Niños sucios
Entrevistas / Manta Ray

Niños sucios

Beatriz G. Aranda — 30-01-2006
Fotografía — Archivo

Si existe una definición para la agonía posiblemente tenga mucho que ver con la música que Manta Ray llevan firmando desde hace más de diez años. En sus manos no se evapora jamás, si acaso se transforma. “Torres de electricidad” (Acuarela) nos lo recuerda una vez más.

Un grupo de directo sufre ante el espacio que delimitan las paredes de un estudio. Y eso lo saben estos cuatro asturianos, y nos lo cuenta Xabel Vegas en una taberna del centro de Madrid, batería desde aquel segundo disco de Manta Ray, el infravalorado “Pequeñas puertas que se abren, pequeñas puertas que se cierran” (Astro, 98) “Hasta ´Estratexa´ (Acuarela, 03), entrar a un estudio para nosotros era complicadísimo, lo pasábamos fatal. Siempre acabábamos discutiendo y era un lío de la hostia. En los últimos años, gracias a Kaki Arkarazo (productor de Anari, Chucho, Muguruza,…), hemos aprendimos a no sufrir las grabaciones como si fueran una pesadilla. Si sacamos discos es por tener inmortalizado nuestro trabajo en un objeto físico, pero sobre todo porque hacerlos es la excusa para protagonizar una nueva gira”.

"Ahora cantamos en castellano por una cuestión de honestidad"

Manta Ray fueron descritos como nuestro mejor grupo en directo y sus discos reflejaban otras maneras, buenas, sin duda, pero otras. Ahora, la búsqueda física de la crudeza sonora en vivo de los asturianos, por fin, tiene su recompensa: “Torres de electricidad”. Diez canciones ásperas y viscerales en las que todo es lo que parece: rock. Por primera vez, la mayor influencia para el rock de Manta Ray son ellos mismos. O cómo profundizar por los agujeros abiertos en el que hasta la fecha era su última obra, ”Estratexa”. Todo, hasta lo que escuece, puede crecer. “Sí, es cierto. Es algo que no sé si hemos logrado del todo, pero que es un objetivo que tenemos desde hace tiempo. Por lo menos desde ´Esperanza´ (Astro, 00), cuando hablamos de desprendernos de las influencias a la hora de componer y pensar más en el sonido de Manta Ray”. Cuando hace cinco años escuchamos “Esperanza”, entendimos que para ellos el inmovilismo era la muerte. Aquel era un disco luminoso y atmosférico que sobre todo nos dejó un mensaje sobre la piel, un cuento de tres partes bajo el título de “Cartografíes”. Lo curioso es que este tema que cerraba el disco verde (por la portada) de los asturianos, sirve perfectamente para hacer una comparación con “Torres de electricidad”, tema que cierra el disco homónimo y de reciente salida. Como en un eje de coordenadas y abscisas, Manta Ray, los niños sucios del rock español, tienen su fórmula de evolución. “´Esperanza´ es un disco con luz, que no optimista, un poco artificioso, incluso. Y queríamos con ´Estratexa´, hacer un disco más conciso, que rompiera un poco con ese pasado. Me gusta esa comparación entre ´Cartografíes´ y ´Torres de electricidad´. Las dos tienen la misma función. Canciones que cierran y que son muy luminosas, sobre todo ´Cartografíes´. Pretende que acabe el disco con buen rollo. A pesar de toda la rabia contenida que hay en ´Torres de electricidad´ también hay espacio para la esperanza, para ver las cosas con más optimismo”. “Torres de electricidad” (el disco) y “Estratexa” se parecen. Dos álbumes de Manta Ray bajo los mismos parámetros. ¿Síntoma de agotamiento? “No lo creo. Profundizamos en un tipo de texturas y en un tipo de sonido que en ´Estratexa´ solo perfilamos. Llega un momento en el que encuentras un sonido que crees que es muy tuyo y te gusta investigar más en él”. Y en ese sonido de una banda influye mucho la forma de tratar la voz de esa banda. En el minimalismo en el que se sumieron, la dulzura del timbre de José Luis no encajaba bien. Ahora, los gritos y las modulaciones adquieren protagonismo. Washington DC se hace muy presente también en ese ingrediente, aunque en algunos momentos quizás se roce la sobreactuación. Sí, ya tenemos un pequeño pero a “Torres de electricidad”. El único. “José Luis ha aprendido a cantar de una forma más agresiva, más violenta. Eso nos gusta, pero no es una decisión premeditada”.

Seguimos con las palabras. ¿Las letras acompañan fielmente a lo que habéis querido transmitir como músicos? “Pues no lo sé. Ahora cantamos en castellano por una cuestión de honestidad. Manta Ray surgió en una cultura de grupos que cantaban en inglés y muchos de ellos reflexionaron para hacer una autocrítica. Y ahora no sé si las letras encajan perfectamente con lo que Manta Ray queremos transmitir, yo creo que sí, por lo menos no molestan, y eso es lo que nos interesa”. Ausencia casi total de electrónica. Cuarenta minutos de presencia brutal de electricidad. Un disco circular (“no lo había visto de esa manera, pero puede que tengas razón, es cierto que está más presente esa idea de volver al inicio), quizás, el más completo de Manta Ray. “Tuvimos más tiempo para prepararlo, por primera vez pudimos elegir canciones... Sí, creo que es el mejor disco de Manta Ray”. El componente político y social, junto con el cambio de discográfica (de Astro a Acuarela), fue otra de las novedades que aparecieron en la vida de la banda hace tres años. Buscaban más compromiso y más presencia fuera de nuestras fronteras. Gira con Thalia Zedek por Estados Unidos, pequeño accidente de coche en Italia y tiempo para reconciliarse con la situación política. “Cada disco es hijo de su tiempo. ´Estratexa´ pedía un quejido, un grito de alarma y en ´Torres de Electricidad´ seguimos en ese rollo, pero es un disco más esperanzado”. Por eso, duele más. Porque ves la luz, a lo lejos. Sin rozarla.

Un comentario
  1. Hey, that's a clever way of thinnikg about it.

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