"Tener un grupo sólo compensa si te lo pasas bien"
Entrevistas / L-Kan

"Tener un grupo sólo compensa si te lo pasas bien"

J. Batahola — 11-04-2016
Fotografía — Manuel Valladares

Históricamente, la música popular ha dejado poco espacio al absurdo. Como en casi cualquier proceso creativo, los egos afloran con demasiada rapidez y tanto músicos como industria (y los medios, que de ésta no nos libramos) pecan de tomárselo demasiado a pecho. L-Kan llevan quince años tomándoselo en serio sin tomárselo en serio, y eso no significa que les dé lo mismo hacer las cosas de una manera u otra. Tanto desde la cabina del club Ochoymedio como programando conciertos, en parte han contribuido a que hoy ser “el rarito que escucha esas cosas de fuera” sea algo mucho más fácil. ¿Dónde iban a celebrar el aniversario, apoyado en un disco recopilatorio con novedades, mejor que en su propia casa? Este sábado 16 tenemos cumpleaños.


Quince años de carrera. ¿Qué habéis aprendido en todo este tiempo?
Que tener un grupo sólo compensa si te lo pasas bien. Y que la maquinaria de la industria a día de hoy va a un ritmo superveloz.

¿Cómo lo vais a celebrar?
Con disco titulado “Lo nuevo y lo viejo. Un recopilatorio de canciones fósiles y canciones flamantes”, y con un concierto especial en el Ochoymedio con invitados estrella y papeles repartidos. Va a ser casi un vodevil.

¿Qué es un vodevil tecnopop?
Un concierto de L-Kan con muchos invitados con distintos papeles repartidos, tipo Mario de La Mode en el papel de “el teclista que confunde a Okan y a Bkan”, Niño Fixo en el papel de “Elastic Man”, Las Bistecs en el papel de “La maja desnuda y la maja vestida”, Olaya de Axolotes Mexicanos en el papel de “La hija secreta de Bkan”… Son como nueve colaboraciones y algunos de ultima hora aún no anunciados muy impactantes que estamos cerrando… Va a ser todo muy caos con mucha entrada y salida, vestuario y ocurrencias varias, por eso lo del vodevil.

"El concierto de aniversario va a ser muy caos con mucha entrada y salida, vestuario y ocurrencias varias"

¿Qué material nuevo encontramos en el disco recopilatorio?
Éxitos de nuestra carrera, canciones de los últimos años que hemos estado sin discográfica que han salido sólo digitalmente, pero no estaban editadas en formato físico, y dos nuevas completas producidas por Hidrogenesse: la versión de "Rata de dos patas" y otra original “Al mundo no lo va a salvar una manzana”.

¿Cómo ha cambiado la música en Madrid en este tiempo?
Es difícil contestar a esto sin caer en lo de “cualquier tiempo pasado fue mejor” y no querríamos ser esa clase de gente. Para nosotros el principio de nuestra escena era guay, porque era la nuestra, pero ahora hay también cosas estupendas, innovadoras y divertidas cuyos jóvenes protagonistas están viviendo como si fueran únicas y las mejores, y seguro que lo son. Si pensamos en cómo eran nuestros comienzos nos parece que todo era un poco más desenfadado y relajado, más alocado y amateur, incluso en grupos que arrastraban ciento cincuenta personas. Ahora un grupo que arrastra cien personas, que tampoco es que sea un exceso, ya tiene managers, intermediarios, sabe lo que es un rider, una hoja de ruta, sabe que no puede tocar cinco veces en la misma ciudad en un mes, etc... En cierto modo es estupendo y seguro que frena muchas injusticias en los tratos; en otro sentido a veces es más aburrido en el sentido de que hay menos improvisación.

¿Cómo pensáis que ha influido vuestro trabajo programando y pinchando en Ochoymedio en construir el ambiente que tenemos hoy?
Indudablemente creemos que ha influido en el desarrollo de la escena indie que haya un club fijo en el que se pinche pop independiente a altas horas y donde los grupos puedan tocar y cobrar por ello, pero no lo relacionamos directamente con L-Kan. El Ochoymedio es el trabajo de dos miembros de L-Kan con un tercer socio ajeno al grupo. Queremos decir, que los grupos que traemos al club no necesariamente coinciden estilísticamente todos con lo que representamos nosotros como grupo. Eso para nosotros a veces es un conflicto a la hora de hacer canciones o defender nuestro ideario estético e ideológico, porque mucha gente sí nos relaciona. Entonces, cuando a veces hemos hecho canciones metiéndonos así graciosamente con un determinado tipo de grupo y luego programamos algo de ese estilo en el Ocho, lugar donde creemos que tiene que tener cabida un espectro amplio de música indie, pop, rock, pues es raro.

¿Qué importancia tiene el absurdo en L-Kan?
Más que el absurdo el buscar siempre el límite de la desvergüenza, el punto en el que los demás pueden pensar que eres idiota o muy poco glamouroso pero tú lo haces a conciencia. Es una visión casi ideológica de lucha contra lo establecido, lo establecido dentro del mainstream y también dentro de lo alternativo. Cuando hay tanto acuerdo sobre lo que es aceptable incluso dentro de lo supuestamente disidente, te entran ganas de rebelarte,

"L-Kan busca el límite de la desvergüenza, el punto en que pueden pensar que eres idiota o muy poco glamouroso"

¿Con qué grupos os iríais en la gira más absurda?
Nos encanta irnos con Aviador Dro y La Monja Enana, tanto que montamos Supergrupo para esto. También nos iríamos encantados con Stereo Total, uno de nuestros grupos fetiche y con los que compartimos mucho el sentido del espectáculo en directo. Nos gustan mucho Las Bistecs y seguro que sería muy divertido una gira. También nos gusta Raúl Peligro el taxista artista, aunque no lo conocemos personalmente, y El Coleta, aunque nuestros estilos son muy distintos estamos muy fascinados con él y nos encantaría conocerle más. Y luego por supuesto con nuestros amiguetes Chico y Chica si se prodigaran más.

