"Me gusta que mis discos sorprendan, que tengan su propia personalidad”
Entrevistas / Iñigo Coppel

"Me gusta que mis discos sorprendan, que tengan su propia personalidad”

Jaime G. López "Desperdicios" — 07-12-2016
Fotografía — Archivo

Iñigo Coppel sigue construyendo con paso firme su carrera con el lanzamiento de un brillante cuarto trabajo "Los nobles salvajes" (Calvario Records 2016).

Como el mismo no se cansa de repetir la música y la creación de canciones es una tarea artesanal y como tal es un recorrido de larga distancia. Y en él la evolución musical de Iñigo Coppel no deja de sorprender desde unos inicios más afines y cercanos al rock and roll ha ido añadiendo capas y texturas musicales a su discurso musical que pasando por la canción de autor norteamericana (Dylan, Phil Ochs) le ha llevado a sonoridades más cercanas a la canción francesa (Brel, Brassens, Ferré) o el tango (Gardel y los grandes autores del género). Esta evolución que ya anticipaba su anterior trabajo En el Olympia – que ahora se reedita ampliado – se confirma con este nuevo trabajo que si cabe se torna más personal con canciones que destilan vivencias en primerísima persona ("14 de Enero", "Luces de Atocha"), sus características alucinógenas visiones ("Leones en Madrid", "Isla de Libertaria"), canción folk ("Balal, Abdolah y Maryam") o baladas con ecos del recién desaparecido Cohen ("Hermana"). Mención aparte merece la musicacion de este nuevo trabajo donde el violín de Manu Clavijo y el atmosférico piano de Jairo Martín envuelven y elevan las canciones y la guitarra de Iñigo Coppel. Nos disponemos a desentrañar algunos entresijos de este último trabajo.

Iñigo acabas de lanzar un nuevo trabajo Los Nobles Salvajes ¿por qué este título? ¿Quiénes son los Nobles Salvajes?
Los nobles salvajes son los hombres. En este disco, además de contar mis aventuras, he querido contar también historias de hombres y mujeres que me gustan. Todo el disco está en parte inspirado en algo que solía decir Jacques Brel cuando le preguntaban por Dios. Decía: “Yo creo que Dios son los hombres y un día lo sabrán”.

Con este nuevo trabajo sigues la senda estilística iniciada con tu anterior trabajo pero  ¿te atreverías a hablar de una evolución en tu obra? ¿Cuáles son los elementos más diferenciadores con respecto a trabajos anteriores?
El formato del disco es muy sencillo: piano, violín y guitarra. También hay vientos en un par de canciones pero poco más. Me gusta que los discos reflejen fielmente lo que hacemos en directo. En este disco, además de Dylan, Cohen y Gardel está muy presente la influencia de la canción francesa, especialmente de Brel y Brassens, a los que he estudiado a fondo. El piano es el instrumento fundamental que tenía en mente al componer todas estas canciones. Por suerte, conocí a Jairo Martín hace unos años. Es el pianista perfecto para mis canciones: domina todas esas influencias y compartimos los mismos códigos.

Háblanos sobre tu método de composición. ¿Cuál es el proceso compositivo? ¿te consideras un autor rápido?
Yo estoy todo el rato pensando en canciones. Voy siempre con una libreta apuntando ideas pero luego también trabajo mucho en casa. Hay canciones que tardan años en salir. En cambio, otras salen enteras en una tarde. Eso es lo que te mantiene siempre alerta. En cualquier momento se te puede ocurrir la mejor canción de tu vida.

¿Son todos los temas recientes o alguno de ellos aguardaba ser grabado?
Casi todas son muy recientes. Hay dos excepciones: 14 de enero (caminando como James Cagney pero desnudo) la tenía compuesta hace unos años y era de mis favoritas. La grabamos para el disco “En el Olympia” pero no encajaba bien ahí sin piano así que la reservé para este y “Hermana”, que es una canción que lleva tiempo conmigo y que es muy especial para mí pero que, por alguna razón, he tocado muy poco en directo. Al grabar este nuevo disco enseguida me di cuenta de que su sitio era aquí, cerrando “Los Nobles Salvajes” , para mí es el final perfecto.

