Si no me creéis, podréis comprobarlo vosotros mismos en los dos conciertos que ofrecerán en Barcelona (Bikini, 2 julio) y Madrid (Moby Dick, 3 julio) esta semana. Aprovechando la ocasión entrevistamos a Jonathon Mooney.
Para empezar, una curiosidad: Por qué habéis escogido como nombre del disco “Rituals”?
En este disco hablamos todo el rato de los rituales cotidianos de nuestras vidas, que son mundanas, y el hecho de que somos como una especie de seres programados de diferentes maneras.
Vuestro anterior trabajo, “Tamer Animals”, entusiasmo a público y crítica y generó muchas expectativas. ¿Habéis sentido la presión de haber hecho un disco tan aclamado a la hora de componer “Rituals”?
Nos pusimos un poco de presión, sobre todo para abrir nuevos caminos. No queríamos repetirnos, queríamos continuar lo que empezamos en otros trabajos en cuanto a la incorporación de la composición clásica.
Con el resultado final en la mano, ¿creéis haberlo conseguido?
Sí. No le reprochamos nada al disco. No salió exactamente como lo imaginamos al principio, pero raramente es así con nuestro trabajo.
En estos últimos años os habéis ido de gira por todo el mundo, os habéis despedido de dos integrantes de la banda y os habéis mudado a Portland… No es casual, pues, que “Reconfiguration” sea el primer sencillo. ¿Habéis pasado una época de transición? ¿Cómo os han afectado estos cambios musicalmente hablando?
Definitivamente ha sido un momento de impás. Estábamos buscando una especie de transición a la vez que indagábamos en un nuevo territorio musical. Por lo que se refiere a Jenny y Colby, su salida no fue una cosa pensada; nuestros caminos se separaron de forma natural, ellos lo escogieron. Hemos estado juntos doce años. Son como familia y siempre lo serán.
Este álbum, aunque sigue sonando a vosotros, es distinto a los dos anteriores. Da la impresión de que exploráis más las texturas sonoras, las melodías envolventes, pero cuidando los matices y la precisión en los detalles. El resultado es un álbum con composiciones más elaboradas.
Tienes razón. Nos hemos centrado mucho en la técnica y la composición de este disco, a nuestra manera, improvisada. No venimos de formación clásica ni nada parecido, pero esta es la música que nos suele gustar.
Queríamos escribir canciones y componer a la vez. Para hacerlo, reducíamos las canciones a acordes y melodía y luego usábamos la composición para reconstruir los temas. Tuvimos que experimentar mucho en el estudio.
Radiohead, Sigur Rós, Alt –J…. son muchos los nombres del indie-pop-rock que podríamos nombrar como posibles influencias vuestras. Pero creo que también la música clásica juega un gran papel, como mínimo a nivel formal, con estructuras sinfónicas y capas y capas de sonido. ¿Es así? ¿Cómo de importante es para vosotros?
Absolutamente. La música clásica ha sido nuestra principal fuente de inspiración en los últimos años. Nos encanta la forma en que una gran cantidad de la música orquestal no prioriza un elemento por encima de otro. Cada instrumento es una parte del todo y un solo elemento no tiene sentido por sí mismo. Por eso queríamos construir cada tema átomo a átomo, pieza a pieza. Es difícil encontrar algún elemento que puedas escuchar aislado y que tenga un sentido melódico por si solo.
Co-producido por Joey Waronker (Atoms Of Peace). ¿Qué importancia ha tenido en el sonido final?
Hemos trabajado con Joey en los últimos grabaciones y para nosotros es prácticamente otro miembro de la banda. Él entiende perfectamente lo que queremos hacer a nivel musical y contribuye mucho en el resultado final.
Vuestra música tiene algo de épico, de épica cinematográfica al estilo de Morricone. Me la imagino en pantalla grande. ¿Os habéis planteado una incursión en el séptimo arte?
Siempre hemos soñado en componer música para una película. Todavía tenemos la esperanza de hacerlo algún día.
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