que algo, socialmente, está a punto de “entrar en erupción” en este mundo?
(Carlos)
Algo tiene que suceder. No a nivel nacional sino mundial, y no sé si para bien o para mal. Está claro que, como continuemos así, no vamos a ningún lado. Las cosas están muy críticas. Otra cosa es que la sociedad lo vea como algo drástico o catastrófico, pero el cambio está a la vuelta de la esquina. Volvemos otra vez a aquello del optimismo, cuando ya has tocado fondo no te tienes que hundir, no queda más que levantarte… Pero si eso te lo tiene que decir un tío con bigote, con traje, con coleta, eso ya nos la tiene que sudar.
(Manu) Creo, como mis compañeros, que sentirse invadido de las noticias negativas de la televisión no es bueno, te condiciona negativamente. Tienes que librarte de eso y vivir el día, absorber buenas energías de amigos y compañeros. Porque la rutina que nos marcan es la del pesimismo.
(Jorge) Cuidado: ¡Que no es darle la espalda! Todos sabemos ya que las cosas son una mierda. Todos sabemos que hay niños que mueren de hambre, gente sin trabajo, y que está de nuestra mano hacer algo. Pero el optimismo es, precisamente, sacar lo bueno de lo malo. No es darle la espalda.

Volvamos al disco, el cual encierra una iconografía minimalista pero muy sofisticada. En otras entrevistas comentabais que los cuatro símbolos de la portada representa vuestras personalidades, por ejemplo, el “laberinto mental” de Carlos, la dicotomía vida-muerte de los triángulos, con los que se siente identificado Jorge, Antonio quizá más esotérico con el pentagrama, o la inquietud de Manu en la figura de círculos concéntricos. No sé yo, pero “sobriedad” queda poca en un producto tan bien elaborado.
Nosotros tratamos que el aspecto gráfico sea siempre una vuelta de tuerca. Otra cosa es que consigamos transmitir o no. Siempre tiene que haber más de lo que se pueda ver con los ojos. Cuando tienes la portada en la mano y oyes el disco, todo coge las formas que se ven en la portada. La vida no es tan fácil como ver algo y tener una opinión inmediata; hay que “entrar” en las cosas y ver más allá. Hay que entrar en el volcán (risas).

¿Se podría decir que tenéis un pie en la escena mainstream y otro en la underground?(Jorge) Yo personalmente siempre, desde que tengo uso de razón escucho a todos los periodistas musicales, al difunto Mariano García o al Pirata. Y siempre pensé que esto es una cosa vuestra. El tema de las etiquetas no lo entiendo. Nosotros hacemos rock. Nos cuesta hasta pronunciar estas palabras. ¿En el momento en que fabricas un disco eres mainstream? Recuerdo que durante mucho tiempo, el sonido de Nirvana dio la vuelta al mundo mientras seguía siendo algo “underground”. Eso no puede ser y las etiquetas las ponéis vosotros. Bien hecho, por cierto, yo no voy a criticarlo. Sober tiene una línea bien definida desde el primer disco, y a veces nos llaman heavys y a veces nos llaman poperos. Ya cuando éramos Jesus Remain, antes de Sober, hablábamos de esto. En "Vulcano" va a seguir pasando lo mismo. Quizá sí tenemos más reminiscencias a nuestro sonido antiguo que a lo que se hace hoy en día. Lo conjugamos bien para que conviva pero sigo sin saber lo que es underground. Es una necesidad de encasillar todo.
(Carlos) Los guiris esto lo llevan muy bien. No hay más que ver la posición de Nickelback, Green Day o Slipknot, bandas que hace poco veíamos sesenta personas. Lo underground es extraño cuando, por ejemplo, la teleserie más vista es "The Walking Dead". Antes una calavera era un símbolo de subversión y tu madre no te dejaba llevarla. Ahora resulta que en el HM es lo que más vende. Todo se reduce a símbolos que usa la gente…
(Jorge) Y pasado el tiempo, está claro que esto es un negocio. Dejemos de rasgarnos las vestiduras. La parte más visceral y emocional está ahí, y cuando algo es bueno, rápidamente va a dejar siempre de ser minoritario. Lo que empieza con el boca a boca termina siendo conocido. Y por cerrar el círculo: hay que usar bien los canales de información, los medios de comunicación. Hoy la música se ha convertido en una especie de consumo masivo y anónimo, donde cualquiera tiene discotecas enteras en mp3 sin conocer apenas lo que posee.

