Tres años después de que publicases “Plantas de interior”, ¿cómo ha sido el proceso para llegar a este primer álbum?
“Plantas de interior” lo publiqué en un momento de muchos cambios en mi vida. Acababa de dejar Berlín y fue entonces cuando empecé con la producción, aunque las canciones las traje todas ya grabadas. Unos meses después, y con el disco ya en manos de Foehn pero sin haber salido a la luz, me mudé a Noruega. Y fue estando allí cuando se publicó "Plantas de Interior". Con "Álbum" me ha pasado algo parecido, son canciones que fui grabando a lo largo de los dos años que estuve viviendo en Oslo y que tras volver a España después del verano pasado, quise repetir el mismo proceso que con el anterior y fui con todas las grabaciones al estudio de Joaquín Pascual para que me ayudara con la producción. La única diferencia es que esta vez el mastering lo hice con Josh Bonati en Nueva York, que ha trabajado con algunos de mis grupos favoritos como Lust For Youth, DIIV, Beach Fossils o Sufjan Stevens.
Repites con Joaquín Pascual en la producción… ¿Dirías que es una figura determinante en el sonido de Karen Koltrane?
Sin duda. Joaquín me ha ayudado mucho a encontrar un sonido propio, aportando la experiencia y el bagaje que dan los años. El disco ha ganado muchísimo en claridad y en presencia después de pasar por sus manos. Tener afinidades similares tanto en grupos como en sonidos hace todo muy fácil. La verdad es que estoy muy contento con el resultado y además de todo esto nos lo pasamos muy bien juntos. Por cierto, me ha hecho mucha ilusión que hiciera unos coros en “CT”.
En “Ondas gravitacionales” también aparece de nuevo Ángela, la hija de Joaquín… ¿El hecho de mantener en cierto modo el esquema de “Plantas de interior” responde a una intención de trabajar en un entorno conocido, casi familiar?
Pues la verdad es que fue algo bastante espontáneo, pero probablemente sea así. Estábamos haciendo las mezclas cuando se nos ocurrió incluir la voz de Ángela en la canción y nos gustó tanto cómo quedó todo que al final esa canción terminó convirtiéndose en el single.
Lo primero que he pensado al escuchar “Nieve”, y después en algún momento más del disco, es en “El libro de oro de la congelación” de Mercromina y algún otro momento de “Bingo”. En algún momento has hablado de que Mercromina es uno de tus grupos favoritos en castellano, pero, más allá de eso, no sé si has llegado a tener en mente esa canción o alguna otra en particular…
Evidentemente hay una influencia, es un disco que me encanta y que he escuchado cientos de veces, aunque tengo que decir que no es un trabajo que tuviera muy presente durante el proceso de grabación. Pero sí que hay otro que tuve en bucle especialmente mientras hice esa canción que probablemente no se perciba a primera escucha, que es "The Devil's Walk" de Apparat. Hay sonidos y arpegios que están inspirados en ese disco e incluso, en un arrebato de fan freak, me hice con uno de los sintetizadores con los que está grabado.
“Joaquín me ha ayudado mucho a encontrar un sonido propio, aportando la experiencia y el bagaje que dan los años”
¿Hasta qué punto este disco puede ser el reflejo de una etapa determinada de tu vida, recogiendo estos dos años en Noruega? ¿Crees que hubiese sido un trabajo distinto si hubieses estado en otro lugar: Barcelona, Cuenca o cualquier otro sitio?
Totalmente. Creo que es un disco en el que el entorno es protagonista. Hay referencias a la luz, la nieve, los glaciares o la aurora boreal. Por ejemplo, en “Sogndalsfjøra" hay un diálogo con el paisaje de un fiordo en el que hablamos del tiempo, de la nostalgia que da vivir lejos, de la muerte y de cuando estás en un lugar, pero con la cabeza en otro.
“Nieve” comienza con pantallas, referencias a “Black Mirror” y la dictadura de las redes sociales… ¿Dirías que es un tema que se acentúa en la distancia?
Vivir lejos te obliga a tener que utilizar la tecnología para mantener el contacto con la gente que quieres. Esto está muy bien sobre todo si lo comparamos con cómo se comunicaba la gente antes de que existiera internet, ya sabes, teléfono, cartas, palomas... Sin embargo, pienso que todo esto también tiene un lado oscuro sobre el que merece la pena pensar y parafraseando a Adam Curtis, pienso que los ordenadores han fracasado en liberar a la humanidad y, en lugar de esto, han distorsionado y simplificado nuestra forma de ver y entender el mundo que nos rodea. Quería hablar sobre cómo hoy en día la tecnología teledirige nuestro tiempo y atención, y de la importancia, o mejor dicho, de la necesidad de pararse a ver y pensar, porque a veces las realidades más obvias son a menudo las más difíciles de ver y sobre las que es más difícil hablar.
