Juguemos a ver quién llega al final
Entrevistas / Maga

Juguemos a ver quién llega al final

Redacción — 07-04-2006
Fotografía — Archivo

Sin hacer ruido, los sevillanos se han plantado con su tercer álbum en ese estadio de madurez y concreción óptimo para firmar su obra definitiva. Este nuevo trabajo, “Maga” (Limbo Starr), bebe de los anteriores en cuerpo y alma, pero se envuelve en un sonido más directo y compacto que su predecesor. El disco rojo de Maga lejos de concluir una trilogía les abre las puertas del éxito.

“Juguemos a ver quien llega al final”, así reza la letra de “Dardo y Alicia” uno de los cortes más brillantes del tercer álbum de Maga. Una proposición que seguramente suscribieron los sevillanos hace casi cinco años, cuando vio la luz su prometedor Ep de debut “Bidimensional” (Limbo Starr, 2001). Tras una carrera de fondo, con multitud de conciertos, dos discos largos, buenas críticas e incluso una reciente gira en acústico: David, Javier y Miguel se encuentran con las esperanzas intactas. Como dato, Miguel se ha trasladado a Madrid para seguir de cerca el discurrir de este nuevo álbum. Una motivación especial que planea en toda nuestra conversación. “Seguimos entusiasmados con lo que hacemos y cada disco o cada gira sigue suponiendo un nuevo proyecto muy definido y que intentamos mimar al máximo. Supongo que en ese entusiasmo tiene mucho que ver la línea siempre ascendente del grupo. Cuesta muchos quebraderos de cabeza poner un disco en la calle y es absurdo hacerlo sin ganas. Cuando te metes en el cuerpo 2.500 Km. en un fin de semana para hacer dos conciertos tienes que tener las ideas muy claras, si no es fácil perder el interés”.

"Seguimos entusiasmados con lo que hacemos y cada disco o cada gira sigue suponiendo un nuevo proyecto muy definido y que intentamos mimar al máximo"

Los miembros de Maga pertenecen a esa generación que de alguna manera protagonizó la explosión indie de principios de los noventa. Sin embargo en contra de la idea de decepción imperante para algunos, ellos valoran de forma positiva todo lo acontecido. “No pienso que el mundo indie haya hecho nada mal ni que se hayan dejado de cumplir expectativas. Surgió como reacción a una profesionalización de la música que impedía que la creatividad de mucha gente pudiese darse a conocer. Por ello es contradictorio pretender que se convirtiera en aquello de lo que huía. Eso sí, camuflado de esa supuesta creatividad se ha colado mucha mediocridad que nos ha tocado padecer, tanto a nivel creativo como técnico”. Hablamos del disco. Este álbum tiene connotaciones distintas al anterior. El disco negro fue fruto de un trabajo largo y elaborado, en este, sin embargo, parece haberse hecho todo con mayor fluidez. Algo que se evidencia en las propias composiciones, más transparentes y con más pegada.

"En el indie se ha colado mucha mediocridad que nos ha tocado padecer, tanto a nivel creativo como técnico"