¿Con qué anécdotas os quedáis de estos quince años?
Cuando a O kan (Olav) se lo trago un escenario en un festival de Jaén, vamos, que se hundió bajo sus pies… Cuando al principio en la reserva de una pensión salmantina de mala muerte nos confundieron con M-Clan y al día siguiente oímos decir a la hija de la dueña, "Ves, ya te dije yo que no eran los M-Clan"; cuando en ese mismo concierto a Bkan (Belén) quisieron ficharla para una orquesta de las que van por los pueblos. Cuando L kan (Luis) se dejó su pedalera llena de cables por todas partes en una sala de espera del aeropuerto de Duseldorff cinco días antes del 11-S y conseguimos recuperarla y que nos la enviaran; una semana después hubiera sido impensable. O cuando llevamos a M kan (Maru) en un póster en tamaño natural a México y L.A porque no podía venir y lo desplegábamos en cada concierto en el escenario. Los entrevistadores de una revista tuvieron que pagar mordida en México por desplegar a M kan para una foto en un parque publico.

¿Cuál ha sido el mejor momento?
La verdad, son muchos. Es difícil elegir uno, en general nuestros viajes y conciertos en México son muy satisfactorios. Ya llevamos tres visitas como L-Kan. Nos sentimos muy entendidos allí. También, para Belén, cuando salió a cantar con Stereo Total y cuando les ayudamos a grabar el disco en español.

¿Y el peor?
Hay dos. Bueno el peor peor fue en pleno Día de la Música en el Matadero en la celebración de los veinticinco años de Subterfuge, ataviados con trajes de circo, barbas y un repollo a modo de mascota, que el ordenador no arrancaba ni para atrás… Y finalmente tocamos como pudimos con la mitad de las bases saliendo y la otra no. Delante de miles de personas y sin tiempo para arreglarlo y de esa guisa, pero bueno, ¡lo superamos! Desde ese concierto y algunos contratiempos con Bla, nuestro otro grupo, llevamos ya todo por triplicado. El otro, cuando tuvimos que cantar “Humor idiota” en cuyo estribillo decimos “me gusta parecer mongola” ante un grupo de veinticinco personas con síndrome de Down que asistían a un concierto en una sala de Logroño en el que el total del público eran setenta personas. Nos pilló por sorpresa y no sabíamos qué hacer. Al final la cantamos y todo bien. Bueno, uno de ellos se puso a llorar y lo pasamos un poco mal, pero supimos arreglarlo y le acabamos cayendo bien.

¿Os sorprende que la gente pueda opinar que todas vuestras canciones son divertidas?
Sí, porque hay algunas bastante dramáticas o melancólicas como "La mancha de mora", "Todo lo que no", "Soy una ruina", "Pobrecilla", "La chica y el maquinista", "Novios", "Un veranos muermo",...

Tontipop, electroclash… ¿Qué ha quedado de todas esas etiquetas vacías?
Pues no sé, hace poco el diario Público publicó en Strambotic, uno de sus blogs, un artículo bastante desinformado sobre las canciones más tontis… lleno de inexactitudes y muy homófono y machista… Así que parece que no han muerto del todo ni las etiquetas ni el odio que suscita el pop un poco saltarín.

¿Esquivar comportarse como alguien maduro te hace menos maduro?
Primero habría que ver qué es ser maduro y quien decide los que es maduro y lo que no. Si lo deciden las normas que imponen las empresas y políticos que rigen el mundo, nos lo pasamos por el forro, la verdad. Ser maduro creemos que es ser capaz de hacer lo que quieres… adaptándote un poco al mundo ya que estás dentro de él, pero sin dejarte arrastrar al barro.

"Ser maduro es ser capaz de hacer lo que quieres, adaptándote un poco al mundo pero sin dejarte arrastrar al barro"

¿Por qué pensáis que se asocia seguir las referencias de tu generación o el gusto por la cultura pop con no tomarse las cosas en serio y ser inmaduro?
El sistema nos impone normas estéticas de las que es difícil escapar, o de las que es aceptable escapar mientras tienes unos años. Nos sorprendió que un periódico como Público, por ejemplo, se dejara llevar por ese uniformizo y consintiera la publicación de un artículo ridiculizando a grupos que hacen música un poco distinta…

La prensa musical hoy en día, ¿tiene los mismos prejuicios que en los noventa? ¿Habéis notado diferencia con los periodistas más jóvenes a lo largo de estos quince años?
La verdad, es que la época de nuestros comienzos la prensa estaba un poco más abierta a nuestro tipo de música, tampoco salvajemente no creas… Nunca va a ser, no te digo igual de respetado, sino ni siquiera de escuchado o prestado atención, un grupo como L-Kan que un proyecto como el de Nacho Vegas, León Benavente, Russian Red o qué se yo… Refree o Silvia Pérez Cruz, ésto es así. Pero es cierto que hubo unos años, los del electroclash, en los que sí estuvo más de moda el tecno pop y para nosotros era un poco más fácil. Nos gustan muchos estilos de música, también algunos de los artistas nombrados, y nos extraña esta cosa de los medios como de tener que elegir una cosa u otra, de que no te puedan gustar las dos, o de que algo aparentemente divertido no pueda tener mensaje. A nosotros nos parece un desperdicio porque muchas canciones nuestras dicen muchas cosas. El problema es que hay que oírlas antes de formarse una opinión, y hay gente que ya tiene la opinión hecha antes de escucharlas.

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