Preguntaros por la producción me resulta inevitable, siendo Sober una banda de músicos metidos en este aspecto de la industria musical. Y, sobre todo, por la figura del técnico de mástering, ¿es tan importante como se dice, es un mito?
(Carlos)
Mira, nuestros discos cambian muy poco sin masterizar y masterizados y esto lo hemos enseñado a otros músicos y apenas notan la diferencia. Realmente, el trabajo del mástering es menor, tiene que ser menor; no deja de ser el perejil que el cocinero pone al final en el plato para dejarlo bonito. Y la gente ha mitificado la figura de ciertos ingenieros de mastering. O por lo menos, para nosotros responde a un hecho menor; el mástering se hace en unas cuantas horas y apenas supone un 5% de todo el coste de producción. La grabación son al menos dos semanas. Nosotros desde "Cube" enviamos todo a Dave Donelly de DNA (Los Angeles). El mástering es un toque personal en un agudo, un grave, colocarlo, una compresión que no raje… que suene bonito, pero no más allá.
(Jorge) Para mí es un invento chino. He tenido suerte de masterizar personalmente en Los Angeles y en Finlandia. Y en lo que se tiene que centrar el músico es en una buena grabación. Está magnificado el tema del mastering.
(Carlos) Creo que también hay un desconocimiento de lo que es la palabra mastering. Por supuesto que, tocar esa grabación y esos volúmenes, debe ser alguien que lo haga todos los días, un especialista, y tener pillado el punto y estilo musical. Pero por muy bien que lo tenga pillado, la diferencia nunca debería ser brutal.

¿Es como decir el Photoshop de la música?
(Carlos) Pues sí, porque, sobre todo, debemos tener en cuenta los dispositivos de reproducción. La gente lo escucha en mp3, o en el coche…
(Jorge) Yo he estado con Mika Jussila y le he visto tocar pocos ajustes (risas). Un técnico no puede hacer que de un disco malo salga uno bueno. Lo que sí puede hacerte un técnico es joderte un disco. Eso sí puede. Si se carga la compresión, la dinámica, o los agudos, o una tontería como que te falte algo de volumen. Igual que una foto puede ser buena y si la retocas mal pues no.

Y para Manu, ¿cómo llevas formar parte de Sober, ya por seis años y tres discos, y cómo se compagina con proyectos paralelos como Otra Cara?
(Manu)
Pues fácil porque no hay elección: cuando empieza la maquinaria de Sober, se tiene que parar todo lo demás. En la época de Savia se pudo compaginar, pero ahora es exclusiva, porque en esta vuelta de la banda donde me incorporé, el nivel es siempre muy fuerte. Sober es hoy donde más a gusto me encuentro, pero es cierto que apenas lo compagino con mis clases de batería y poco más.

Vosotros, que estáis muy metidos en varias áreas de la industria y el negocio musical, ¿cómo veis el binomio de música digital versus soportes tradicionales?
(Jorge) Mira, con “Redo” fuimos disco de oro, con unas 70.000 copias, “Paradiso” 100.000, disco de platino, y “Morfología” otro disco de oro. Pero ahora está más diluido…
(Carlos) Las cifras de un número uno de iTunes pueden ser 200 discos en audio, vendidos. Y si ya se vende poco físico, con la copia digital está claro que, al cambio, esto no sale. Lo que funciona es la música es una cuenta premium de unos 10€, en un canal de streaming. Pero de lo más malo ya hemos pasado. La música ya no es todo piratería y uso fraudulento. De alguna manera, todo va a mejor, también para las calidades de los contenidos. Un Spotify o un Netflix están reinventándolo todo. Hemos vuelto a valorar un poco más la música; es verdad que si en 10-15 segundos no te gusta un disco, lo quitas… pero hay más actividad y más posibilidad de encontrar otras bandas.
(Jorge) Yo lo siento, pero no sé de todo eso, soy más de vinilos (risas).

 

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