Que le den por el culo a la paz y al amor
Entrevistas / Los Punsetes

Que le den por el culo a la paz y al amor

Luis J. Menéndez — 01-02-2010
Fotografía — Iván Rosentock

Ahora o nunca. Es la hora de la verdad para Los Punsetes. Tras un debut que les sacó de las catacumbas del underground y les dio a conocer, con este “LP2” y el apoyo de un sello grande y la sutil producción de David Rodríguez, aspiran a convertirse en una banda nacional imprescindible.

Con un casi recién estrenado estatus como grupo respaldado por un sello a la vieja usanza, desde Everlasting me hacen llegar una serie de propuestas para vernos y completar la entrevista: este día a la hora de comer, este otro tomando un café o un tercero de cañas por la noche. Me decanto por el que considero que es el hábitat natural para el grupo, que me cita en el Santos, uno de los pocos baretos que quedan en el barrio de Ópera y todavía merece tal denominación. En el Madrid castizo, claro. Como a Gabinete Caligari en su día o Tarántula hoy, en mi cabeza a Los Punsetes les sienta estupendamente una escenografía de torreznos y cortos de cerveza bien tirados. Yo por mi lado me pongo estupendo y le deslizo una condición al sello: que la conversación tenga lugar con uno, a lo sumo dos, de los cinco componentes del grupo. La experiencia me dice que si ya de por sí las charlas de bar tienden a hacerse dispersas, la cosa empeora conforme aumenta el número interlocutores. Pues como quien oye llover… Consecuencia de un modus operandi estrictamente democrático que se encargan de dejar bien claro a lo largo de la conversación, tan sólo el segundo Jota más famoso del indie nacional se excusa -por motivos de trabajo- esta noche. Ariadna, la última en llegar, es recibida con excitación por Chema, mucho más divertido y dicharachero en persona que cuando empuña las baquetas: “Ariadna, ¡¡¡me debes dinero!!!”. Ella apenas se inmuta. Se sienta y la entrevista puede comenzar.
“Con el primer disco no esperábamos gran cosa, la verdad. Fue algo que hicimos con toda la ilusión y consecuencia natural de haber grabado previamente la maqueta y el Ep. Pusimos todo el dinero que teníamos en ese momento, cinco mil euros, grabamos y editamos unos pocos vinilos y mil compactos para distribuir gratuitamente. En ese momento autoeditarse era la peste, sin embargo ahora la percepción ha cambiado y es como muy guay. Mira a Jonston, que tenía varias ofertas para publicar el disco y ha preferido sacarlo él y ponerlo gratis en Internet. ¡Y tan contento! Sin embargo en nuestro caso fue más bien una cuestión de necesidad: si te soy sincero no tuvimos ninguna oferta, aunque tampoco lo movimos demasiado. Vimos que no había muchas posibilidades y no gustábamos a quién creíamos que le podíamos gustar…”
. La venganza es un plato que se sirve frío y un año después Los Punsetes vieron como aquel primer disco se convirtió, poco a poco y vía boca oreja, en uno de los estrenos más suculentos de la independencia nacional de los últimos años. “Si tenemos algo que agradecer a alguien es a los blogs que nos apoyaron desde el principio. La crítica siempre ha sido positiva con nosotros, hasta el Rockdelux que empezó diciendo que éramos más de lo mismo luego se ha hecho converso, pero al mismo tiempo ningún medio apostó claramente por nosotros desde el inicio”. “LP” hasta llegó a reeditarse para tiendas, en una extraña maniobra comercial de su actual sello, Everlasting, que ahora amenaza con hacer otro tanto con el proyecto en solitario de Manu, Anntona. “Mucha pasta no deben haber hecho con la venta (risas). Pero, bueno, fue una iniciativa suya, a nosotros lo que nos importaba era publicar un segundo disco con garantías y en eso han cumplido con creces”. Hasta el punto de concederles caprichos del calibre de un disco de remezclas que todavía no se sabe si llegará en forma de Ep, álbum largo o extra para una edición especial de “Lp2”. “Ya tenemos confirmados como remixers a Hidrogenesse, Arturo Lanz de Esplendor Geométrico y El Guincho. El