"Las horas de furgoneta dan para pensar mucho”
Entrevistas / Txarango

"Las horas de furgoneta dan para pensar mucho”

Don Disturbios — 14-04-2014
Fotografía — Archivo

Con la sonrisa del que se lo ha currado y le ha ido mucho más que bien, Txarango editan “Som Riu” (Discmedi, 14), un segundo álbum con el que no pararán de presentar batalla para acabar con los tristes de espíritu a los que no les gusta marcarse un buen baile.

Si no vives en Cataluña cuesta imaginar el fenómeno Txarango. Esa legión de fieles seguidores que alcanzaron la cifra de 35.000 descargas de su segundo álbum, el recién estrenado “Som riu” (Somos río) en tan solo un día, colapsando los servidores de la banda. Jóvenes que disfrutan de esa música de baile sin complejos, mediterránea, jamaicana y verbenera a partes iguales que tiene a La Pegatina, Che Sudaka, Bongo Botrako, Oques Grasses y La Troba Kung-Fú como representantes de la escena. Pero lo de Txarango es otra cosa. Su meteórico despegue producido por el virus del buen rollo propagado con “Benvinguts al llarg viatge”, su primer disco, ha calado de forma tan masiva y rápida que nos ha sorprendido a todos, incluidos los ocho miembros que componen esta banda del pirineo catalán. Ahora toca recoger lo sembrado para consolidarse como los máximos representantes de esta escena festiva y reivindicativa a partes iguales. Eso sí, mostrando una carga ideológica que, lejos de sacar la cresta punk más combativa, lo hace desde la esperanza activa del soñador, esa que te motiva a salir a buscar soluciones, a moverte, a unirte y sobre todo a ilusionarte de nuevo como un niño. Para tal cometido acaban de editar un segundo disco que musicalmente mantiene parámetros muy similares a su primer trabajo, aunque presente un punto más frenético, con una marcha más puesta. Lo demuestran canciones tan rotundas como “Músics de carrer”, “Alegre i encantada”, “Som un riu” o la preciosa “Com dues gotas d’aigua”, mi preferida.

“Som riu” es un álbum que vuelve a tener en las percusiones, el piano, los vientos, pero sobre todo las excelentes voces de Alguer Miquel y Marcel Lázara una combinación ganadora y con una personalidad rotunda en lo que dicen y cómo lo dicen. Un mensaje que ha ganado en profundidad en este segundo disco. (Àlex Pujols, bajo y voces) “El primer disco sirvió para presentarnos y decir quienes somos, ahora que la gente ya nos conoce podemos ir más allá y decir qué pensamos”. (Marcel, voz y guitarra) “Además, las horas de furgoneta dan para pensar mucho”. (Alguer, voz) “Y también que empezamos a ser conscientes de que Txarango se está convirtiendo en la historia de nuestras vidas y eso hace que nos vaciemos del todo”.

Ahora apliquemos un poco más la lupa y analicemos el fenómeno Txarango con más detalle. La banda atribuye en parte su éxito a la correa de transmisión que se ha generado con el público gracias a la formulación de un mensaje positivo que ha calado. También son conscientes de que existía un caldo de cultivo ideal para que su propuesta estallara, y aquí cabe darles las gracias a los que estaban antes que ellos. Pero tampoco hemos de olvidar que su música combina el lado más hedonista de la fiesta, para poner una banda sonora poética, amable y esperanzadora al momento social en el que estamos inmersos. (Marcel) “Antes de formar Txarango alguno de nosotros sí estaba inmerso en esa antigua línea de confrontación directa de andar constantemente enfadado con el mundo, pero cuando montamos el grupo pensamos que en lugar de decir no, no y no, en contra de todo, lo mejor era hacerlo al revés cambiando totalmente el punto de vista”. (Alguer) “Quimet, nuestro batería, siempre dice ‘no quiero problemas, quiero soluciones’”. Un buen rollo festivo al que cabe añadir la esencia nómada y bohemia del músico callejero. (Alguer) “La gente está atada con un montón de hilos, como puede ser una hipoteca, y nosotros cogimos la esencia del circo para deshacernos de todos estos hilos y lanzarnos a la carretera para ilusionar y hacer que la gente sueñe”. Una filosofía de vida que les ha llevado a acumular un gran número de actuaciones en casi toda Europa e incluso les ha motivado a montar un festival de dos días con grupos amigos como La Troba Kung-Fú en plena comarca del Ripollés tan alejada del agujero gravitacional de Barcelona. (Alguer) “Los grandes conciertos como el de la Merçé o el Apolo siempre los habíamos hecho en Barcelona y nos apetecía mucho presentar el disco en casa, rodeados de nuestros amigos, además el Ripollés es un lugar brutal para hacer un festival de música. A ver qué pasa”. Un nuevo reto que añadir a un futuro muy esperanzador que los va a embarcar en una gira de dos años. (Alguer) “Vamos a combinar conciertos aquí con salidas sobre todo por Europa, aunque nos gustaría mucho tocar en Sudamérica”.

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