“No es que este disco esté menos elaborado ni que se haya hecho más a ´las locas´, pero es cierto que en el disco anterior el estudio tuvo mucho que ver en el aspecto creativo, ya que muchas canciones llegaron allí como simples bocetos que poco a poco fueron tomando forma, mientras que en este apenas han sufrido variación con respecto a los ensayos previos, limitándose el trabajo en el estudio más a la parte técnica. Esto ha redundado en un sonido mucho más compacto y en la sensación de que la intencionalidad de las canciones era clara y rotunda. Tan sólo hay una canción que en algún momento tomo un cambio de dirección. Me refiero a ´Pasó el cometa´ y ocurrió justo cuando Florent grabó su guitarra. Su sonido nos permitió verla desde otra perspectiva y explorarla en un sentido algo diferente al original”. Curiosamente es este tema (“Pasó el cometa”) el elegido como primer single. Y hablando de colaboraciones. La presencia de Andrea Echeverri de Aterciopelados y su dueto con Miguel en “El cristal por dentro” ha sido toda una sorpresa. Y es que el complemento de sus voces va más allá de la mera coincidencia. “La primera vez que escuché ‘Maligno’ de Aterciopelados me quedé fascinado con la voz de Andrea y, ya durante la grabación del disco anterior, Jordi Gil –técnico de sonido de Maga- y yo elucubrábamos con la posibilidad de intentar localizarla y proponerle una colaboración; todo quedó ahí… Pero esta vez, desde las primeras maquetas, ´El cristal por dentro´ se fue perfilando para nosotros como una candidata perfecta para esta colaboración. Andrea no conocía a Maga, así que le mandamos por correo todos nuestros trabajos y, para alegría nuestra, a la semana ya nos había escrito diciendo que le encantaba y que le apetecía mucho participar. La parte técnica fue un poco como jugar al Tetris. Le pasamos una versión instrumental y ella, en un estudio en Bogotá, grabó su voz. Después nos envió la pista en un CD y nosotros la ´colocamos´ dentro de la versión definitiva del tema, sincronizándola con todo lo demás. La primera vez que escuché la canción con su voz se me saltaron las lágrimas. Es una de mis canciones favoritas de toda la historia de Maga”. Volviendo a la propia química del nuevo disco, es fácil adelantar que es una síntesis de los trabajos anteriores, que se trata de su mejor álbum, pero sobre todo que es una obra franca con sus propios creadores. Temas como “Dardo y Alicia”, “Hormiga” o “Pasó el cometa” reflejan un estado de ánimo inmejorable en la banda y que en el caso de Maga, un grupo que permeabiliza sus canciones a cualquier sentimiento que le circunde, es un dato todavía más revelador. “Es quizá el disco en el que más seguros nos sentíamos de nuestro proyecto. Refleja claramente las situaciones vitales tanto del grupo como de nosotros mismos. Nuestros discos siempre han querido ser una metáfora musical de lo que estaba ocurriendo en nuestro día a día personal-colectivo. Por eso quizá la mayor ingenuidad del primero, y lo reflexivo e introspectivo del segundo…”. Y así es, el álbum rojo, como terminará denominándose esta tercera entrega de Maga, responde a un sentimiento de firmeza, de convicción y sobre todo de solidez que también se desprende del propio sonido actual de la banda. “En la parte formal, esta vez la grabación ha sido también diferente al disco anterior, le hemos dado más peso al sonido del grupo en vivo. Es una baza que queríamos explotar en este nuevo Lp, no abandonando nuestra faceta electrónica, pero sí adaptándola a la energía e inmediatez de tres músicos tocando en directo”. El disco se ha grabado de nuevo en Sputnik (Sevilla), la factoría de Jordi Gil (Solina, Sr. Chinarro) y seguramente el foco de creación más importante de la renovada escena sevillana. De hecho a Maga se le responsabiliza del surgir de nuevas bandas en la capital andaluza (Neorama, Solina, Estrellas Pintadas de Azul...), papel que se resisten a asumir pero que cada vez es más evidente. “Siempre ha habido cierta manía con eso de los localismos, buscando supuestos caldos de cultivo de creatividad en el entorno geográfico de determinados grupos procedentes de lugares diferentes a Madrid o Barcelona. Eso a veces ha beneficiado a muchos grupos que han aprovechado la atención de los medios para hacerse notar, así que nos alegraría que nuestro trabajo ayudara a otra gente (muchos de ellos amigos o vecinos de local de ensayo)”. Y así es, Maga es un proyecto generoso, no sólo por su incidencia en la escena musical y lo que ello repercute a los que le rodean, sino por su actitud. Su convencimiento en el trabajo propio es un ejemplo para cualquiera y si empieza a recibir frutos, una alegría.

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