"Nadie, empezando por nosotros mismos, espera que seamos modernos"
Entrevistas / Fundación Tony Manero

"Nadie, empezando por nosotros mismos, espera que seamos modernos"

Miguel Amorós — 24-05-2016
Fotografía — Archivo

Aquí sabemos bien lo que significan veinte años en el mundo de la música. Hay tiempo para todo, éxitos y fracasos, alegrías y penas, amores y odios, y si tienes la valentía y tenacidad para mantenerte, sirven sobre todo para seguir aprendiendo. Y eso es algo que ha hecho muy bien Fundación Tony Manero. Desde aquellos inicios como una banda de amigos haciendo versiones de “disco music” para divertirse, a convertirse en catedráticos de la música de baile, en todas sus posibles acepciones. Llevan más de media docena de discos, innumerables conciertos bajo las más variopintas condiciones y en todo ese tiempo han pasado de la gloria al desengaño. Sin embargo la música, sin etiquetas, ha estado por encima de todo.

Ya hace unos años que nos decían esto sobre los que significaba la música para ellos: “Es nuestra vida, nuestro trabajo, nuestra pasión, nuestra manera de expresarnos. Tuvimos la gran suerte que, de ser una afición, pasara a ser nuestro trabajo. Como personas nos hemos desarrollado emocional y profesionalmente gracias a ella. Organizamos nuestra vida en función de los proyectos que vamos creando, dando lugar a horarios y dinámicas de trabajo específicas, porque nos tomamos muy en serio el hacer música dignamente, respetándonos los unos a los otros y los proyectos en los que estamos. También intentando ofrecer al público lo mejor de nosotros mismos y cosas nuevas cada temporada”.
Y como grupo enganchado a la “fiesta”, que mejor que celebrar un aniversario así con un nuevo trabajo, además de versiones, como en sus inicios. Por eso han hecho V.I.D. (Very Important Discoteca) donde, después de reivindicar la música afroamericana y la música disco de ascendencia americana, ahora le ha tocado a la escena disco ibérica. Pero mejor nos lo expliquen dos de sus creadores Miguelito Superstar y Lalo López.

En la canción “Master Mike” del disco “Sweet Movimiento” decíais: “fue duro llegar hasta aquí, pero mucho más duro va a ser seguir”. ¿os lo veíais venir?
M.S.: Mirando atrás la frase resulta profética (probablemente es el único verso con cierta enjundia en toda la canción) y casi por casualidad o por buscar alguna rima que funcionase medio bien. En el momento que la hice no podía imaginar cuánto más duro sería seguir adelante. A pesar de todo lo hemos conseguido durante una cantidad bastante destacable de años.

No se si hay un secreto para que una banda “aguante” veinte años, pero en vuestro caso ¿la amistad puede ser una buena razón? ¿o ha sido más el amor a la música (disco)? ¿o quizás el dinero y la fama?.
M.S.: Amor sí, mucho, todo el tiempo. A la música (disco, funk, soul, cumbias... lo que sea) y, sobre todo, al equipo: a los integrantes del grupo, a los Maneros.
Fama y dinero, más bien poco.

"Admiramos a muchas bandas que tratan de emular y progresar el sonido y el espíritu de las producciones afro-americanas, pero nosotros no somos capaces".

Seguro que esos 20 años os tienen que haber servido de mucho. ¿Os atrevéis a decir de qué?
M.S.: La experiencia nunca está de más. Nosotros comenzamos a adquirirla desde bastante jóvenes, pero aún así te das cuenta, veinte años después, de que hay cosas en las que sigues siendo un absoluto palili. Creo que la mejor lección de los últimos veinte años ha sido aprender a ser realistas sin perder una parte de soñadores-motivados-inocentes.

Hablando sobre música, creo que en una ocasión dijisteis que “lo más difícil para nosotros fue modernizar el concepto”, ¿eso es algo superado?
M.S.: Creo que después de veinte años de carrera, nadie, empezando por nosotros mismos, espera que seamos modernos, así que si eso realmente fue un problema en algún momento, ya ha dejado de serlo. Afortunadamente.
L.L.: Fuimos hijos de las sesiones del Nitsa de finales de los 90, del sonido de Ninja Tune, y el disco está en la base de la música electrónia de baile. Sincronizar lo que hacíamos y lo que escuchábamos no fue traumático para nosotros, quizás sí para el público. El masivo no lo entendió, para el especializado nunca seríamos modernos, así que tuvimos que crear nuestro propio público lejos de los focos y de las tendéncias. Creo humildemente que lo hemos hecho, aunque todavía haya quien nos asocie con los clichés disco.