Por cierto junto al nuevo disco has reeditado tu anterior trabajo En el Olympia con nuevas grabaciones de algunos temas, ¿cuéntanos cuales son los cambios frente al trabajo original?
Para ese disco hicimos muchas grabaciones probando formatos diferentes. Al final decidimos grabarlo en directo el violinista Manu Clavijo y yo. Así era como tocábamos en directo entonces. La cosa es que revisando las otras grabaciones encontramos cosas que nos han encantado así que hemos decidido sacarlas ahora. Incluimos un EP con canciones que grabamos con banda. También está una grabación en directo que hicimos de la canción “En el Olympia” que, sin duda, es la versión definitiva.

Sorprenden enormemente las versiones con banda de esos dos temas ¿una senda alternativa que se perdió en el camino? ¿Piensas regresar a ella?
SÍ, estamos pensando en montar una banda y hacer un próximo disco así pero bueno, sin prisas. Veremos qué canciones van saliendo. Ellas mandan.

Volviendo a Los Nobles Salvajes la producción por tercer trabajo consecutivo corre a cargo de Jose Nortes, ¿Qué crees que es lo que aporta a tus trabajos? ¿Consideras su participación fundamental en el resultado de estos trabajos?
Totalmente. A Jose le debo muchísimo. Le conocí hace años, nada más llegar a Madrid. Nos entendemos a la perfección. Comprende lo que quiero hacer con mis canciones y me ayuda a enfocarlo todo. Ahora tiene un estudio nuevo, Black Betty, y el sonido que ha conseguido en este disco me parece impresionante.

Y en cuanto a los músicos con quienes has grabado este trabajo, Manu Clavijo al violín y Jairo Martín al piano,  pareces estar muy a gusto con ese formato cuéntanos la razón de este formato en trio.
Me gusta que mis discos sorprendan, que tengan su propia personalidad. El formato piano, violín y guitarra funciona perfectamente con estas canciones. ¿Para qué complicar las cosas? Además, me parece las producciones sencillas y honestas envejecen mucho mejor. Ahí están los discos de Johnny Cash con Rick Rubin, por ejemplo.

Otro elemento que llama la atención en este nuevo trabajo es el tratamiento de la voz y los resultados que consigues, notables en todo el trabajo pero que emocionan en temas como 14 de Enero o A Mayor Gloria de Nadie por ejemplo. ¿Habéis trabajado mucho la parte vocal o es que te encuentras en un gran estado de forma? Supongo que tocar mucho en directo ayudará a estar muy engrasado.
Sí, llevo ya muchos años en los que no he parado de tocar y eso se nota muchísimo, claro. La cosa es que cuando empecé lo que yo quería era llegar a ser un buen escritor de canciones, nunca me preocupó tener una gran técnica como cantante. Siempre me pareció que lo importante era conectar, emocionar pero sin hacer alardes. Luego me di cuenta de que la técnica vale para mucho más y hasta di clases de canto una temporada. En fin, con los años uno acaba por profesionalizarse un poco. ¡Qué le vamos a hacer! Es ley de vida. jajaja

Háblanos de las canciones, ¿Cuáles son tus preferidas en este trabajo? ¿Por qué?
Escribí muchas canciones para este disco y las diez que he elegido me encantan. Creo que están entre las mejores que he hecho en mi vida. Tengo especial cariño a Luces de Atocha. En muchos sentidos es la canción que siempre había querido hacer, tanto musicalmente como narrativamente. Y también me gusta especialmente “Balal, Abdollah y Maryam”. Es una historia real que saqué de los periódicos. Sucedió en Irán hace tres años. Es la historia de una madre que perdona al asesino de su hijo cuando iba a ser ahorcado.

“Cuando escucho a alguien me gusta que me cuente su vida, pero hay que saber hacerlo”

¿Con que género te sientes más a gusto: talkin’ blues, folk, tango, canción de autor, balada, rock and roll? Eres consciente de que este eclecticismo que manejas con soltura es a la vez una de tus características esenciales y uno de los elementos que pueden resultar más desconcertantes para el oyente.
Para mí es totalmente natural estar en casa y escuchar a Jacques Brel y luego a los Replacements y luego a Javier Krahe y luego a Hank Williams, a John Lee Hooker, etc... Y a la hora de componer me parece normal que aparezcan todas esas influencias. Para mí, lo único importante es que las canciones sean mías, que tengan mi firma, que haya una coherencia en el disco. Además me gusta que sorprendan. Me aburren esos discos predecibles en los que para la segunda canción ya sabes exactamente cómo va a ser todo lo demás. Aparte de eso, me parece que hay algo esencial que une al blues, al country, al tango, a la canción francesa y al rock Dylaniano: es música de hombres. De hombres y de mujeres, claro. Es decir, no es música de adolescentes. Cuenta historias de hombres de verdad con sentimientos y problemas adultos. Por eso encajan bien.