caso es que Mark de Everlasting nos propuso que hiciéramos un listado de futuribles y a J. y a mí (Gonzalo) se nos fue la olla completamente con nombres como James Murphy (LCD Soundsystem), Dj Spooky y cosas así… Además, Mark tiene una historia muy curiosa a sus espaldas y de joven fue compañero de okupa de uno de los tíos de KLF o David Tibet (Current 93), así que pensamos en pedirles una remezcla también. El de KLF pasó completamente de nosotros, pero Tibet puede que lo haga, es una cuestión de pasta…”. En este momento de la conversación se les nota cómodos y demuestran que haber reunido a los cuatro alrededor de la mesa no ha sido un error sino todo lo contrario. Cada cual desempeña su rol sin aspavientos: Chema, el friki musical que a las primeras de cambio se lanza a recomendar blogs de descarga donde ha descubierto oscuras bandas de black-metal de orientación nacional-socialista; Gonzalo, bajista y también el cascarrabias oficial del grupo, tal vez el único con arrestos para reconocer abiertamente que “hay canciones del disco como ‘La manera de acertar’ que detesto profundamente”; Ariadna, la “modistilla” que le dicen el resto medio en serio medio en broma, casi tan extraña, fría y misteriosa al otro lado de la mesa como cuando se planta inmóvil frente al micro; o Manuel, un buenazo que firma letras tan bizarras como “Vicio” o “Yo creo en Satanás” y que ejerce de voz principal durante la mayor parte de la entrevista. (Manu) “¿Letras bizarras? No sé, no lo veo…”. (Ari) “Anda que la del vicio no es bizarra…”. (Gonzalo) “Eso es porque nunca has llegado pedo a tu casa a las cinco de la mañana y no sabías ni dónde estaba tu habitación”. (Manu) “Es que Ari no sabe lo que es una borrachera…”. (Ari) “Ha habido veces que me han llegado con una letra que yo he pensado ‘Madre mía, y ahora yo tengo que cantar esto…’. La de los médicos no me hizo mucha gracia y la segunda estrofa de ‘Dinero’ en este disco tampoco. Pero bueno, si me gusta la melodía al final terminan convenciéndome”. Porque Los Punsetes plantean una lírica cuanto menos peculiar. Treintañeros y urbanitas, lo suyo viene a ser otra forma de costumbrismo, el de la muchachada -Joaquín Reyes firma la portada, por cierto- a la que una vez se llamó Generación X y que hoy se toma la crisis del ladrillo y los índices de paro más altos de Europa con sentido del humor. (Manu) “Escribimos como hablamos y de la misma forma en que vivimos, con normalidad. ¿Que estás harto de los amigos de tu novia? Pues un día estallas y le sueltas ‘Chica, ¿sabes qué te digo? Que le den por el culo a tus amigos’. Es así, nada más lejos de nuestra intención que provocar una polémica. Los grupos que más me gustan, Hidrogenesse, Manos de Topo o La Bien Querida también tienen un rollo muy personal a la hora de enfrentarse a las letras”. Una La Bien Querida a la que les une varios vínculos, el último y más evidente compartir a David Rodríguez a los mandos de la producción. Por cierto, que el propio David me ha confesado que en esta ocasión se ha limitado a grabar el grupo y dejarles hacer... “Es mentira. En todas las canciones David ha aportado algo que nosotros nunca habríamos hecho. Y en otras como ‘Por el vicio’ o ‘A cien metros del cementerio’ su mano es evidente en el desarrollo e incorporando unas guitarras y unos teclados de aires así como muy germánicos. Nosotros somos mucho más burros y habríamos ido al traca-traca. Lo que pasa es que al mismo tiempo ha sido muy respetuoso con el sonido y la esencia del grupo. Ha buscado que las canciones le funcionen a él de un modo en que siguen sonando a Los Punsetes”. Cierto, hasta el punto en que una escucha del disco despreocupada, “sin auriculares”, puede hacer que su mano pase inadvertida. “Buscamos un punto de vista externo, porque sabíamos que si hubiésemos repetido como productores no íbamos a crecer como grupo e íbamos a terminar fostiándonos los cinco. David, por el contrario, es la paz y el amor”.

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