Presuntos radicales
Entrevistas / Skunk Anansie

Presuntos radicales

Redacción — 06-04-1999
Fotografía — Archivo

Quien iba a imaginarlo. Empezamos tomándoles medio en serio -¿o era medio en broma?- y, sin que nos hayamos dado cuenta, se han convertido en una de las formaciones más populares del Reino Unido. Y lo han hecho gracias a esa combinación de pop y hard rock en la que «Post Orgasmic Chill» –su tercer larga duración- vuelve a apoyarse. Y es que, aunque los chicos de Skin no sean nada del otro jueves, si las cosas les van viento en popa, por algo será. Vamos, decimos nosotros.

El cuarteto británico nos ha dado con «Post Orgasmic Chill» más de lo que podríamos esperar de ellos. La inspiración de algunas de sus nuevas canciones –no todas- es una sorpresa. Si sus dos anteriores discos («Paranoid And Sunburnt», One Little Indian, 95, y «Stoosh», One Little Indian, 97) se distinguían por estar fabricados de riffs pétreos y de la abusiva presencia de una Skin cercana al histrionismo, en el tercero –con peligroso acercamiento a la FM en algunos casos- nos encontramos su mejor colección de canciones aunque la materia prima siga siendo la misma: metal para todos los públicos y estructuras de rock clásico. No está mal y se deja escuchar, aunque –todo hay que decirlo- no forma parte de la pila de discos favoritos de la temporada.

Aislado del mundo exterior por un catarro de dimensiones bíblicas y procurando mantener la compostura y la nariz limpia, me encuentro en una lujosa sala de un no menos lujoso hotel madrileño con Skin (voz) y Mark (batería), los cuales contestan con amabilidad y generosidad a mis preguntas. Skin, alta, delgadísima, andrógina, y si se me permite, ciertamente elegante, relata la tranquilidad casi terapéutica que rodeó la grabación de un disco del todo crispado –en cuanto a sonidos y resultado final-. «A pesar de grabar este disco en un lugar aislado y tranquilo, había mucha tensión, teníamos mucho trabajo durante toda la semana y las sesiones se prolongaban hasta la madrugada. Había tensión y a pesar del aislamiento no ha sido una grabación tranquila». A ellos (¿acaso alguien dudaba?) también es el disco que más les gusta, y aunque yo creo que no han caminado hacia delante –más bien han mejorado y pulido la propia fórmula- ellos están seguros de que es la culminación de su sonido. «Los dos primeros fueron el embrión de nuestro estilo, pero este es brillante desde el principio al final… el ritmo, las melodías son como nosotros queríamos. En los discos anteriores no estaba todo tan definido. Ahora nos vemos con mucha confianza en nosotros mismos, nos vemos con una base sólida para seguir trabajando».

Un trabajo que, a pesar de las evidentes deudas con el legado de Plant, Page y compañía, nos remite a bandas del otro lado del charco. La sugerencia hace que Skin se enfunde el traje blanco, la careta metálica y se lance a la búsqueda del touché. «No estoy de acuerdo. Las grandes bandas del rock son británicas: los Stones, Black Sabbath, Iron Maiden, Led Zeppelin… todas ellas son las grandes bandas de rock de la historia y no son precisamente americanas». Vale, vale… (sin perder la sonrisa), hablemos de Led Zeppelin entonces, porque hay un par de temas que nos remiten directamente a los tiempos de «Physical Graffitti». «Sí, de acuerdo. En «Charlie Big Potato» hay un montón de similitudes con Led Zeppelin, pero creo que lo realmente importante es que lo que hemos conseguido captar y reflejar es el espíritu de la banda… sí, el espíritu es lo que está ahí, no se trata de una copia».Pues hablemos de temas, ejem, espirituales, porque la tónica de las letras bascula entre la lucha de sexos, la tensión en las giras y la religión. «No estamos obsesionados con la religión. La religión es una cosa creada por los humanos y que solamente sirve para preocupar a las personas. Nosotros estamos más interesados en el apartado espiritual, en la forma de mejorar como personas, pero desde nosotros mismos, sin preocupar a los demás… eso es lo que buscamos. Por eso en las letras hablamos de nosotros mismos, de cómo somos. No buscamos que haya una reacción por parte de la gente».

A estas alturas de entrevista, Mark y Skin no parecen demasiado animados, aunque se muestran amables e incluso analíticos a la hora de evaluar la evolución de la escena musical británica desde los tiempos del 77. «Es cierto que en la época del punk, antes de los ochenta había grupos realmente reivindicativos, eso supuso un enfrentamiento con el gobierno, que trató de parar todo eso. Después hubo una época en la que se buscaron otro tipo de cosas, el glam y todo eso y hasta ahora muchos grupos tenían miedo de poder hablar porque pensaban que no iban a vender discos». Les sugiero que quizá en nuestro tiempo, (Asian Dub Foundation y Fun-Da-Mental como excepciones) la música británica ha dado la espalda al retrato social dejándolo en manos de otras disciplinas artísticas (sobre todo el cine, con Ken Loach a la cabeza), pero no parecen estar de acuerdo. «No estoy seguro… yo no lo veo así… quizás sea así en España, pero no en Inglaterra». Pues no estamos de acuerdo en nada, creo.

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