Da la impresión que muchos de tus temas (14 de Enero, Luces de Atocha, Balada de Edu el Rata) son muy personales ¿Crees en la necesidad del autor de desnudarse en las canciones?
A mí me gusta contar mi vida. Y cuando escucho a alguien me gusta que me cuente su vida. Pero hay que saber hacerlo, puedes caer en el error de contar algo que solo te interesa a ti. Eso no funciona. Lo guapo es que el que te escuche diga: “mira, eso es lo que me pasa a mí y mira este tío como lo expresa...”. Ahí es cuando la canción conecta, llega a la gente.

Junto a esas canciones más personales como siempre destacan esas especies de canciones oníricas, alucinadas, con cierto toque de fantasía y mucho humor e ironía donde hay cierta querencia auto referencial. El “personaje” de Iñigo Coppel no suele faltar en cada disco ¿Un homenaje a Bo Didley y Jerry Lee Lewis? Curiosamente suele protagonizar las canciones más ficticias ¿una contradicción?
Jajaja! Me encanta cuando Jerry Lee habla de sí mismo en tercera persona en sus canciones. Sí, algo de eso hay. Yo siempre he pensado: ya que copias... ¡copia a los grandes! Pero bueno, en cuanto a lo de que son ficticias no sé a qué te refieres, ¡me gusta viajar en el tiempo y vivir aventuras! En el disco del Olympia viajaba a la Edad Media y el Rock and Roll salvaba mi vida y en este disco viajo al siglo XVII y me uno a los piratas de Libertalia. La verdad es que de este viaje había olvidado algunos detalles. Menos mal que Daniel Defoe inmortalizó mis aventuras y las de mis amigos.

Háblanos del Blues Hablado sobre la propuesta de ley para soltar leones en las calles de Madrid ¿explícanos tu querencia por estas historias? ¿De donde nacen?
Me encantan los talkin blues. Creo que soy el único que los hace en castellano y no entiendo por qué. Es fácil y divertido hacerlos y te permiten contar un montón de cosas, opinar sobre cosas serias con un fondo de humor. Tengo varios que no he publicado y pienso seguir haciendo más. En esta canción se me ocurrió que llegaba un alcalde chalado a Madrid y, al ver que la gente está atontada mirando el móvil por la calle y tal decidía soltar leones para que espabilen. Está basada en una idea de mi contador de historias favorito de hoy en día: Louis C.K.

Hablando de conciertos que tienes planeado para este trabajo ¿hay gira planeada para presentarlo? ¿Cuáles son tus ciudades preferidas para tocas?
Claro, la idea es tocar por toda España e incluso viajar a Latinoamérica el próximo verano. Siempre he querido ir allí. En cuanto a España, tengo especial cariño a un pueblo de Almería que se llama Albox, es un lugar muy especial con gente impresionante. Hay incluso un militar inglés retirado que va montado en un tanque al supermercado. Se puede ver en youtube.

Coméntanos en que formatos se edita este nuevo trabajo. ¿Quién se encarga de la distribución? Por cierto ¿Cuál es tu preferencia como oyente respecto al formato? ¿Por qué?
Lo publica un sello nuevo que se llama Calvario. Además del CD y las plataformas digitales me han dado la gran alegría de fabricarlo en vinilo, con una edición muy cuidada. Lo distribuye Santo Grial.

Me gustan todos los formatos. A veces me pongo un vinilo o un CD para escuchar un disco de principio a fin y disfrutar de la obra entera y de las conexiones que hay entre las canciones. Otras veces pongo canciones al azar de alguien en concreto en Spotify o playlists de youtube que llaman mi atención. Todos los formatos me parecen buenos y no me parece que ninguno tenga por qué desaparecer. Bueno, lo de que vuelvan las cassettes me parece excesivo, la verdad. jajaja

Por último crees que ¿Los leones nos han devorado ya o la Gran Vía aún ofrece escapatoria por los callejones?
Hay escapatorias y desde luego, existe una minoría de gente al margen de todo que está muy viva y haciendo cosas muy interesantes. ¡Vive la Resistance! (risas)

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