Para mi, una de vuestras mayores aportaciones, aparte de dignificar la música en general y sin etiquetas, ha sido utilizar el castellano y además con contenido.
M.S.: Utilizar el castellano era una cuestión de honestidad con nosotros mismos. No somos angloparlantes y, por más que a nosotros mismos nos costará (y ahora nos cuesta) escuchar soul, funk o disco cantado en castellano, pensamos que era importante seguir por un camino poco transitado hasta el momento. Seguimos bastante solos por aquí, pero cómodos. Todo está bien.

Así en general ¿cuál es para vosotros el mensaje reivindicable detrás de la música disco?
L.L.: El propio orígen del disco evoca ese mensaje. Es un género hecho por minorías étnicas (solo hay que ver los nombres de los dj's que iniciaron la corriente para ver que eran italo-americanos y también afro-americanos) y aupado por minorías sexuales como el colectivo gay, en el NY de finales de los 70, en medio de una crisis galopante y una ciudad en bancarrota. En ese contexto se génera un estilo de vida ligado a la música, al baile, a los clubs, interracial y sexualmente abierta... Hoy puede parecer una obviedad, pero en su momento era un movimiento liberador. Y más allá de reivindicar ese espíritu hedonista y popular, creo que sigue estando vigente en buena parte de la música dance de hoy en día, solo han cambiado los parámetros sonoros.

En “V.I.D.”, vuestro último EP, parece que habéis demostrado que a cualquier canción se le pueden meter unas buenas bases y convertirla en música disco. ¿Esa era la intención? Para mi lo mejor de todo es que hagáis versiones de Juan Carlos Calderón, Susana Estrada, Parafunk y Radio Futura, y que todo suene a F.T.M.
L.L.: Con “V.I.D.” queríamos rendir homenaje a figuras clave de la música disco ibérica desde los 70 hasta los 90, momento en el que empezamos a desarrollar nuestra actividad. Pero queríamos hacerlo sin olvidar el momento en el que estamos. Nuestro último disco de estudio, "Superficial", se caracterizaba por una producción más ochentosa, con muchos ramalazos “Princenianos” (aprovecho para sumarnos al duelo por la muerte de una de las figuras claves de la música popular) y de electro-funk. Y en eso estábamos cuando nos propusimos celebrar el aniversario con un EP, de manera que no quisimos hacer “covers” de los temas, sino llevarlos a nuestro discurso sonoro a día de hoy. Cajas de ritmos, guitarras por linea, bajos sintetizados, y un trabajo de vientos muy comedido. Y por encima las voces de Miguel y Paquito. Fuimos con cuidado seleccionando los temas para que fuesen compatibles con estas señas de identidad, y el trabajo de re-arreglar fue sencillo. Hemos llegado a un punto en el que producimos sobre la marcha en base a unos elementos sonoros que nos dan una personalidad identificable.

El que vuestros directos funcionen como un tiro, creo que se debe en parte a que los tratáis como si fuera una sesión de dj, o sea que no pare el beat. ¿Me equivoco?
L.L.: Efectivamente, la idea de sesión non-stop es clave en nuestra manera de confeccionar los directos. Hay algo tántrico en el bombo a negras del disco, y si encadenas/mezclas los temas en directo, creas una sensación de continuidad muy hipnótica. Es un desafío para la banda por el trabajo que conlleva de arreglar los empalmes de los temas e interiorizarlos, pero también para el público, que suele estar acostumbrado a las pausas entre tema y tema. Queremos emular en directo el espíritu de las sesiones de dj.

Os he oído una afirmación que a mi me parece crucial: “hemos aceptado después de muchos años que no somos negros”. ¿Podéis explicarlo?
L.L.: Admiramos a muchas bandas que tratan de emular y progresar el sonido y el espíritu de las producciones afro-americanas, pero nosotros no somos capaces. Es decir, lo hemos hecho, pero no sacábamos lo mejor de nosotros mismos. Y cuando asumimos eso y que teníamos que buscar nuestra propia identidad, el grupo fue mucho más libre y creativo. Con el tiempo nos pusimos a investigar y a escuchar a nuestros predecesores en esto de la música negra en la península y en Europa, y nos dimos cuenta de que ellos también se sacudieron los complejos y hicieron música negra a su manera, dando lugar a estilos tan de moda como el “italo”, o a la produción ingente de “library music” en UK, o a todo el funk que se hizo en Francia. No te puedes abstraer de tu tiempo, tu entorno, y tus circumstáncias. Bueno, si puedes, tampoco está mal hacerlo, es una opción más.

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