“Plantas de interior” era un disco (o un EP) más doméstico, también en la propia temática de las canciones, mientras que “Álbum” resulta más expansivo, un disco más de exteriores (por ejemplo, en un tema como “Correr”, pero también “Ondas gravitacionales” o “Nordlys”). ¿Cuál es tu sensación en este sentido?
No lo había pensado antes, pero me parece una buena comparación. Creo que ha habido un cambio personal bastante grande en mis últimos cinco años en los que me he reconciliado con el mundo y conmigo mismo. Creo que refleja cierta una cierta apertura y eso se traduce en una mayor claridad, que hace el disco mucho más accesible, tanto en las letras como en el sonido.
¿Buscas un cierto equilibrio entre ruido y melodía o no te preocupa especialmente que exista ese equilibrio y son las canciones las que van resituándose?
Me gusta terminar las canciones con bastante ruido, encontrar ese punto en el que la atmósfera y las texturas adquieren tanto protagonismo como la melodía. Intento que entre creciendo poco a poco, buscando conseguir una inmersión en el sonido que tiene algo de mística y de abstracción. Supongo que ese placer por el ruido me viene de esos trances de ruido y de furia que a veces sentía escuchando a algunos de mis grupos favoritos como My Bloody Valentine o Sonic Youth.
Me ha sorprendido la referencia a la Cultura de la Transición (“CT”). ¿Cuál es tu opinión sobre este tema? ¿Sientes que hay que cambiar de ‘marco regulador’, que es un modelo fallido?
Es una canción que hace referencia al 15M y a todo lo que vino después. La CT -o Cultura de la Transición- es la descripción de la cultura post-76. Básicamente, es un modelo cultural creado en la Transición. Consiste en eliminar de la cultura cualquier posibilidad desestabilizadora y problemática. A cambio de no construir objetos problemáticos, no meterse en política, o de hacerlo, darle la razón al Estado. El Estado subvenciona la cultura, da honores, premios y construye el canon cultural. La cultura, así, es un elemento propagandístico de un sistema -el sistema democrático español, el mejor del mundo, etc.-. En estos momentos, la CT es una herramienta con la que se hace crítica a cualquier objeto cultural -pelis, libros, programas, juegos, periódicos, leyes, arte-. Y es algo que ha nacido en la red en un esfuerzo colectivo contra la cultura oficial. Todo parece indicar que la CT se ha venido abajo y que está siendo reemplazada por un nuevo sentido común que está todavía en construcción. Tiene algo de ruptura generacional y tiene algo de cambio de época. Ya veremos en qué se transforma, espero que en algo más democrático que lo que teníamos.
“Todo parece indicar que la CT se ha venido abajo y que está siendo reemplazada por un nuevo sentido común que está todavía en construcción”
¿Qué nos puedes decir de los dos temas más expresamente noruegos del disco (al menos por el título), “Sogndalsfjøra” y “Nordlys”?
“Sogndalsfjøra” significa en noruego "fiordo de Sogndal". Es un pueblo en el oeste de Noruega en mitad de la nada, ahí vivía el hermano de mi novia trabajando como profesor de música. Es un sitio espectacular, para llegar allí hay que hacer seis horas de coche desde Oslo (que es donde vivía yo), cruzar tropecientos túneles y subir a un par de ferris. Llegamos de madrugada y no se veía nada. Fue a la mañana siguiente nada más despertar cuando al asomarme por la ventana me di cuenta de dónde estaba realmente. Había una montaña gigante cubierta de nieve, rodeada por el mar del fiordo, y a la izquierda una iglesia junto a unas casas de madera. Me quedé un buen rato mirando por la ventana flipando bastante. Creo que tuve algún tipo de revelación de Pachamama o de síndrome de Stendhal. Y “Nordlys” significa "luz del norte" o "aurora boreal". Sólo la he visto una vez que estuve en Tromsø, una ciudad en el ártico, cerca de Cabo Norte. Iba caminando de noche cerca del puerto cuando de repente el cielo se iluminó en miles de colores. En la canción hablo de que la aurora empieza a temblar y se funde con mis pensamientos. Es de mis favoritas del disco.
En directo te vuelven a acompañar Pablo, Miguel e Iñaki. ¿Ves Karen Koltrane como un grupo al uso? ¿Hablas con ellos acerca de las nuevas canciones en el proceso de composición / grabación?
Claro, no sé si como un grupo al uso, pero funciona. Yo voy haciendo cosas y se las voy mandando por mail, y vamos haciendo comentarios o cambios. Tengo muy en cuenta su opinión, pero también es cierto que al final como no vivimos en la misma ciudad, es más fácil hacerlo yo todo en casa. Pero sí que empiezo a tener ganas de poder componer más con ellos.
El hecho de estar ahora en Barcelona, ¿puede facilitar el desarrollo de Karen Koltrane como banda, empezando por la posibilidad de dar más conciertos?
Espero que sí, ahora es mucho más fácil organizar cosas sin tener que coger aviones y queremos dar más conciertos que con el disco anterior. Estamos organizando ahora un par de fechas de presentación de disco, daremos noticias muy pronto.
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